Bandonegro, tango polaco con espíritu porteño

En Europa se hicieron conocidos en el circuito de festivales y maratones milongueras. Aman a Piazzolla, pero también el tango bailable.
“¡No sabía que los polacos tocan tan bien tango! Gran respeto”, disparó José Colángelo. Bandonegro es una sorpresa para muchos. Un cuarteto de jovencitos polacos que la rompen. En Europa se hicieron conocidos en el circuito de festivales y maratones milongueras (aunque con parte de su corazoncito puesto en la música de Ástor Piazzolla). Fue una gira de cinco semanas por la Argentina en 2019 lo que les voló la cabeza. No sólo descubrieron la vigencia y vigor del tango actual, sino que además los puso en contacto con músicos de muchísimas otras vertientes del tango y especialmente con la vanguardia. Pocos años después –pandemia mediante, claro- Bandonegro lanzó su sexto disco, con un título sugerente: Tanuevo.
En Tanuevo dominan la escena los tangos compuestos por Marcin Antkowiak, suerte de cerebro musical del cuarteto. Su firma está en nueve de los diez temas de la placa. El décimo es el enorme “Buenos Aires Hora Cero” de Piazzolla.
“Tenemos entrañables recuerdos de las milongas organizadas por Fer Bietti”, cuentan. “Había algo profundamente inspirador en el modo en que él las desarrollaba: natural, sin esfuerzo, llenas de vida. Nos mostró un tango que todavía estaba vivo, en constante evolución y abierto a nuevas voces. Ahí conocimos a los colegas de Cachivache, con quienes rápidamente nos hicimos amigos. Toda la experiencia nos abrió los ojos, nos dimos cuenta de que no estábamos sólos en el deseo de expresar algo nuevo a través del tango y nos dio un fuerte sentido de pertenencia”, relatan todavía emocionados.
–Suelen tocar en milongas y festivales, pero también interpretan a Piazzolla, que es bastante resistido por los milongueros. ¿Cómo combinan ambos enfoques del tango?
Jakub Czechowicz: -Amamos esta dualidad. Tocamos para bailarines en milongas con ritmo, estructura y una energía que conecta a la gente al piso, pero también amamos desafiar ciertos límites con las actuaciones en conciertos, donde Piazzolla y nuestras propias composiciones encuentran su lugar. Creemos que la clave es el respeto y nunca intentamos forzar un formato en el otro. Nos adaptamos y descubrimos que tanto bailarines como oyentes aprecian este equilibrio. Más allá de esta dualidad, nuestros proyectos varían mucho en instrumentación y dirección estilística, tocamos tango en formato sinfónico o como orquesta típica, como sexteto con batería y guitarra, más cercanos a un ensamble de jazz, pero el núcleo siempre somos nosotros cuatro. Cuando empezamos Bandonegro tomamos una decisión consciente de no limitarnos a un único aspecto del tango.
–¿Cómo es ese circuito europeo?
J.C.:-Es vibrante, diverso y cambiante. Hay una fuerte comunidad de bailarines a lo largo de Europa. Nos alegra especialmente ver una creciente apertura a música nueva, a las composiciones actuales y a que los grupos en vivo empujen los límites y exploren nuevos formatos. Incluso nosotros, como banda, organizamos nuestro festival –Gotango Poznań Festival-, que incluye conciertos, milongas y talleres. Es un momento emocionante y de transformación para el tango en Europa.
–¿Cómo se interesaron por componer sus propios tangos?
Marcin Antkowiak: -Componer siempre fue parte de mi identidad, pero el que me inspiró realmente fue Piazzolla. Él personificaba esa libertad artística y esa creatividad, y fue lo que me llevó a querer explorar el tango no sólo como intérprete sino también como compositor. Cuando tocamos nuestros temas por primera vez en Buenos Aires, un porteño se me acercó y dijo que ese tango era el que más había hablado a su corazón esa noche. Fue todo para mí. Me demostró que una música escrita muy lejos podía hablar directamente al alma de la cultura tanguera. Así que siempre incluimos composiciones propias en nuestras presentaciones, incluso en milongas. Y muchas veces la gente nos dice que son sus momentos favoritos de la noche.
-¿Imaginan sus tangos con letras en el futuro?
M.A.: -¡Ciertamente estamos abiertos a eso! Quizás no estos tangos, pero me gustaría escribir para voces también. Amo la poética de Horacio Ferrer y su realismo mágico. Si alguna vez escribo o colaboro con un letrista, seguramente mi búsqueda vaya en esa dirección. Hasta ahora siempre tocamos instrumental, pero sumar voces parece un próximo paso muy natural. Incluso puede alinearse con otra idea que venimos desarrollando, que es la de combinar tango y música electrónica.