Asaltantes con Patente y la sátira sobre el avance de la derecha en la región

El nuevo espectáculo ¿Qué querés inventar? también se verá el domingo 20 en el Teatro Metro de La Plata.
«La murga es una fuente importante de conexión con el pueblo», resalta Pablo Riquero, director escénico y arreglador coral de la histórica murga uruguaya Asaltantes con Patente, que se presentará este sábado 14 de junio a las 20 en Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131) y el domingo a las 20 en Teatro Metro (Calle 4 entre 51 y 53), La Plata. Con casi un siglo de trayectoria, Asaltantes traerá a Buenos Aires el espectáculo que estreneron en carnaval, ¿Qué querés inventar?, que satiriza sobre el avance de la derecha en la región y reflexiona sobre las políticas de memoria, verdad y justicia en relación a la última dictadura militar uruguaya. «Se han hecho cosas, pero se podría avanzar mucho más, sobre todo en la búsqueda de información sobre dónde están enterrados los cuerpos de los desaparecidos», sostiene Riquero.
En el nuevo espectáculo de la murga todo transcurre en un laboratorio clandestino. «Lo que sucede en el laboratorio es que hay dos ratones que van contando lo que va a decir la murga en forma de ninguneo: ‘Mirá lo que van a decir estos locos, se creen que saben pero no saben nada'», cuenta Riquero. «Hay un bloque que se llama expertos y después hay un momento en el que somos todos pelados. Y los ratones van anticipando y burlándose un poco. Entonces, en ese laboratorio transcurren varios episodios: los expertos, los pelados. Después viene un cuplé que se llama ‘La batalla cultural’ en el que nosotros ponemos en juego una murga de derecha y una murga de izquierda. Y hay un contrapunto«, anticipa sobre la estructura del show. «Aparece un personaje que representa a la derecha en Uruguay, Tribilín . Y nosotros jodemos con el contrapunto de la murga de derecha e izquierda. ¡En carnaval solo hay murga de izquierda! Entonces, todos empezamos a cantar como si fuésemos una murga de derecha…».
«Después tenés el cuplé de ‘La memoria’, como si fuera un personaje, que habla de los detenidos y desaparecidos de la dictadura», cuenta el músico. «Lo que pasa es que la izquierda, como fuerza política, si bien ha hecho mucha cosa positiva a favor del pueblo uruguayo me parece que un debe es pisar un poquito más fuerte sobre el tema desaparecidos. Sobre los juicios y sobre todo la búsqueda de restos», entiende. «Ahí deberían dar un paso más fuerte, más firme. Se han hecho cosas, pero se podría avanzar mucho más, sobre todo en la búsqueda de información sobre dónde están enterrados los cuerpos de los desaparecidos. Entonces, esa es una lucha que se viene dando dentro de la izquierda: la exigencia de verdad, memoria y justicia».
-¿En este espectáculo combinan elementos tradicionales y más modernos?
-En realidad, Asaltantes propone un estilo más antiguo o más de la murga de antaño, pero también en la parte técnica tratamos de darle cierta modernidad y jugar un poco con eso. Con el estilo de la murga más tradicional pero a la vez con la murga más moderna, ya sea en la sonoridad, en las músicas, en la instrumentación. En los temas que se tratan también, cosas que sean más de actualidad y que puedan ahondar un poquito ahí en la sociedad. Pero, por ejemplo, en lo musical, con la rítmica de la batería, con otros instrumentos agregados a la batería tradicional, al bombo, platillo y redoblante. Y con la sonoridad, con la elección del arreglo, de la armonía de las voces. Lo saca un poco de lo que era la sonoridad de la murga tradicional, que a veces se cantaba a dos voces o a tres como mucho, que obviamente era un sonido divino. Pero la idea es buscar otras variantes. Antes no se abría tanto la armonía y también estaba buenísimo. Era como una sonoridad recontra linda que los murguistas más nuevos añoramos también. Nos gusta mucho esa sonoridad más simple.
-¿Una de las características más sobresalientes de esta murga es el trabajo vocal?
-Los Asaltantes siempre tuvieron como un canto más refinado y siempre se les elogió el el coro potente. Los Asaltantes han dejado una huella en canciones históricas. Porque se cantan las canciones en los asados. La canción «Los pájaros», por nombrar una que es muy popular. Y hubo un letrista fundamental para el carnaval que se llamó Carlos Soto, que laburó en algunas editoriales en la Argentina también en su época. Muy famoso fue acá en Uruguay y escribió varias retiradas de Asaltantes. Le dio un estilo muy refinado en su poesía. Y nosotros este año, en 2025, le hicimos una despedida homenaje a Carlos. Hay un momento dentro del espectáculo que cantamos canciones clásicas, no solo de Asaltantes sino también de otras murgas.
-¿La murga, como expresión popular, es un reflejo del sentir del pueblo?
-La murga plantea inquietudes que están en la sociedad y lo hace de una forma musical, una forma de juego también. Y de crítica seria, como es el tema de la memoria. Pero siempre plantea de una forma jocosa, como se le dice acá, lo que sucede en la sociedad. La murga es una fuente importantísima de crítica y de conciencia. La gente también espera eso: a ver qué dice la murga. Dentro del género, que es muy rico, cada murga busca la forma de ser original a la hora de comunicar, ya sea a través del humor, la crítica social, la conciencia, la poesía, etc. En algún punto, la murga es vocera del pueblo. Antes había una tradición mucho más fuerte de eso. Las murgas que aparecieron post dictadura venían con mucho peso de eso. En ésa época había murgas que estaban resistiendo con mensajes entre líneas para que la gente entendiera. Antes, la dictadura revisaba los textos de las murgas. La murga es una fuente importante de conexión con el pueblo. Algunas son más profundas, otras un poco menos o más literales. Quizás algunas más panfletarias, también. Pero todas, en algún punto, más allá de la forma que elijan de comunicar, están haciendo crítica social y están generando conciencia política.
-¿Por qué creés que la murga uruguaya tiene tanta recepción en el público argentino?
-Porque tradicionalmente las murgas que han ido a la Argentina marcaron un precedente. Por ejemplo, Falta y Resto y Agarrate Catalina. Fueron generando también una semillita del conocimiento del género. Después, ya más para los años 2000, con el tema de las redes, empezó a crecer el género murguero en la Argentina tratando un poco de imitar a la murga uruguaya, pero también generando su propio estilo. Y eso pasa porque el género es muy rico: la murga permite muchas cosas. Primero lo colectivo, que es importantísimo, generar un colectivo para comunicar. Después tenés todo lo que es teatro, lo que es musical, la vestimenta, el maquillaje; crítica con humor, crítica con sátira, reflexión. El género permite mucho y eso me parece que se tomó desde la Argentina, y ahora está lleno de murgas de estilo uruguayo. Se sostiene, se mantiene y cada vez crece más. Viví unos años allá y me asombraba la cantidad de murgas que había. Me parece que en parte fue gracias a las primeras murgas que empezaron a ir y a la gente que ha trabajado también allá.