Oasis tocó en México y comienza la cuenta regresiva para River

En medio de un temporal, cerró una nueva etapa de la gira. Argentina volvió a ser protagonista.
Pasó Canadá, Estados Unidos y México, y Oasis terminó la primera parte de su visita por América.
En septiembre solo quedan un par de fechas en Wembley, en octubre será Corea del Sur y Japón. En noviembre empiezan por Australia y cierran el mes, y el Tour ’25, en Sudamérica.
La banda en su mejor momento
Desde que empezó el regreso, el 4 de julio, los hermanos Gallagher tuvieron un perfil bajo en sus redes sociales, pero en las cuentas oficiales se vieron muchas imágenes de cada noche y de cada ciudad.
Este fin de semana, despues del triunfo del City en el derby de Manchester, Liam volvió a Twitter para rendir homenaje al boxeador Ricky Hatton. El menor de los hermanos no aparecía desde el 1 de julio, previo al comienzo de la gira.
Ese «buen comportamiento» en público va de la mano de una actitud arrolladora en el escenario, con buen humor, su voz en el mejor momento, chistes y un gran vínculo, con gestos de cariño inlcuidos, con Noel. Su esfuerzo para el regreso, y las ganas de que su banda favorita siga en pie, está funcionando.
Entre sus fans hay una dicotomía casi comparable con el fútbol: ¿es mejor Argentina del ’86 o Argentina del ’22? ¿Este Oasis es mejor al Oasis pre separación?
¿Volvieron los ’90?
Este Oasis tuvo la épica del regreso inesperado. Es un Oasis más sólido en su sonido, por el paso de la experiencia y de la madurez encima. En el siglo pasado eran impredecibles. Hoy, esas peleas quedaron de lado porque ellos también querían volver, y están cuidando y disfrutando de su banda cada noche y cada día.
Ese otro Oasis, el que dominó el mundo con dos discos en sólo dos años, tenía una mística imposible de recuperar y revivir. Tal vez, porque esa banda ya no existe. No son los mismos integrantes, no es la misma época. Hubo hijos, hijas, divorcios, guitarras que volaron y nietos que se acercan.
Ese Oasis genera nostalgia y melancolía. Era el Oasis en la tapa sensacionalista, era noticia por la polémica. Era el Oasis de lo imprevisto.
Pero Oasis creció, al igual que los Gallagher y sus fans. Los mismos que iban a sus shows en los ’90 ahora van en familia. Este Oasis representa un Oasis con lo mejor de cada época. Un Oasis que revive el rock en vivo, en medio de un mundo de auto-tune y tik toks.
Algo evolucionó, en su sonido y su actitud. Hay prolijidad, en una gira pareja y sin sobresaltos, con la misma lista de canciones y una energía que fue en aumento con el paso de las semanas. Es la última gran banda de rock reinando de nuevo, 30 años después.
La mística de los pibes de barrio de clase trabajadora que no le pidieron permiso a la industria musical era la gran protagonista en los ’90. Hoy, esa postura la recuerdan y la abrazan los fans que volverán a verlos, por ejemplo con clásicos como «Bring it on down» y «Fade Away».
Los fans que tendrán su debut no verán ni escucharán un sonido sucio ni una actitud rebelde. Ese Oasis es un recuerdo. Un gran recuerdo. Y este Oasis es una sorpresa, no por lo impredecible. Sino porque es un regalo que muchos creían que nunca volver a recibir. De la misma manera que pudimos disfrutar a Maradona y podemos disfrutar a Messi, sin necesidad de elegir ni comparar.
El sombrero que viaja a Buenos Aires
En cuanto a Noel, no hubo noche que no mencionara a la Argentina. El momento de la lista en que toca «Half the World Away», la bandera albiceleste se pone en alto y el agradecimiento llega con el pecho bien inflado.
«Gracias a los argentinos que viajaron para vernos», o simplemente «esta canción es para todos los argentinos», son algunas de las frases que más replicó, no importa el país que toque en la agenda.
En México se dio otra particularidad: un sombrero mexicano terminó en manos argentinas.
Camila, una fan argentina, ya apareció varias veces en las publicaciones que la banda hace post shows. En varios recitales estuvo en la valla junto a la bandera argentina y ver su emoción reflejada en las fotos explica de cierta manera eso inexplicable que genera la música.
Su presencia en México le dejará una de las anécdotas mas grandes de su vida. En una noche pasada por agua, por las intensas lluvias, se llevó un souvenir único: un sombrero mexicano regalado por Noel.
«Sin palabras, fue increíble», es el primer resumen todavía en medio del shock.
Cuenta Camila, entre risas, que «Noel me señaló y cuando lo tiró, se desvió y lo agarraron otras chicas. Ahí empezaron a gritarle ‘rateras, devuelvan el sombrero a la chica'». Según afirma, el mismo Noel resolvió la situación: «las miró y les hizo señas para que me lo dieran».
En dos meses, el 15 y 16 de noviembre, Oasis volverá a Buenos Aires. Para esos días se esperan actividades de todo tipo: murales, festivales de bandas tributo y un aluvión de fans en cada esquina.




