Ni pro israelíes ni pro palestinas, somos pro paz

Tres representantes de los movimientos Mujeres Activan por la Paz (WWP), de Israel, y Mujeres del Sol (WOS), de Cisjordania, llegaron esta semana a Argentina por invitación del Centro Ana Frank Argentina para América Latina (CAFA) y Mujeres Activan por la Paz – Red Iberoamericana. En su primera visita a la región, las integrantes de estas organizaciones —que desde hace más de cuatro años trabajan juntas por la paz entre israelíes y palestinos— buscan amplificar su voz en favor del diálogo y la construcción de una salida pacífica del conflicto, a través de conferencias abiertas y encuentros con autoridades nacionales, legisladores, diplomáticos y jóvenes.
Reem Al-Hajajreh, nacida en Belén, es cofundadora y directora de WOS, y fue reconocida en 2024 por Time Magazine como una de las Mujeres del Año. Hyam Tannous, israelí cristiana de origen árabe, es educadora y miembro del Comité Directivo de WWP. Angela Scharf, politóloga nacida en Viena, coordina el equipo de relaciones exteriores de ese movimiento y fue distinguida con el premio Hillary Rodham Clinton en la Universidad de Georgetown.
Tanto WOS como WWP fueron nominadas al Premio Nobel de la Paz 2024. Ambas organizaciones elaboraron en conjunto un texto titulado «Llamado de las Madres», en el que cada palabra fue discutida, trabajada y consensuada. Es una declaración en la que exigen a sus líderes iniciar negociaciones de paz inmediatas y comprometidas. Es un texto que quieren que todo el mundo lea. Incluso el Papa Francisco fue una de las personalidades que lo firmó, en mayo del año pasado.
En diálogo con Página/12, las tres mujeres expresaron el esfuerzo que están haciendo en conjunto para que sus voces se escuchen alrededor del planeta, en una coyuntura atravesada por la ofensiva israelí en la Franja de Gaza tras el ataque de Hamas en Israel el 7 de octubre de 2023. Frente al odio creciente y la deshumanización, aseguraron que su trabajo por la paz no se detuvo, sino que se volvió más urgente.
– Tras los hechos del 7 de octubre y la posterior ofensiva israelí en Gaza, ¿cómo cambió o se transformó el trabajo que vienen haciendo ambas organizaciones?
Reem Al-Hajajreh: Después de los hechos del 7 de octubre, el trabajo de WOS se volvió muy difícil, porque hubo un castigo mayor sobre toda la población palestina en general, con muchos puntos de control y aislamiento de los pueblos. También ha habido muchos arrestos repentinos. Yo fui arrestada y también investigada muchas veces. Lo mismo ocurrió con mi hijo mayor, que fue arrestado y luego liberado, a pesar de que no teníamos nada que ver con ninguna cosa. Como organización, convocar a más mujeres empezó a ser mucho más difícil por estas razones.
Angela Scharf: En nuestro caso, el 7 de octubre fue un desastre y un trauma. No sabíamos qué hacer, nos llevó unas semanas hasta que nos pudimos reorganizar, reencontrarnos. Y desde el principio no dudamos en estar con las familias de los secuestrados y eso pasó a ser lo principal y lo central en WWP. También, desde el primer momento, estuvimos en contacto con las mujeres de WOS y empezamos a participar en entrevistas juntas.
Hyam Tannous: Yo me quedé dos semanas en la cama, no podía salir, en parte por la pérdida de Vivian Silver (una de las fundadoras de WWP, quien murió el día del ataque de Hamas en Israel). Después, cuando el ejército israelí empezó a responder en Gaza, estaba muy preocupada y muy dolida por lo que estaba pasando allí, y también porque murieron integrantes de WOS. Había unas 500 mujeres de esa organización en Gaza y 43 fueron asesinadas después del 7 de octubre. Por eso, de verdad, todo fue un desastre. Nosotras seguimos con un activismo muy fuerte, porque la única solución es que haya acuerdos y paz, que los gobernantes y los líderes se sienten a negociar.
– ¿Qué tipo de recepción encontraron en la comunidad internacional con su labor?
Scharf: Una de las cosas muy importantes que empezamos a hacer después del 7 fue dirigirnos a los embajadores de los distintos países en Israel para que nos ayudaran a contactar con las mujeres de WOS. El embajador de Suecia organizó un encuentro. Era una mesa ovalada: de un lado, todos los embajadores; del otro, los dos movimientos, WWP y WOS, todas entremezcladas. Una de las coordinadoras y directoras de WWP y una palestina estaban agarradas de las manos y lloraban. Todos preguntaban por qué lloraban. La palestina había perdido a treinta familiares y amigos, y la otra había perdido a su hermano en la Guerra de Yom Kippur, en 1973. Fue tan fuerte y tan simbólico que no había mucho más que decir. Todo eso hizo que después los embajadores nos buscaran y nos invitaran; ya no teníamos que pedir hablar. Estuvimos en Austria, en Eslovenia, en Alemania, en Estados Unidos… realmente por todos lados.
Tannous: Si, después que empezó a pasar esto, las embajadas del mundo nos empezaron a ver como un foco de esperanza, un poco de luz al final del camino.
— ¿Reciben resistencia u oposición por parte de sus propias comunidades frente a la postura de paz que ustedes defienden para resolver el conflicto?
Scharf: Todo el tiempo hay muchos que se ponen en contra. En nuestro caso, cuando estamos acompañando a las familias en las protestas en Israel, hay gente que nos grita y nos insulta. Una vez hicimos una manifestación en una ciudad muy cercana a la Franja de Gaza y mucha gente decía: «váyanse a vivir a Gaza».
Al-Hajajreh: Nosotras tenemos una especie de regla: ir desde el dolor hacia la esperanza. A pesar de todo el dolor lo que estamos sintiendo, el miedo, la ansiedad, la preocupación, y también las mismas agresiones/rechazos que podemos recibir tanto del pueblo palestino como del pueblo israelí, nosotras no vamos a parar nunca hasta establecer la paz, porque esa es la única solución que nos va a proteger tanto a nosotras como a nuestros hijos. Si toda la plata invertida en las guerras fuera invertida en la paz, los palestinos ya tendrían una vida llena de paz. Nosotras tenemos algunos proyectos en particular que presentamos para quienes quieran construir este camino. Y son proyectos que no nos cuestan mucho, valen mucho menos que el precio de un misil, pero son muy condicionados…
– Reem Al-Hajajreh, ¿cómo ve en su caso la situación en Gaza a un año y diez meses del inicio del conflicto? ¿Y qué está ocurriendo actualmente en Cisjordania?
Al-Hajajreh: No teníamos pensado que la guerra iba a durar tanto. En Gaza se están sufriendo diferentes tipos de agresiones, como la hambruna, demolición de casas, se aterra a la gente. Las mujeres de allí no estaban preparadas para entrar en la guerra, fueron obligadas a formar parte. Perdieron sus vidas, sus hijos, sus casas. Cisjordania no es mucho mejor, pero hay menos agresiones que en Gaza porque es una zona mucho más fácil de ser penetrada para el ejército israelí, aunque si hay muchos arrestos.
– ¿Qué importancia tiene que un grupo de mujeres israelíes y palestinas alce su voz en favor de una solución pacífica al conflicto entre ambos pueblos?
Al-Hajajreh: La paz para los palestinos es muy importante porque nos da más esperanza de vida. Nosotras como mujeres buscamos tranquilidad y seguridad. Entonces, cualquier negociación hecha por mujeres va a ser muy pacífica y muy bien hecha. Esto nos brindará tanto a nosotras como a nuestros hijos sentir una cierta seguridad.
Tannous: Antes la mujer no tenía voz en la toma de decisiones. Solo los hombres. Si las mujeres hubieran estado en las negociaciones de paz, los acuerdos ya hubieran salido con mucha más seguridad.
Scharf: Nosotras, con las mujeres de WOS, comenzamos a producir una nueva narrativa: no acusamos y no denigramos. No culpamos, no nos fijamos en quién hizo qué, miramos hacia adelante en búsqueda de un futuro mejor para las próximas generaciones. Ni pro israelíes ni pro palestinas, somos pro paz.