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Protesta en la ex ESMA: «Los derechos humanos no se degradan por decreto»

Adriana Taboada enciende la vela que lleva en la mano. Camina detrás de una bandera que dice “los derechos humanos no se degradan por decreto”. Recorre, junto a otros militantes y trabajadores, el interior del espacio de memoria que funciona en lo que fue el campo de concentración de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Adriana está en su doble carácter: representante de la mesa de organismos y trabajadora estatal despedida. Llegó temprano para hacer escuchar su repudio por la degradación de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación (SDH). Reconoce que hay tristeza. Mucha tristeza ante la pérdida de lo mucho que se había logrado en los años anteriores, pero que hay muchas batallas ganadas. Entre otras, que haya 1200 genocidas condenados. “Algo que ellos no van a entender nunca –dice en referencia al Gobierno de Javier Milei– es que, para nosotros, el Nunca Más es una bandera que no se baja”.

Adriana Taboada enciende la vela que lleva en la mano. Camina detrás de una bandera que dice “los derechos humanos no se degradan por decreto”. Recorre, junto a otros militantes y trabajadores, el interior del espacio de memoria que funciona en lo que fue el campo de concentración de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Adriana está en su doble carácter: representante de la mesa de organismos y trabajadora estatal despedida. Llegó temprano para hacer escuchar su repudio por la degradación de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación (SDH). Reconoce que hay tristeza. Mucha tristeza ante la pérdida de lo mucho que se había logrado en los años anteriores, pero que hay muchas batallas ganadas. Entre otras, que haya 1200 genocidas condenados. “Algo que ellos no van a entender nunca –dice en referencia al Gobierno de Javier Milei– es que, para nosotros, el Nunca Más es una bandera que no se baja”.

Un cartel dice que la exESMA está en emergencia. En el predio de Avenida del Libertador 8151 coinciden varias de las instituciones que han estado bajo ataque en los últimos días. La SDH –ahora degradada a subsecretaría– tiene su sede principal allí desde 2015. También están el Archivo Nacional de la Memoria (ANM) y el Museo Sitio ESMA, que fueron desjerarquizados y puestos como unidades operativas del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH) –que ya está siendo controlado, aunque no oficialmente, por la abogada Ana Belén Mármora, una militante ultracatólica que milita contra el aborto y el matrimonio igualitario.

En respuesta a la última avanzada contra las políticas de derechos humanos, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) organizó una caminata dentro del predio. La actividad comenzó pasadas las 17, cuando el sol dejaba de calentar y el frío enseñoreaba.

Octavio “Pilo” Rampoldi, delegado de ATE, llevó la voz cantante en la recorrida. “Vinieron a desmantelar la política de derechos humanos, y ahora degradan la SDH. No estamos de acuerdo. No lo vamos a permitir. Éste es un gobierno negacionista, apologista, pero nosotros sabemos que en el seno de esta sociedad están las palabras ‘Memoria, Verdad, Justicia y Nunca Más’”, arrancó.

Desde que comenzó la gestión de La Libertad Avanza (LLA), más de 400 trabajadores fueron despedidos. “Estamos viviendo una nevada neoliberal mortal –dijo Rampoldi a tono con la recuperación de El Eternauta que produjo el estreno de la serie de Netflix–, pero vamos a seguir andando porque la única salida es colectiva”,

Lo escuchaban referentes de los organismos de derechos humanos que se habían acercado para expresar su apoyo. Estaban Carlos Pisoni (H.I.J.O.S), Eduardo Tavani (APDH), Elsa Oshiro (MEDH), Gabriela Alegre (Buena Memoria), Sol Hourcade (CELS), Carolina Villella (Abuelas), entre otros. También se encontraban Mabel Careaga y Ana Bianco, cuyas madres fueron secuestradas en diciembre de 1977 de la Iglesia de la Santa Cruz y llevadas a la ESMA tras la infiltración de Alfredo Astiz.

La primera parada fue en el ANM. A unos pocos metros está el avión de los vuelos de la muerte, que fue repatriado en 2023, y el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, que está cerrado desde el 2 de enero por decisión de Alberto Baños.

Martín Mugica tomó la palabra como trabajador despedido del ANM. Es, además, exiliado y familiar de víctimas del terrorismo de Estado. Recordó que el ANM, creado en 2003, nació como decisión de un gobierno que se hizo cargo del reclamo de Memoria, Verdad y Justicia. “Uno de los pocos momentos en los que la dirigencia política estuvo a la altura”, dijo.

Paula Donadío, otra de las delegadas de ATE, tuvo que ir a pedirle a uno de los empleados de la agencia de seguridad privada que ahora controla el ANM que no se mezclara entre los manifestantes. Lo inscribió dentro de los actos de hostigamiento que se viven desde hace tiempo en la exESMA. Actos que incluyen la presencia de la Policía Federal Argentina (PFA), que depende de Patricia Bullrich, controlando los ingresos a la SDH.

Paula tomó su celular para leer un texto que había escrito reivindicando la identidad de trabajadores estatales. “Somos estatales que no nos merecemos a estos funcionarios. Somos estatales y acá nos vamos a quedar”, leyó, y arrancó aplausos emocionados.

La caminata siguió ahora hacia lo que en los años de la dictadura era el casino de oficiales –el lugar donde los marinos mantuvieron a 5000 personas cautivas– y actualmente es el Museo Sitio ESMA, reconocido por la UNESCO como patrimonio de la humanidad.

En la esquina del edificio Cuatro Columnas, hubo una nueva parada. Esta vez, con velas encendidas, los militantes le hacían frente a la oscuridad que iba apropiándose del lugar. Los delegados de ATE compartieron un audio de WhatsApp que les había enviado Taty Almeida, presidenta de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, que no pudo acercarse. “Mi corazón está junto a ustedes. No hay que aflojar. No hay que bajar los brazos”, los alentó.

–Madres de la Plaza, el pueblo las abraza– contestaron quienes escucharon el mensaje.

Virginia Franco, de H.I.J.O.S, habló del plan de miseria del Gobierno y dijo que era el mismo plan de José Martínez de Hoz. “No están inventando nada nuevo, y nosotros estamos acá resistiendo”, afirmó.

Después tomó la palabra su papá, Manolo Franco, sobreviviente de la ESMA. “En este lugar desaparecieron tantos compañeros y murieron tantos sueños”, dijo. Y contó que, por los despidos, el museo debió dejar de abrir dos días.

“Este Gobierno tuvo la facultad de presentarse ante la sociedad demonizando las tareas que hacíamos”, comenzó, por su parte, Daniel “Tano” Catalano, secretario general de ATE Capital. “Pero nosotros fuimos parte de un proyecto de país que generó que haya políticas de derechos humanos, y eso lo hicimos desde esta identidad de entender que el Estado es una herramienta de transformación. Yo no estoy angustiado. No tengo miedo porque mis compañeros y mis compañeras están todos los días en la calle, plantándose a este gobierno”, continuó.

Y, como otros, llamó a la unidad de las luchas. “Vamos a poder vencer porque ya lo hicimos. Nuestro pueblo renace porque tiene una idea, que es la de la justicia social”, terminó Catalano.

La legisladora Victoria Montenegro lo escuchaba a unos metros, con su vela encendida. “Hay que poner en valor la resistencia. Frente a los ataques del Gobierno, sigue habiendo resistencia”, resaltó, mientras la noche caía profundamente.

Fuente: Pagina12

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