Manuel Santos Iñurrieta: «La batalla también sucede aquí»

En el último trabajo del Internacionales Teatro Ensamble, el actor y director interpreta a un soldado soviético herido de bala que, en el transcurso de su deriva hacia la muerte, despliega con humor un arsenal de temas vinculados a la propia batalla, al nazismo en América Latina y a la entronización de la derecha en el presente. La obra puede verse los sábados en el Centro Cultural de la Cooperación.
“Un monólogo político, un viaje poético y crítico al corazón de Stalingrado a 80 años del triunfo antifascista”, así define el actor y director Manuel Santos Iñurrieta a El Invierno del Oso (Crónicas antifascistas en Stalingrado), el último trabajo del Internacionales Teatro Ensamble, su grupo. Agrega además en conversación con este diario que es el primero de sus espectáculos que no lo tiene a Raúl Serrano en la platea. “Él me abrió un universo diferente al de las escuelas de teatro”, explica, refiriéndose a las experiencias que el director fallecido hace dos años le compartía sobre el teatro de corte político, la mirada ética y el hacer del teatro independiente. Dirigido conjuntamente con Diego Maroevic, el espectáculo cuenta con la participación en video de Atilio Borón, quien también había aparecido en la anterior Eléctrico Carlos Marx como el taxista que conduce por Buenos Aires al autor de El Capital.
Por momentos en formato de adrenalínico stand up en verso, el actor pone en juego todo su poder de transformación, entre proyecciones, afiches soviéticos, marchas y hasta un mapa del teatro de operaciones de la batalla librada entre el Ejército Rojo y las fuerzas armadas de la Alemania nazi. Santos Iñurrieta interpreta a un soldado soviético herido de bala que, en el transcurso de su deriva hacia la muerte, despliega un arsenal de temas vinculados a la propia batalla, al nazismo en América Latina y a la entronización de la derecha en el país en la actualidad. Así, el discurso del soldado salta de la década del ’40 al presente, de la Unión Soviética a Buenos Aires, porque “la batalla pasó en Stalingrado pero también sucede aquí”, como asegura el actor, satisfecho “de ser frontal y poner al amor en contra del individualismo para no aceptar la idea de vivir en una sociedad para pocos”.
El invierno… ya se presentó en La Habana en 2023, durante el Festival Internacional de Teatro, y volvió a la isla en ocasión de la Primera Bienal de Arte Político. En ésta, la tercera versión del unipersonal, “el tango está como un elemento constitutivo de nuestra cultura, como anclaje en lo nacional junto a nuestra forma de hacer un humor que nos representa”, dice el actor. En cuanto a Borón, “está aquí para caracterizar al fascismo como sociólogo y para hablar también desde un plano poético”, define.
-¿Qué significado asume en el espectáculo el soldado herido?
-Es uno de los dos millones de muertos que hubo en esa batalla. Con él quise poner a consideración un hecho que estuvo rodeado de gestos épicos. Para exponerlo en un presente en el que pareciera que no hay proyectos colectivos ni utopías. Nuestro presente y sus condiciones, todo lo que nos pasa es lo que constituye el corazón de ese soldado.
-¿Por qué el personaje hace varias referencias a la crítica teatral y al teatro político?
-Lo político o lo didáctico es muchas veces vilipendiado desde una mirada totalizadora que dice cómo debe ser el teatro. Siempre hay un deseo de dar una definición única y acabada y creo que puede haber un montón de cosas que entran en lo teatral artístico.
-¿Cuáles son esas cosas?
–Para mí el teatro es una herramienta de transformación social en el diálogo que establece con los espectadores y puede asumir muchas formas, apelando a las ideas, al sentimiento, y también a lo didáctico y a lo político. Algunos dirán que es algo que ya pasó pero creo que cuando se pone fecha de vencimiento a las ideas hay una descarada y brutal actitud fascista.
-El humor aparece de diversas maneras a lo largo de El invierno…
-Sí, también hay referencias a un humor impuesto, cuando aparece la risa grabada para indicar que algo es gracioso, cuando en realidad lo que se está diciendo se asocia con la muerte y con valores que nadie debería aplaudir ni celebrar. Es una forma de hablar sobre la manipulación de las emociones y el pensamiento, de las nuevas armas que trae la derecha cuando construye subjetividad y opinión en las redes, cuando digita y modela la información con la única finalidad de dominar.
*El Invierno del Oso (Crónicas antifascistas en Stalingrado),en el Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543), sábados a las 20.30 hs.