Espectáculos

Luis Pescetti y Carlos «Negro» Aguirre construyen «una nube de poemas y canciones»

El escritor y músico santafesino vuelve a cruzarse sobre un escenario con el pianista entrerriano en un show sin guion previo y con mucho de espontaneidad.

Hace quince años, al menos, que el escritor y músico santafecino Luis Pescetti y el compositor, pianista y cantante entrerriano Carlos “Negro” Aguirre coinciden cada tanto en algún escenario. Cuando lo hacen, ambos artistas construyen con ternura, paciencia y belleza un recital de poemas y canciones. A veces a través de obras propias y otras tantas a partir de voces y músicas de otros autores. Pero siempre con un sentido y una intención clara: conmover a través de una palabra poética cotidiana, legible, cercana, directa. “Este espectáculo es una suspensión del tiempo y un paréntesis para no ver lo que pasa a diario con el guión de todos los días. No quiere decir que nos alejemos de lo que está pasando, pero no estamos tomados y sometidos a esa realidad. A veces te tomás un par de horas de descanso y volvés refrescado”, grafica Pescetti sobre su encuentro artístico con Aguirre, que sucederá este sábado 30 de agosto a las 20.30 en el ND/Teatro (Paraguay 918).

El espectáculo de Pescetti y Aguirre se plantea como un encuentro de amigos, una conversación sin guion previo y una buena dosis de espontaneidad. Si bien hay algunas pautas previas y textos seleccionados, la dinámica del recital poético puede ir variando según la temperatura y el humor del auditorio. “Yo medio que le voy contando qué poemas busco y él va buscando algunos temas, no para ilustrar sino que se lleven bien. Después en el momento todo depende del encuentro con el público. O sea que uno tiene un guion abierto porque también depende de lo que pase en la sala”, explica Pescetti. “Es como las conversaciones cotidianas: vos vas con el plan de hablar sobre algo, pero después la persona te rebota y tenés que ir rumbeándolo”, completa. De este modo, aparecerán en escena “algunos poemas que hablan de lo social, del encuentro, de lo humano, pero todo con una óptica de dar mucho sentido”. Autores como Sonia Scarabelli, Mariano Blatt, Marina Yuszczuk, Fernando Pessoa y Wislawa Szymborska son los elegidos por el escritor. Solo “el treinta por ciento” son textos propios.

“En el encuentro con Luis sucede la resonancia con algunas formas de ver el mundo y también de un modo de expresar esas perspectivas desde donde observamos. A partir de un disparador de un texto de Luis busco una canción que pueda hacer yunta con el sentir o la atmósfera que propone el relato”, aporta Aguirre. “Hay veces que es al revés: envío una canción a modo de disparador y Luis imagina un texto posible dentro de su universo. Es muy gracioso porque, más allá de todo lo que podamos acordar de antemano, en el concierto sucede lo espontáneo y eso puede cambiar en cierta medida el rumbo de lo que imaginábamos”, confirma. “Por todas estas razones no podría dar exactamente una idea del repertorio que sonará. Por mi parte, vengo estudiando un montón de canciones posibles para tenerlas a mano por cualquier cosa. No todas son composiciones mías sino que aprovecho la ocasión para traer al espectáculo obras del cancionero popular argentino y canciones de algunos amigos cercanos”, dice el pianista, que interpretará, quizás, obras del mendocino Dardo Palorma y la chilena Elizabeth Morris.

Esos tópicos o temas que afloran en el espectáculos “tienen que ver con la época, con las cosas que pasaron en tu vida o en la vida de la familia”, precisa Pescetti. “Ahí se va haciendo como una nube de poemas y de canciones. En este momento (inciden) las noticias que circulan y la necesidad de encontrar una voz poética y narrativa en el sentido de contar historias que sean bien de uno. O sea, que se parezca a la palabra y a la voz que usás todos los días para decir tu vida cotidiana. Y en esa búsqueda de un lenguaje muy cotidiano, pero a la vez para expresar momentos extraordinarios o trascendentes muy delicados de lo cotidiano, surgen poemas, por ejemplo, de la rosarina Sonia Scarabelli”.

-¿Estos textos tienen que ver con esta época?

Luis Pescetti: -Claro. No necesariamente es “Gaza tal cosa” o “la corrupción tal otra”, sino que están sumergidos todos esos temas y te hacen buscar un vaso de aire que conecte con algo más limpio, más puro, más trascendente o que te dé fuerzas en un momento así. El domingo estuve en el homenaje al Garrahan y en Parque Lezama, y una de las mamás que estaban ahí había estado en el Congreso leyendo un escrito. Y no necesariamente por estar en una situación tan delicada como es tener un hijo internado quiere decir que vayas a hablar con tristeza o con pesar. A lo mejor por eso mismo querés hablar de una manera cuidadora, pero de algo que te distraiga.

-¿Es importante conectar con la palabra poética y la música en momentos difíciles y en tiempos tan hostiles?

L.P.: -Todos hemos vivido algún duelo, y no porque estás en medio de esa situación tenés ganas de que venga alguien y te diga «uhh, te entiendo lo que te pasó». A veces es una charla sobre cualquier tontería pero que te hace sentir que el amigo que te vino a visitar está al lado tuyo. Es uno equilibrio entre nombrar y acompañar.

Carlos Aguirre: -Tomo prestada una frase de un amigo de Paraná, que en una reunión dijo en relación al arte en estos tiempos: «Es como estar un rato a salvo». No solo con la música y la palabra, también con la danza, el teatro y la pintura, y todas las expresiones que por un instante nos hagan mirar un poco más lejos. También sucede que esas expresiones generan el encuentro de las personas. Es tan importante un concierto como el antes y el después del concierto. Los abrazos, el «cómo estás» mirándonos a los ojos. El arte como cobijo, como otra manera de pensarnos, como otra crónica posible de este momento, como el ejercicio permanente de imaginar otro mundo posible.

-Luis, hay algo que sucede con tus espectáculos y es que conectás con un lugar muy cercano con la palabra que logra trascender las edades: le podés hablar a las infancias y también a un público adulto, con un mismo lenguaje y con la misma ternura. ¿Hay una búsqueda en ese sentido a la hora de comunicarte?

L.P.: -Lo que más me importa es ser legible. Me refiero a no obligar al otro a que se arrime a lo que estás queriendo decir, que tenga que traducir tu mensaje, sino que lo encuentre a mano. Pero a mano para contarle algo que le está costando decir. Y en ese ser legible, ser fácil de leer, a veces te dirigís a los chicos y otras veces a los grandes. Pero ser legible es un terreno que queda siempre a la mano. Todorov decía: «Ser claro en el lenguaje es una cuestión de higiene». Si uno está contando raro, lo más probable es que no estés contando algo que entendés bien.

Fuente: Pagina12

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