Platense superó a San Lorenzo y jugará la final por el título
El juego del Calamar eliminó a los Camboyanos. Platense pegó el batacazo en el Nuevo Gasómetro y le ganó 1-0 a San Lorenzo, con el gol de Franco Zapiola. La visita aprovechó los errores de su rival para ganarle al tercer equipo grande de manera consecutiva, tras superar a Racing y a River. Desde 1997 que no le ganaba al Ciclón. Aquella vez fue por 3-1 en Saavedra.
Platense jugará la final contra Huracán en el estadio Único Madre de Ciudades de Santiago del Estero, el próximo domingo a las 17 horas. Los hinchas azulgranas reconocieron con aplausos el esfuerzo y el sacrificio de su equipo que, sin cobrar todo lo adeudado y con problemas dirigenciales, llegaron a estas instancias. El dato para destacar es que los locales despidieron a los visitantes con aplausos. El presidente licenciado, Marcelo Moretti, se hizo presente en el recinto. Llegó a los 60 minutos encapuchado y con cinco custodios, pero los dirigentes oficialistas no lo dejaron ingresar al palco oficial y tuvo que irse.
La previa fue una verdadera fiesta en el Bajo Flores, que se vio aguada por la victoria calamar. El Nuevo Gasómetro estuvo colmado, con 48 mil espectadores que recibieron a su equipo con una dedicatoria especial: fuegos artificiales, un telón clásico con el escudo azulgrana, globos azules y rojos, tirantes con los mismos colores y banderas para acompañar el conjunto de Boedo. También, hubo un minuto para insultar a Moretti.
Cuando la voz del estadio anunció a los 22 protagonistas, más al árbitro Leandro Rey Hilfer, los más ovacionados fueron Johan Romaña, Iker Muniain y el técnico Miguel Angel Russo, a pesar de que en la semana se deslizó la posibilidad de dejar Boedo para ir a dirigir a Boca.
De entrada, el Ciclón se adueñó de la pelota y jugó en campo rival. La visita esperó en su campo para salir de contragolpe, con dos líneas de cuatro y dos delanteros. Fue un equipo batallador y ordenado contra un San Lorenzo, que intentó tomar la iniciativa, pero le costó la generación de jugadas colectivas. La primera ocasión fue para la visita, con un disparo de Taborda a las manos de Gill.
La intención del equipo de Russo fue controlar el juego y hacerse de la pelota, para que el circuito pase por Muniain. Pero el Calamar estuvo concentrado para evitar que el 10 reciba la pelota. Entonces, la clave pasó a ser la velocidad de Cerutti por la derecha, para ganarle el duelo a Tomás Silva. Pero a los 15 se lesionó el extremo, de 33 años, y pidió el cambio. Ingresó en su lugar Matias Reali, quien fue una pieza muy importante para el ataque, ya que intentó lastimar con su desequilibrio y desparpajo.
En ningún momento, Platense se achicó ante el local en medio de un contexto con mucha presión, parecido a una final de Copa Libertadores. Su juego fue de menor a mayor. La clave fue atacar a la espalda de Báez, con la velocidad de Mainero. De esta manera, tuvo otra llegada por la derecha que terminó Martínez con una chilena por encima del travesaño. La tercera fue un remate de Lotti a las manos de Gill. “Vamos Ciclón, ponga huevo que ganamos”, entonó la parcialidad azulgrana que intentó contagiar un poco, frente a la pobre imagen que dejó su equipo antes de irse al vestuario.
Con imprecisiones arrancó el complemento, de un lado y del otro. Platense dominó en campo adversario. Por su parte, San Lorenzo esperó para salir de contragolpe, con la misma fórmula que mostró durante el resto del torneo. Con los correr de los minutos, los nervios empezaron a hacer mella en los protagonistas. Cometieron faltas innecesarias cerca de las áreas, y Rey Hilfer empezó a revolear tarjetas amarillas para Picco y Salomón; y Braida en el local.
A los 65 minutos, el recién ingresado Zapiola aprovechó un error de Gill en su salida para marcar el gol, que rompió el partido. Acto seguido, entró un perrito que atravesó todo el campo de juego, al mismo tiempo que la dupla Orsi-Gómez metía dos cambios para ubicar una línea de cinco defensores, cuatro mediocampistas y un delantero.
Fue un final dramático. El Santo lo fue a buscar a los empujones, sin claridad, pero con el corazón de los Camboyanos, que lo llevó a jugar una semifinal del torneo doméstico. Peor no pudo concretar y Platense merecidamente es finalista del certamen.