Espectáculos

Dejamos constancia de la sociedad en la que vivimos

Se trata de una creación colectiva inspirada en la obra «Las Aves», de Aristófanes. Se presentará desde este jueves en cuatro únicas funciones en el Teatro San Martín. El director Israel Solà revisita la clásica comedia griega para estudiar los mecanismos emocionales que hacen funcionar al populismo neoliberal. «El público no sólo se ríe sino que se siente interpelado a nivel ideológico con lo que estamos planteando», señala.

La compañía catalana La Calòrica, de 15 años de existencia, visita por primera vez Buenos Aires con Las Aves, una creación colectiva inspirada en la obra de Aristófanes y enfocada en el auge del populismo neoliberal y los mecanismos emocionales que lo hacen funcionar. «Hablamos siempre de nuestro presente y de problemas que se vuelven universales pero que, al final, están definiendo nuestra realidad. Como creadores lo único que podemos hacer es dejar constancia de la sociedad en la que vivimos y analizar sus cosas bonitas y feas», dijo a Página/12 Israel Solà, director de la obra que tendrá cuatro funciones en el Teatro San Martín (este jueves, viernes y sábado a las 20.30 y el domingo a las 19.30, en Avenida Corrientes 1530).

En su primera gira por Latinoamérica, la compañía pasó primero por Chile y por Rosario y Córdoba. «Algunos habíamos venido a Argentina de vacaciones, pero nunca a actuar. En cada ciudad está siendo como un estreno. Hemos actuado mucho en Cataluña y hacemos giras bastante grandes en España, pero en el extranjero sólo habíamos actuado una vez antes de esta gira, en Italia. Así que tampoco es que somos expertos en giras extranjeras. De golpe, hacer una tan grande y tan lejos nos está pareciendo un sueño y una aventura», expresó Solà. Y analizó: «Siempre es una incógnita presentarse en otro país cuando haces teatro de texto y encima comedia, porque el sentido del humor es una cuestión muy particular de cada pueblo. Estamos teniendo un feedback muy bueno, el público no sólo se ríe sino que se siente interpelado a nivel ideológico con lo que estamos planteando».

La Calòrica surgió en 2010, de la mano de un grupo de estudiantes del Institut del Teatre, escuela pública de Cataluña. «Nos hicieron hacer un trabajo final y nos juntamos para hacerlo. Y ahí nació la compañía, que hace algo muy personal. Cuando todo el mundo hacía teatro minimalista, nosotros lo hacíamos en verso y con vestidos de época. Hicimos una obra grotesca y con mucho sentido del humor. Ese fue el germen«, evocó el director. Con el tiempo, los artistas dieron forma a una cooperativa, en la que «cinco actores y actrices, un dramaturgo, un escenógrafo y un director» conversan los detalles de cada espectáculo en una dinámica «transversal», sin jerarquías.

La reflexión política y el uso del humor en el abordaje de problemáticas serias y actuales son su sello, así como también la importancia que otorgan al aspecto visual. Han creado y producido espectáculos como Feísima enfermedad y muy triste muerte de la reina Isabel I (2010), l’Editto Bulgaro (2012), La Nave de los Locos (2013), Bluf (2014), Sobre el fenómeno de los trabajos de mierda (2015), El Profeta (2016), Fairfly (2017) y Las Aves (2018). Sus obras se han estrenado tanto en salas alternativas como en grandes festivales. Actualmente, la compañía está formada por Xavi Francés, Aitor Galisteo-Rocher, Esther López, Albert Pascual, Marc Rius, Israel Solà, Júlia Truyol y Joan Yago. Su más reciente producción se llama La brama del cérvol («El berreo del ciervo»). Igual que la que se verá en Buenos Aires, está escrita por Yago y la dirige Solà. Estrenó en mayo en la Sala Fabià Puigserver del Teatre Lliure de Barcelona, una de las más importantes de España.

Las aves, de Aristófanes, estrenó en 414 A.C. Aborda la historia de dos atenienses adinerados que, hartos de la injerencia pública en sus asuntos particulares, abandonan el mundo de los humanos y convencen a las aves para crear una nueva civilización. La Calòrica revisita el texto para estudiar los mecanismos emocionales que hacen funcionar al populismo neoliberal y cuestionarse los motivos de su auge en la esfera internacional.  «Una semana antes del estreno del espectáculo, en 2018, la extrema derecha obtuvo por primera vez representación en un parlamento autonómico. Hasta ese momento no había todavía ningún partido de extrema derecha que estuviera sentado como diputado. Era algo que nos atemorizaba pero que se ha vuelto más flagrante. Esto resignifica la obra, porque ahora mismo Europa y el mundo viven un viraje hacia la derecha. España está manteniéndose como un pequeño oasis pero tenemos la sensación de que en breve vamos a caer igual», reflexionó Solà.

-¿Qué los motiva a tomar este texto y hacer una versión? 
-En su momento estábamos muy cómodos con la definición de que hacíamos comedia y política. Y Aristófanes es el padre de la comedia. Sus comedias son las primeras que conservamos; nacen en la antigua Grecia hace aproximadamente 2500 años, en el mismo momento en que nace la democracia. Esa coincidencia es muy curiosa. Dijimos: «Hay algo aquí de lo que nosotros tenemos que beber». Nos pareció interesante analizar su obra y ver qué de ello hay en nosotros, qué conservamos. Al final nos dimos cuenta de que no tenía sentido representar el texto original porque está plagado de referencias y de gags al tiempo y la sociopolítica del momento de Aristófanes, pero nos interesaban las estructuras y mecanismos que utilizaba. Decidimos escribir un texto nuevo. Nadie que venga a ver Las aves de La Calòrica va a escuchar ni una sola palabra del texto original. Es una obra completamente distinta y contemporánea, pero que en germen está haciendo lo mismo que hacía Aristófanes. Utilizamos nuestros referentes políticos, situaciones y contemporaneidad.

-¿Qué les interesaba plasmar de la contemporaneidad?
-Lo más interesante del espectáculo es cómo expone los mecanismos del populismo y el miedo. Para nosotros «populismo» significa cualquier razonamiento que haga un político que apele a las bajas pasiones y que esté falto de contenido. La extrema derecha lo utiliza hoy en día cuando dice «todos los problemas son por los inmigrantes». Esos mecanismos no son particulares de un color político, pueden aparecer en la izquierda o la derecha. Es un riesgo que cometen los políticos, les es fácil estar ahí y hoy en día tenemos la sensación de que todo el mundo está navegando en ese fango. Algunas facciones lo hacen de forma descarada. Nos apetecía dibujar ese mecanismo. Al hacerlo con pájaros se vuelve tan evidente y ridículo que el espectador dice «¿cómo podemos ser tan inútiles, ridículos, idiotas? ¿cómo podemos no verlo?» Luego, el espectáculo ataca la ideología neoliberal, que pretende salvarse uno mismo; la del enriquecimiento y el crecimiento que niega la comunidad y la necesidad de sociabilizar conflictos.

-¿Qué te representa traer esta obra a la Argentina, considerando el contexto sociopolítico local?
-Para nosotros lo bonito es que es una fábula y que vosotros la dotáis de significado. Es vuestra realidad la que acaba de rellenar los huecos, y el significado que al final tendrá la obra de alguna manera es para los argentinos. Me parece maravilloso poder hacerla en este momento: «aquí tenéis, utilizadla si os sirve». O sea, de golpe (como Presidente) hay un personaje que podría parecer sacado de nuestra obra, por su discurso y su retórica… pero al final cada uno acaba de rellenar los huecos.

Fuente: Pagina12

Comentarios de Facebook

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba