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Brasil: De Moraes ignora las sanciones de Trump 

El juez de la Corte Suprema brasileña Alexandre de Moraes, instructor del juicio por golpismo contra el expresidente Jair Bolsonaro, afirmó este viernes que va a ignorar las sanciones impuestas por el Gobierno de Donald Trump y señaló que el tribunal juzgará a todos los responsables de la trama golpista en el segundo semestre del año.

«Juzgaremos a todos los responsables, absolviendo a quienes no tengan pruebas en su contra, condenando a quienes las tengan, pero juzgando, ejerciendo nuestra función judicial y sin acobardarnos ante amenazas, vengan de aquí o de cualquier otro lugar», explicó el magistrado en un discurso en el plenario de la corte, en Brasilia, tras el receso de julio.

La presión de Estados Unidos

De Moraes está en la mira de la Administración estadounidense, que lo acusa de ser responsable de una campaña opresiva de censura, detenciones arbitrarias que violan los derechos humanos y procesos judiciales politizados, incluso contra Bolsonaro. «Se ha tomado la libertad de ser juez y jurado en una caza de brujas ilegal contra ciudadanos y empresas estadounidenses y brasileñas», afirmó el secretario del Tesoro Scott Bessent, citado en el comunicado de la Casa Blanca que anunciaba la sanción a De Moraes.

El Ejecutivo de Trump revocó en un primer momento, a él y a sus familiares, el visado y, el pasado miércoles, encuadró al magistrado en la Ley Magnitsky, que autoriza a Estados Unidos a sancionar a ciudadanos extranjeros implicados en actos de corrupción o violaciones a los derechos humanos. En la práctica es una sanción financiera, puesto que bloquea los posibles bienes y propiedades del magistrado en ese país y prohíbe a ciudadanos estadounidenses realizar cualquier transacción con ellos.

El juicio a Bolsonaro, cuya fase oral está prevista para septiembre u octubre, también le sirvió de excusa a Trump para decretar un arancel del 50 por ciento adicional a parte de las importaciones brasileñas. La decisión afecta especialmente al café, la carne y las frutas, sectores de gran relevancia en la exportación.

Postura firme

En su discurso de este viernes, De Moraes defendió que no ha habido en el mundo una acción penal como la que afronta Bolsonaro por golpismo con tanta transparencia, puesto que se han retransmitido públicamente los interrogatorios y las declaraciones de los testigos. Por eso, dijo que no hay espacio para posibles presiones o coacciones que buscan un «tiránico y espurio» archivo de la causa, en la que Bolsonaro está acusado de liderar un complot golpista para impedir la investidura de su sucesor, el progresista Luiz Inácio Lula da Silva, tras perder las elecciones de 2022.

La Fiscalía sostiene que el asalto a Brasilia fue el pináculo de una trama cuyo principal articulador fue Jair Bolsonaro en su afán de anular las elecciones de 2022 y mantenerse en el poder, con el apoyo de antiguos ministros y algunos altos mandos militares. Por ello, el líder ultraderechista se enfrenta a una posible pena de entre 12 y 40 años de prisión.

Sin citar explícitamente a nadie, De Moraes indicó que esas coacciones que considera nefastas para la sociedad brasileña, pretenden beneficiar a determinadas personas que creen que están por encima de la ley, en aparente alusión al exmandatario ultraderechista (2019-2022). En este sentido, aseguró que aquellos que están detrás de esas coacciones, a los que tildó de traidores de la patria y acusó de actuar como una organización miliciana, serán integralmente responsabilizados. El magistrado pareció aludir con esta afirmación al diputado federal Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente y quien se encuentra desde hace cinco meses en Estados Unidos financiado por su padre. 

El legislador ha reconocido en diversas ocasiones que se ha reunido con representantes de la Casa Blanca en busca de sanciones para el Supremo brasileño y para su país con la intención de ayudar a su padre judicialmente. Jair y Eduardo Bolsonaro están siendo investigados por estas maniobras con el Gobierno de Trump, en una pieza separada del proceso por el intento de golpe.

«Esos intentos de obstrucción a la justicia realizados por esos brasileños, supuestamente patriotas, a favor de intereses extranjeros tiene una única finalidad: sustituir el debido proceso legal, con amplia participación de la Fiscalía, 96 abogados, la prensa y la sociedad, por un tiránico archivo de la causa», señaló De Moraes. El magistrado denunció también amenazas a autoridades brasileñas y a sus familias, frente a lo cual –dijo– que el Supremo no dará el brazo a torcer. «Se engañan esa organización criminal miliciana y aquellos brasileños fugitivos del territorio nacional si esperan debilidad, porque las instituciones brasileñas son fuertes y sólidas», subrayó.

«Interferencia inaceptable»

Al igual que De Moraes, el presidente del Supremo, Luís Roberto Barroso, también reivindicó la independencia del Poder Judicial. «Todos los acusados serán juzgados con base en las pruebas producidas, sin ningún tipo de interferencia, venga de donde venga», aseguró en la sesión. Por su parte, el fiscal general de Brasil, Paulo Gonet, autor de la denuncia contra Bolsonaro y quien también participó en la sesión de este viernes, expresó su solidaridad a De Moraes por las sanciones de Estados Unidos, que calificó de inconcebibles.

El miércoles Lula da Silva también afirmó que es inaceptable la interferencia del Gobierno de Estados Unidos en la Justicia brasileña. «Uno de los fundamentos de la democracia y del respeto a los Derechos Humanos en Brasil es la independencia del Poder Judicial, y cualquier intento de debilitarlo constituye una amenaza al propio régimen democrático. La Justicia no se negocia», dijo el mandatario en una nota titulada «Brasil es un país soberano y democrático».

Fuente: Pagina12

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