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Murió D’Angelo, músico clave de la escena afroamericana

En 2000 cambió el curso del sonido de la época con «Voodoo», un disco que fusionó diversas vertientes e influyó en todo lo que vino después. Venía batallando contra el cáncer de páncreas.

Quienes lo conocieron solían decir que D’Angelo brillaba tan fuerte como las estrellas. Sin embargo, desde este martes pasó a convertirse en una de ellas. Y es que este icono de la música negra falleció a los 51 años, en Nueva York, luego de batallar contra un cáncer de páncreas. “Nos entristece que sólo pueda dejar queridos recuerdos con su familia, pero estamos eternamente agradecidos por el legado de música extraordinariamente conmovedora que nos deja”, manifestó la familia del músico estadounidense a través de un comunicado. “Les pedimos que respeten nuestra privacidad durante este momento difícil, pero los invitamos a todos a unirse a nosotros en el duelo por su fallecimiento, a la vez que celebramos el don de la música que dejó para el mundo”.

El pasado 25 de enero se cumplieron 25 años de la salida de su primer álbum de estudio, el descomunal Brown Sugar: uno de esos discos que aparecen para cambiar para siempre la historia. De hecho, fue el primero al que se le atribuyó la etiqueta “neo soul”, al fusionar el estilo clásico del R&B con sonidos del hip hop y del jazz. Es más: se dice que su manager de aquel entonces, Kedar Massenburg, fue a quien se le ocurrió la idea del nombre de un género que tiene entre sus cultores a figuras del calibre de John Legend, Gnarls Barkley, Amy Winehouse, Kali Uchis, Mayer Howthorne y Angie Stone. Esta última, madre del mayor de los tres hijos de D’Angelo, falleció también este año, aunque en un accidente automovilístico. Lo que significó otro duro golpe para el movimiento.

De todas formas, el propio artista se encargó de tomar distancia del rótulo. “No quiero desasociarme, y lo respeto por lo que es, pero cada vez que le ponés un nombre a algo, lo estás encerrando en una caja”, declaró el cantante, compositor y músico, nacido como Michael Eugene Archer, durante una de sus escasas apariciones públicas en 2014. “Me apego a la Quinta Enmienda. Nunca dije que hago neo soul. Cuando salí del armario, dije: ‘hago música negra’”. Sucede que él era alérgico a cualquier atadura, tal como se lo manifestó a la publicista de su discográfica cuando ella intentaba armar el comunicado de prensa del disco. “No quiero que me digan lo bien que sueno, y luego no me baso en ese sonido”, le espetó. “Lo que haga la semana que viene debería sonar mejor que lo que hice hoy».

“Dejame contarte sobre esta chica, tal vez no debería. La conocí en Filadelfia y se llamaba Brown Sugar. Hacemos el amor constantemente. Por eso mis ojos son de un tono borgoña sangre, y la forma en que nos besamos es diferente a cualquier otra forma en que yo besé”, versaba la canción que le dio título a este trabajo, toda una oda a la sensualidad. Una bien moderna, además. No obstante, fue con el single “Lady”, también incluido en ese disco, con el que no sólo alcanzó por primera vez el Top 10, sino que se convirtió en una de las voces más influyentes de su generación. Y es que era dueño de un falsete que difícilmente podía pasar desapercibido, aunque al mismo tiempo se tornó en una especie de dolor de cabeza porque durante muchos años le valió comparaciones con Prince.

Cinco años más tarde, apareció la secuela: el maravilloso Voodoo, que consolidó su sonido minimalista, su ansia por experimentar y de paso le significó el premio Grammy como “Mejor álbum de R&B” (ganó cuatro gramófonos en total). A propósito de ese material, el rapero y neosoulero Tyler, the Creator despidió a D’Angelo, en su cuenta de Instagram, recordando el impacto que tuvo en él ese disco cuando lo compró a los nueve años. “No podía entender cómo alguien podía escribir algo tan simple, pero personal, tan amplio y genial”, evocó. “Así de especial era. Un erudito. Un auténtico extraterrestre. Tengo muchísima suerte de haber conseguido mi copia de Voodoo. Tenemos muchísima suerte de haber estado vivos para disfrutar de su arte. Este hombre moldeó mi ADN musical”.

Tras la salida de Voodoo, que tiene en calidad de invitados a los raperos Method Man y Redman e incluye el hit “Untitled (How Does It Feel)”, este genio de groove se volvió un artista imprudente. Si bien tuvo éxito al principio, la gira se vio perjudicada por las cancelaciones y las frustraciones personales de D’Angelo en torno a su imagen pública sexualizada. Luego de una crisis nerviosa, canceló todo el tour y se retiró del foco de atención, y sus problemas con la depresión, las drogas y el alcohol se hicieron públicos. En 2002 fue rociado con gas pimienta y arrestado en su ciudad natal, Richmond (Virginia), y tres años después fue detenido por conducir ebrio y posesión de drogas. Pese a eso, alimentó el culto en torno a él por su incapacidad para terminar un esperado tercer álbum.

A contramano de esa imagen, “D’Angelo era un chico tímido y humilde cuando nos conocimos”, dijo Ali Shaheed Muhammad, miembro y productor de A Tribe Called Quest, quien participó en la producción de Brown Sugar. “Era un tipo normal que amaba la música”. Desde bien joven, el artista estadounidense se sintió atraído por la música. Comenzó a tocar el piano a los tres años, actuando en la iglesia junto a su padre, quien era ministro pentecostal. Más tarde, continuó presentándose localmente en diversos grupos. Firmó su primer contrato discográfico en 1993, a los 19 años, y al año siguiente logró su gran éxito al coescribir y coproducir la canción “U Will Know” para el supergrupo de R&B Black Men United, con Usher, Brian McKnight, R Kelly, Boyz II Men, Raphael Saadiq y Gerald Levert.

A 14 años de la salida de su último disco de estudio, D’Angelo
rompió el silencio con uno nuevo: Black Messiah. Comprensiblemente, la anticipación
en torno a su lanzamiento era alta, y no decepcionó. Si bien su gestación fue
larga, encajó perfectamente con tiempos cada vez más problemáticos: fue
publicado poco después de que un tiroteo fatal de la policía contra el hombre
negro de 18 años Michael Brown provocara disturbios en Missouri. Lo que inspiró
letras sobre la violencia armada y el racismo sistémico. Su sonido crudo, denso
y vanguardista
cambiaba impredeciblemente de furioso a onírico. A pesar de que
fue su último disco, en 2019 sacó el single “Unshaken”, y el año pasado
apareció junto a Jay-Z en la banda sonora de la película The Book of Clarence. Su
colaborador de toda la vida, Raphael Saadiq, declaró que D’Angelo estaba trabajando
en un próximo álbum.

Fuente: Pagina12

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