Espectáculos

Comienza el Festival Internacional de Animación, Arte Digital y Videojuegos «BitBang»

La 11° edición de este encuentro calificador para los Oscar «legitima un tipo de animación más autoral, experimental y diversa», según su directora Bárbara Cerro. Participarán como invitados Jocelyn Charles (Francia), Michael Frei (Suiza), Simón Wilches Castro (Colombia/EE.UU.), Silvia Prietov (Colombia), Jésica Bianchi (Argentina), Paula Boffo (Argentina), y Gabriel Fermanelli (Argentina).

“Ser un festival calificador para los Oscar es un buen reconocimiento. No solo al trabajo y la visión artística que venimos construyendo en Bitbang durante la última década, sino también a la animación latinoamericana”, reflexiona Bárbara Cerro, directora del Festival Internacional de Animación, Arte Digital y Videojuegos BitBang, cuya onceava edición comenzará este martes en el Cine Gaumont (Av. Rivadavia 1635) y se extenderá hasta el 1 de noviembre en otras sedes, como el Centro Cultural Borges, la Escuela Da Vinci, el Club Lucero, Pabellón 4, y La Paz Arriba.

Desde el año pasado el BitBang acerca a sus competidores a la instancia de los premios de la Academia norteamericana. Esto, reconoce Cerro, generó una enorme visibilidad y eso repercutió en tener “más películas inscriptas que nunca”. Para la directora “en un panorama donde la mayoría de los grandes festivales están concentrados en el norte global, que un festival autogestivo e independiente de Argentina alcance este estatus legitima un tipo de animación más autoral, experimental y diversa, y da lugar a voces locales poco representadas”.

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En esta edición participarán como invitados Jocelyn Charles (Francia), Michael Frei (Suiza), Simón Wilches Castro (Colombia/EE.UU.), Silvia Prietov (Colombia), Jésica Bianchi (Argentina), Paula Boffo (Argentina), y Gabriel Fermanelli (Argentina), entre otros.

“Se puede construir un espacio de referencia sin depender de grandes estructuras ni presupuesto”, considera Cerro. “Cada año hay más personas que eligen estudiar animación, se multiplican las producciones y coproducciones con otros países y se confirma que el talento argentino tiene una potencia enorme, incluso en un contexto difícil, atravesado por la crisis y con todos los cambios que impone la inteligencia artificial”, analiza.

¿Así todo el festival crece? Para la directora, más que crecer, resiste. “En este contexto, sobrevivir ya es un logro”, desliza. “Hay menos apoyo que antes, que ya era poco, pero también hay más personas interesadas en participar, en sostener este espacio, que se siente como un refugio”, sonríe. “Bitbang existe gracias a mucho trabajo y a muchas voluntades que se entrelazan: unas pocas instituciones, espacios culturales y artistas que lo bancan porque les interesa la propuesta. Muchos invitados participan de forma gratuita, algunos incluso se costearon sus propios pasajes o estadías, y eso habla de una comunidad fuerte, que creció con el festival y lo sostiene colectivamente”.

“Que un festival medio punk, ecléctico (en parte por la inestabilidad) y hecho a pulmón, sea reconocido por una institución tan tradicional como la Academia, es una paradoja hermosa y también una manera de mostrar que se pueden generar movimientos que transformen la percepción de lo que la animación puede ser”.

En cuanto a qué encontrará el espectador que visite las sedes de BitBang, la directora explica que el criterio curatorial de esta edición se enfoca en “propuestas arriesgadas, honestas, experimentales y frescas, y dar visibilidad a voces diversas y emergentes” y agrega que en eso les interesa la “variedad técnica, temática y artística, y seguir siendo una plataforma para proyectos autorales”.

“Este año, además, sentimos la necesidad de mirar hacia adentro, de reforzar los vínculos y crear más espacios donde la comunidad pueda encontrarse, charlar, debatir y aprender. Como siempre, hay charlas y talleres, pero esta vez hay más actividades colectivas y colaborativas, ferias de libros, ferias gráficas, y secciones que ya tienen su propia comunidad, como el espacio de animé bizarro. En cuanto a las proyecciones, algunas sedes tienen una dinámica más tradicional de cine, pero otras proponen un ambiente más informal, como ver cortos en un bar donde podés tomar algo mientras y después quedarte charlando”, agrega.

Los vínculos con el resto del continente aparecen como un objetivo especial. “Invitamos a artistas como Silvia Prietov y Simón Wilches Castro, que no solo hacen obras importantes dentro de la animación contemporánea, sino que también impulsan y piensan la animación en la región. Y también hay una fuerte presencia argentina, con artistas que muestran lo diverso que es el panorama local”.

“Tratamos de que el festival pueda seguir manteniendo su espíritu, que siga siendo ecléctico, inclusivo y social y, sobre todo, un punto de encuentro. Es un espacio que busca funcionar como refugio, como familia, y que, de algún modo, saca a pasear a la comunidad de la animación, que a veces está muy metida en sus mundos, y la pone en contacto con otras miradas y otras personas”.

Fuente: Pagina12

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