Roland Garros: Sinner le ganó la batalla a Djokovic y va por Alcaraz
El primer duelo de titanes que representó este viernes la segunda semifinal de Roland Garros entre el N° 1 Jannik Sinner y la leyenda de 38 años, Novak Djokovic, fue para el nacido en San Cándido. Y sin ceder siquiera un set. El triunfo por 6-4, 7-5 y 7-6 (3), en 3 horas y cuarto de juego de tenis excelso, depositó al hierático italiano en la final del próximo domingo ante el vigente campeón, el español Carlos Alcaraz, en el segundo duelo de titanes que será la frutilla del postre del tradicional certamen parisino que se disputa sobre polvo de ladrillo.
El esfuerzo físico que realizó Nole para ganar cada punto en el Philippe Chatrier fue conmovedor. A caballo de la ambición y el amor propio, aunque con menos combustible que una maquinaria inalterable como Sinner, el serbio intentó romper los pronósticos y lo dio todo para alcanzar su final número 38 de Grand Slam. No pudo ser.
La sensación que desde el año pasado provoca Sinner, el líder del ranking mundial ATP, es de imbatibilidad. Sólo Alcaraz pudo desestabilizarlo. Después de ganar el Abierto de Australia en enero, Sinner permaneció tres meses castigado por un polémico doble doping, pero regresó al tour como si nada hubiera pasado y, a la fecha, su capacidad atlética parece todavía mayor que antes de la sanción, lo que forma un combo abrumador con su abanico de recursos y la rapidez de manos.
Con coraje, Djokovic buscó llevar al límite a Sinner, pero éste recogió el guante y, ante la más pequeña falta de precisión, se repuso para corregir y responder. Lo cierto fue que el N° 1 pocas veces llegaba tarde a la pelota, por lo que el serbio -aun con el timing que lo caracteriza- terminaba agitado después de cada punto.
Masajeado en las piernas durante varios descansos, parecía que Djokovic soltaría el partido. Sin embargo, el trece veces campeón del Abierto de Francia continuó luchando, obligó a Sinner a bajar el porcentaje de servicios en el tercer parcial y así el balcánico contó con un doble set point. En el primer punto, el italiano se defendió con una volea cruzada hacia el otro lado, mientras que se escapó del segundo break point con un poderoso saque. Djokovic insistió, tuvo un tercer punto para obtener el set, aunque se apresuró y se le fue ancha la derecha que acaso pudo haber herido a Sinner, pero sostuvo su saque (5-5).
Siguieron batallando sobre tierra batida y así llegaron al tie-break. El público en el Chatrier se volcó en favor del máximo ganador (24) de Grand Slams y actual número 6. Pero Sinner, observado de reojo después del evidente trato desigual que recibió por el doble caso de doping, no se inmutó: dentro de la cancha no muestra dudas porque juega a otro ritmo y ostenta un nivel ampliamente superior.
Nole falló un smash que parecía muy sencillo y terminó siendo su sentencia. Sinner se adelantó 3-0 y terminó manejando el tie-break, cerrándolo por 7-3. La victoria ante Djokovic coloca al italiano en su cuarta final grande (ganó Australia 2024 y 2025, y el US Open 2024), al tiempo que suma veinte partidos ganados en forma consecutiva.
El gesto de Djokovic en el saludo en la red fue de absoluto reconocimiento para un tenista cuya vara está por las nubes: ostenta 19 títulos, pero ninguno sobre polvo de ladrillo. El domingo lo aguarda un tal Alcaraz, con un historial de 7-4 a su favor.
