Paredes, sólo comparable con Kempes
«Lo quería Barcelona, lo quería River Plate, Maradona es de Boca…», se cantaba en el resonante debut de Diego en la Bombonera el 22 de febrero de 1981. Fue aquella tarde del «la acarició como una lágrima…» para uno de los dos goles de penal de Maradona, en el primer relato de Víctor Hugo Morales en Argentina.
Historias paralelas que se prolongaron hasta el gol más extraordinario de los Mundiales, el de Maradona a los ingleses, cuya banda sonora indivisible es justamente la narración de Víctor Hugo de ese tanto.
Esa llegada de Diego a Boca no se podía empardar. Pero River lo intentó, al cabo con éxito, con reflejos rápidos, con la contratación de Mario Alberto Kempes. El Matador arribó a Nuñez pocos días después, el 12 de marzo de 1981, como campeón del mundo vigente, goleador de ese Mundial y en plenitud, con 26 años. Eran otros tiempos y Menotti justamente quería llegar al Mundial ’78 sólo con futbolistas que estuvieran en Argentina. Y Kempes, como jugador de Valencia, fue la excepción. Kempes jugó 33 partidos en River y marcó el gol del título del Nacional ’81 en la segunda final ante Ferro. Maradona había sido antes la figura del Boca campeón del Metropolitano ’81. Duraron sólo un año. La tablita del dólar de Martínez de Hoz hizo efímeros esos dos grandes sueños hechos realidad.
El regreso de Leandro Paredes a Boca es la más importante de las vueltas al fútbol argentino, sólo comparable precisamente con aquella de Mario Alberto Kempes en 1981. Porque Diego volvió a Newell’s en 1993, y después Boca, y al fútbol argentino, pero no como campeón del mundo vigente. Y Angel Di María regresa ahora a Rosario Central, como gran figura de la Selección Argentina actual campeona del mundo, pero con 37 años y ya retirado del equipo nacional. Paredes, en cambio, vuelve a Boca con 31 años y a menos de uno de disputar el próximo Mundial. Hubo otros pocos regresos de campeones del mundo vigentes al fútbol argentino. Sin ir más lejos, los de Acuña, Montiel y Pezzella a River en 2024, pero que ni por asomo tienen la dimensión y vigencia actual en la Selección campeona del mundo que tiene Paredes.
También el Gran Capitán, Daniel Passarella, regresó a River en 1988, pero aun siendo el único futbolista argentino doble campeón del mundo, se sabe que en el título de 1986 sólo formó parte del plantel en los papeles, marginado por un raro padecimiento de salud.
Si de llegadas de campeones del mundo al fútbol argentino se trata ya hay antecedentes desde el primer certamen ecuménico, Uruguay 1930, con las incorporaciones de consagrados de la selección oriental como Pablo Dorado a River, Héctor Castro y Carlos Riolfo a Estudiantes, y José Leandro Andrade a Atlanta. De la Italia campeona del mundo de 1934 llegaron Atilio Demaría a Independiente y Enrique Guaita a Racing en 1936 y Raimundo Orsi a Independiente en 1935. Dos brasileños campeones del mundo en 1958 en Suecia llegaron a Boca en 1961, Pecanha de Carvalho y Dino Sani, y Moacyr a River en 1961. De los campeones del mundo de Argentina en México ’86 cuatro regresaron a nuestro fútbol, los mencionados Passarella y Maradona, Marcelo Trobbiani a Estudiantes en 1987 y Jorge Burruchaga -ya no con el título vigente- a Independiente en 1994. Ricardo Rocha, campeón con Brasil en 1994, pasó a Newell’s en 1997; Camoranesi y De Rossi, campeones con Italia en 2006, pasaron fugazmente a Lanús y Boca respectivamente; y David Trezeguet, monarca con Francia en 1998, recién llegó a River en 2012.
Al cabo, en algunos casos no se trata de jugadores argentinos, en otros se refiere a regresos de futbolistas campeones del mundo de nuestra Selección o no vigentes o no en el máxima plenitud en edad y condiciones y mucho menos con la perspectiva de arribar con la misma preponderancia al próximo Mundial. En efecto, Kempes sí llegó a River con 26 años y después jugó el Mundial ’82. Y Paredes es flamante refuerzo de Boca con 31 años y como una pieza importante en el plantel de Scaloni para la Copa del Mundo 2026. Las vueltas de otros astros, encabezadas por las de Riquelme, o la llegada de Cavani, fueron fulgurantes, pero no en calidad de campeones del mundo.
Es la de Paredes, entonces, la contratación más importante de la historia del fútbol argentino, el regreso más notable de un campeón del mundo, sólo comparable con el del Matador. Lo que pase en la cancha es aun un capítulo por escribirse…