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«Mr. Scorsese», en Apple TV: el hombre que inventó una gramática

Iba a ser una película de dos horas, terminó siendo una miniserie de cinco episodios: así de complejo es repasar la historia de uno de los grandes cineastas del siglo.

¿Puedo decir una cosa? ¡Gracias a Dios por el asma!”, grita Spike Lee al principio de Mr. Scorsese, de Apple TV. Explorando en un notable detalle la vida y obra del gigante del cine Martin Scorsese, la nueva serie de cinco partes dedica gran parte de su primer episodio a la crianza de Scorsese en Nueva York, incluido su lucha con un asma severa cuando era niño. Esta condición obligó a un joven Scorsese a quedarse en casa y observar a la gente a través de los cristales de su ventana, mientras sus padres lo llevaban al cine –y su perpetua oferta de aire más fácilmente respirable– tan a menudo como fuera posible. O, como dice uno de los colaboradores entrevistados: “La vida de Marty dependía de ir al cine. Ahí es donde podía respirar”.

En los últimos cincuenta años, ha habido muy pocos cineastas que merezcan la misma efusión que el hombre ampliamente conocido como «Marty». Desde los clásicos iniciales Calles salvajes (1973), Taxi Driver (1976) y Toro salvaje (1980), hasta su sensacional carrera tardía con películas como Silencio (2016) y Los asesinos de la luna (2023), Scorsese, ahora de 82 años, ha demostrado ser el corredor de larga distancia definitivo del cine, un artista de una longevidad casi inigualable. “Ni siquiera entendía cuán desalentador era cuando empecé, para ser honesta”, dice Rebecca Miller, la directora de Mr. Scorsese. Inicialmente había imaginado el documental como una película de dos horas. “En el curso de un año, pensé ‘No puedo hacer esto’”, recuerda. “Hubiera sido un perjuicio para él y su producción verdaderamente shakespeariana. Hay un nivel de creación… tantas obras maestras en un nivel tan alto y a lo largo de tanto tiempo, y abarcando gran parte de la historia de este país”.

Siempre ha habido muchas críticas simplistas a la obra de Scorsese: que es un hombre que hace películas sobre gánsteres o películas sobre hombres. Incluso entre los fanáticos, el mito de Scorsese suele seguir un arco predecible: su coqueteo inicial con unirse al sacerdocio; su adicción a las drogas en los 70; su relación de trabajo simbiótica con Robert De Niro; su posterior papel como una especie de vocero anciano del cine mismo (“Incluso lo describiría como un evangelista del cine”, comenta Miller). Pero Mr. Scorsese hace un buen trabajo al examinar los entreveros de la narrativa establecida, hurgando en sus contradicciones y sus fracasos.

De hecho, lo que más sorprendió a Miller, al investigar el documental, fue “cuántas veces falló”, dice. “No solo al principio, sino a lo largo de toda su vida, tuvo contratiempos”. Uno de los grandes contratiempos llegó temprano: se suponía que debía codirigir el seminal y premiado con el Óscar documental musical Woodstock, pero fue retirado del proyecto a mitad de la edición. Hubo la devastación reputacional provocada por Boxcar Bertha, la película de 1972 encargada por el rey del cine de bajo presupuesto Roger Corman. “Incluso más tarde, después de haber hecho algunas obras maestras, Scorsese fue, en cierto modo, dado por muerto varias veces”, dijo Miller. “Y lo que realmente me interesa es que tuvo que redefinirse y levantarse cada vez”.

Una sección animada y detallada del documental se centra en el film de época New York, New York (1977), protagonizado por Liza Minnelli; producido en medio del éxito de Taxi Driver de Scorsese, fue un infame fracaso de exceso alimentado por cocaína, y casi descarrila la carrera del cineasta. “Ves estas imaginaciones que se han descontrolado”, dice Miller, “y ellos pueden hacerlo. Es como el pochoclo que sigue explotando”.

Miller, hija del maestro dramaturgo Arthur Miller, es mejor conocida por sus películas de ficción, incluida la comedia dramática Maggie’s Plan (2015), con Greta Gerwig y Ethan Hawke. Llegó a Mr. Scorsese con un conocimiento previo y algo informal de Scorsese, ya que Miller está casada con Daniel Day-Lewis, quien protagonizó Las relaciones peligrosas y Pandillas de Nueva York (Day-Lewis es uno de los muchos nombres entrevistados, en un elenco que también incluye al propio Scorsese). “Lo conocía un poco socialmente, así que tenía un sentimiento de afinidad”, dice Miller. “Creo que me eligió en parte porque sabía que pintaría un retrato honesto”.

Su fascinación por la obra de Scorsese surgió, dice, de “la dicotomía entre su catolicismo y su fascinación por la violencia. ¿Cómo se combinan esas dos cosas? ¿Quién es esta persona?” Cita un momento en que el padre de Scorsese sugiere que todas sus películas tienen “algún elemento de fe”: “la idea de ¿somos malvados? ¿Dónde está el mal? ¿Dónde está el bien? ¿Qué son los seres humanos?”. Estos temas pueden surgir de forma más evidente en épicas religiosas como La última tentación de Cristo (1988) o Kundun (1997), pero están presentes, de algún modo, en todas sus películas, desde Taxi Driver hasta Casino (1995).

“Creo que si sos un artista honesto, cada una de tus obras va a ser algún tipo de autorretrato”, dice. “Así que, como hombre de fe, no puede evitar tener eso reflejado de alguna manera. No de una forma didáctica, sino que… formula esas preguntas esenciales y metafísicas. Está en una búsqueda”.

Una de las secciones más interesantes del documental se centra en Casino y la relación de trabajo de Scorsese con Sharon Stone. Una crítica recurrente a Scorsese, particularmente en años recientes, ha sido la supuesta marginación de las mujeres en sus películas, un argumento que tiende a desvanecerse bajo un examen minucioso: sus películas han producido 11 nominaciones al Óscar para sus estrellas femeninas, incluida Stone, y muchos de sus personajes más memorables son mujeres. De hecho, aunque gran parte de su obra se centra en hombres, o en entornos centrados en hombres, a menudo sirven como autopsias implacables de la masculinidad.

“Su enfoque hacia los seres humanos es complejo. Creo que las mujeres en las películas son tan complejas como los hombres”, dice Miller. “Quiero decir, el personaje de Ginger en Casino… ese es un gran y denso retrato de un ser humano en todos sus defectos. Martin busca la verdad tal como la ve. Y todos están plantados en su tiempo, en su lugar, y cómo llegaron al mundo. Así que inevitablemente, tiene un cierto punto de vista”.

Unas cuantas veces durante la entrevista, Miller utiliza la palabra “shakespeariano” en referencia a Scorsese: lo compara con la gama de palabras ahora comunes en el lenguaje inglés que en algún momento William Shakespeare originó. “Estas palabras no existían antes; es algo similar”, dice. “Marty ha inventado una gramática para el cine, su propia gramática. Sí, tuvo influencias, pero las sintetizó y realmente las reinventó. Cierta gramática que ahora está tan profundamente dentro de nuestra estética que ni siquiera la vemos necesariamente como influencia”.

Hace más de dos décadas, Miller estuvo en el set de una película de Scorsese, cuando él estaba dirigiendo a su esposo en Pandillas de Nueva York (Day-Lewis interpretó a “Bill el carnicero”, un jefe del crimen del siglo XIX). “Era una gran escena que Scorsese tenía que filmar”, dice. “Y recuerdo haberme quedado tan impresionada por lo nervioso que estaba. Era como un joven a punto de embarcarse en esta tarea imposible. No estaba actuando con indiferencia, no estaba sentado sobre sus laureles. Estaba al borde de su propio nervio”.

Sonríe. “Y pensé, ‘Bueno, ese es su secreto’. Eso es lo que es. Vive. Está completamente vivo. Y ha mantenido eso durante tanto tiempo”. 

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Fuente: Pagina12

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