Espectáculos

Tratamos de expandir los márgenes de la milonga

La agrupación uruguaya presentará su espectáculo «De no olvidar» este sábado en Ciudad Cultural Konex. El repertorio incluye versiones de canciones emblemáticas de Zitarrosa, algunas menos transitadas y también obras propias.

Alfredo Zitarrosa es uno de esos artistas populares que iluminan el futuro. ¿Qué quiere decir esto? Que su voz siempre suena presente, porque los asuntos humanistas y existenciales sobre los que cantó trascienden el tiempo. “En mi país, qué tristeza/ La pobreza y el rencor”, canta, por ejemplo, en “Adagio en mi país”, clásico latinoamericano. “Tú no pediste la guerra/ Madre tierra, ya lo sé”, entona luego el cantor, poeta, compositor, escritor y periodista uruguayo fallecido en 1989. De este modo, el grupo montevideado Milongas Extremas recupera su legado y su figura en un espectáculo denominado «De no olvidar» que presentarán este sábado a las 20.30 en Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131). “Este homenaje lo venimos pensando hace muchísimos años, porque abordar la obra de Zitarrosa para nosotros tiene mucho peso y responsabilidad. Aparte compartimos el mismo formato de guitarras, entonces era todo un desafío hacer versiones que no se parecieran a las originales”, resalta Matías Rodríguez, uno de los guitarristas y cantantes del grupo.

Después de seis conciertos en Montevideo, Milongas Extremas traerá su homenaje a Zitarrosa a Buenos Aires. “Estuvimos mucho tiempo seleccionado las canciones y tratando de sacar los arreglos y llevándolas para nuestro terreno”, precisa Rodríguez. El repertorio incluye versiones de canciones emblemáticas de Zitarrosa, algunas menos transitadas y también obras propias, como las de El mismo cielo (2020). Sonarán, por ejemplo, «Pal que se va», «Adagio para mi país», «Diez décimas de saludo al pueblo argentino», «Zamba por vos» y «Qué pena». Además, incluirán sus ya clásicas versiones de la banda española Extremoduro. “La idea es poner en alto las canciones que vamos a tocar, no perder la frescura que siempre nos caracteriza y que la gente entienda que lo hacemos desde el cariño y respeto total por la obra de Alfredo”, dice el músico y habla también por Francisco Stareczek (guitarra y voces), Paio Piñeyro (guitarra, saxo y voces), Santiago Martínez (guitarra y voces) y Camilo “Piquela” Gramoso (bajo y voces).

“Sabemos que Zitarrosa dejó una gran marca de este lado del río y también sabemos que hay un montón de compatriotas que se van a copar”, entiende el guitarrista. “Hay un hilo conductor en el espectáculo: la voz de Alfredo se va metiendo, presentando canciones y tirando anécdotas en el medio. Hay imágenes de archivo, audios, fragmentos de entrevistas y textos que reflejan su filosofía. Si bien su persona física no está, su presencia va a sobrevolar todo el espectáculo”, se entusiasma el músico. Entre los invitados, estarán la cantautora entrerriana Noelia Recalde, el músico Pablo Iglesias, el periodista y escritor Reynaldo Sietecase, y Carlos Méndez, uno de los últimos guitarristas de Zitarrosa. “Es un espectáculo que tiene un laburo audiovisual, de luces y de estética muy cuidado. Creemos que llegamos a algo bastante unitario y redondito”, sintetiza. “La familia Zitarrosa se nos acercó con mucho cariño y nos dieron su bendición”.

-¿Qué representa Zitarrosa para ustedes y por qué es importante traerlo al presente?

-Zitarrosa para nosotros y creo que también para cualquier artista latinoamericano es una referencia en muchos aspectos. En nuestro caso particular, que somos un quinteto que toca milongas, es la referencia máxima. Pero además de sus canciones es una referencia como artista y como defensor del oficio del músico. Porque él siempre intentó ponerlo en la altura que tiene que tener y no dejarse amedrentar por las dinámicas del sistema y la lógica comercial que tiene la música. Zitarrosa siempre defendió a los artistas y luchó para que tuvieran un lugar importante para tocar. Siempre entendió que los artistas son obreros. Que tengamos un trabajo que nos da mucha satisfacción y que nos divierte no significa que no seamos trabajadores. También rescatamos su filosofía, su forma de pensar y de pararse contra la dictadura.

-¿Y qué punto de contacto hay entre Zitarrosa y Extremoduro?

-En una de las intervenciones que hace Zitarrosa en el espectáculo se refiere a la música andaluz y el arraigo que tiene esa música. Cómo las cuestiones armónicas de esa música se mezclaron con las cuestiones rítmicas y culturales de Latinoamérica. Además, la presencia de la guitarra española. Nosotros cuando empezamos a hacer las canciones de Extremoduro nos dimos cuenta que eran muy simples para tocar con la guitarra, con letras bien concretas y con un mensaje muy claro. Y en ese sentido las canciones de Alfredo son muy parecidas: no tienen tanta complejidad armónica y el mensaje es muy directo.

-¿De Extremoduro les cautivó la poética directa del cantante Roberto Iniesta?

-Nos gusta mucho el rock. Y Extremoduro es una banda referente del género. Pero además tiene este asunto poético de las letras que sin el rock se sostiene igual. Y eso nos parecía muy importante. Por eso, por ejemplo, escuchás a Iniesta con un guitarrita sola sin distorsión y te parte la cabeza. Si bien Extremoduro no toca más seguimos escuchando sus canciones y encontrando cosas nuevas. Cuando empezamos a tocar, Extremoduro en Uruguay era una banda de nicho, porque nunca había salido de España. Después nos dimos cuenta que había pila de gente que escuchaba la banda y nos pedían que siguiéramos tocando sus canciones. Después vinieron a tocar a Uruguay. Pero también se nos hacía un poco más fácil versionar una banda extranjera en ese aspecto… porque capaz si hacíamos versiones de Los Redondos pasábamos como una de las tantas bandas que hacen versiones de ellos. Y no estaba la gracia ahí. Cuando nos dimos cuenta que las versiones se sostenían en nuestro formato abrimos una puerta infinita. Cuando nos invitaron a tocar como teloneros en Uruguay en 2014 nos dijeron que teníamos que tocar temas propios. Entonces, le dimos rienda suelto a la composición. Hoy por hoy nuestras canciones gustan mucho y algunas hasta se cantan en las escuelas. ¡Descubrimos que éramos compositores también!

-¿Encontraron en la milonga un terreno para explorar, jugar y expandirse?

-Sí. Al ser una expresión no académica no está limitada a las ataduras institucionales. Entonces, como expresión popular cada uno hace lo que siente con el respeto debido. Y nosotros tratamos de expandir los márgenes de la milonga y no tener una raigambre folklórica tan marcada. La mezclamos con el rock y al tocar con las guitarras enchufadas se logran cosas de sonido muy interesantes. No tenemos ataduras y sabemos que podemos hacer lo que tengamos ganas sin faltarle el respeto a nadie. Lo más importante es transmitir algo y ser genuinos. Hemos encontrado una comodidad para expresarnos con libertad en el ámbito milonguero.

Fuente: Pagina12

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