Víctor Lavallén y Horacio Cabarcos en el Bebop Club

Este miércoles a las 20 horas, en el Bebop Club (Uriarte 1658), el ensamble de cuerdas SurdelSur presentará Alquimia, su tercer trabajo discográfico, junto a dos leyendas del tango, el bandoneonista Víctor Lavallén y el contrabajista Horacio Cabarcos.
Alquimia es un disco esencialmente tanguero. Surge de la motivación de SurdelSur Ensamble de introducirse por entero en ese universo sonoro. «Siempre tuvimos las ganas y necesidad de meternos con total profundidad en el género –explica su director Guillermo Rubino– pero no queríamos hacerlo desde cualquier lugar. Tenía que ser algo bien cuidado. Por ello, en 2024 hicimos un primer intento, convocando a Víctor Lavallén, una persona que vive y respira tango y que, muy rápidamente, se convirtió en brújula, guía y centro de gravedad de este proyecto”.
A partir de entonces, Rubino y Lavallén se reunieron frecuentemente para reescribir diversas partituras de tango para cuerdas y bandoneón, lo que terminó derivando –algunos meses después- en la grabación de un primer tema, «Meridional», cuya autoría pertenece a Lavallén. “Quedamos tan contentos –agrega el impulsor de SurdelSur- que quisimos hacer un disco entero, un conjunto de composiciones y arreglos de Víctor, esta vez sumando también a Horacio Cabarcos, con la idea de que ellos nos transmitan todo su conocimiento y su experiencia en el género”.
La llegada de Cabarcos resultó fundamental para este álbum, dando decisiva firmeza a su musicalidad. Su aporte no se redujo únicamente a la marcación del pulso: logró producir un verdadero sentido desde las profundidades. Otra contribución imprescindible para este proyecto radicó en su ingeniería técnica, que quedó en manos de Jorge “Portugués” Da Silva, referente absoluto en dicho ámbito.
A través de todo el disco, los artistas intentan reproducir el sonido robusto y expresivo de las grandes orquestas típicas. Sus músicas convidan unas sonoridades que se asemejan más a las de dichos conjuntos populares que a las de las agrupaciones de cuerdas clásicas, siempre respetando los estilos y las formas del género: diversos solos virtuosos, grandes tutti sonoros, variaciones de bandoneón mezcladas con las cuerdas y un pulso y base rítmica de gran solidez.
Agrega Rubino: «El título del disco permite adivinar el genuino impulso que lo anima: se llama Alquimia porque hay una unión y transformación. Pero no una que borra lo que estaba, sino una que lo prolonga, que lo vuelve otra cosa sin dejar de ser lo que era. Y así, en esta transmutación, es como todo sigue sonando, permaneciendo y ardiendo”.