Fue millonario gracias al Bitcoin, pero tras su muerte la viuda se quedó sin la clave para acceder a su fortuna

En la última década, el universo de las criptomonedas creció para convertirse en uno de los fenómenos financieros más relevantes del panorama global. Plataformas de intercambio como Binance, Coinbase y Kraken gestionan millones de transacciones diarias, permitiendo a numerosos emprendedores posicionarse en el sector.
Gerald Cotten fue uno de esos nombres que alcanzaron notoriedad, especialmente en Canadá, donde su plataforma de intercambio digital, QuadrigaCX, registró un crecimiento exponencial.
Cotten, lejos del perfil tradicional de banquero, se presentaba como un joven emprendedor carismático, centrado en facilitar el acceso a las criptomonedas sin intermediarios ni comisiones elevadas. Sin embargo, su historia no culminó como un caso de éxito empresarial, sino que quedó marcada por sospechas, claves desaparecidas y un millonario enigma sin resolver.
Quién era Gerald Cotten
Gerald Cotten, empresario canadiense, comenzó a incursionar en el mundo de las criptomonedas a los 20 años. En 2013, fundó QuadrigaCX, una plataforma que permitía a los usuarios comprar, vender y almacenar criptomonedas como Bitcoin y Ethereum, en un contexto donde las transacciones digitales aún no eran comprendidas por el público general.
En poco tiempo, QuadrigaCX se consolidó como la plataforma de intercambio más grande de Canadá, gestionando cientos de millones de dólares en activos digitales pertenecientes a más de 100 mil usuarios.
Sin embargo, mientras crecía el éxito de la empresa, también lo hacían las dudas respecto a la falta de controles, auditorías y estructuras corporativas. Cotten era el único que tenía acceso a las claves del sistema que almacenaba los fondos, lo que, tras su muerte, se convirtió en el centro del problema.
La muerte de Gerald Cotten y el destino de los fondos
En diciembre de 2018, Cotten falleció repentinamente durante un viaje a la India, presuntamente debido a complicaciones de la enfermedad de Crohn. La noticia sorprendió a todos, pero el verdadero conflicto surgió cuando se reveló que él era el único que conocía las contraseñas necesarias para acceder a los activos digitales de la plataforma.
Casi 200 millones de dólares en criptomonedas quedaron inaccesibles, lo que generó un colapso en QuadrigaCX. Los usuarios, que no podían retirar sus fondos, comenzaron a cuestionar la veracidad de la muerte del empresario. Algunos pidieron la exhumación del cuerpo para confirmar su identidad, alegando la falta de pruebas fotográficas y reportes médicos independientes que respaldaran el fallecimiento.
Jennifer Robertson, esposa de Cotten, afirmó que desconocía las claves y que había intentado colaborar en la recuperación de los fondos. No obstante, la situación también generó controversias en torno al testamento del empresario, que destinaba 80 mil dólares para el cuidado de sus mascotas, sin especificar con claridad cuánto le correspondía a su viuda.
Investigaciones y teorías
Tras el colapso de QuadrigaCX, las autoridades canadienses y organismos de supervisión financiera iniciaron una serie de investigaciones. Un informe de Ernst & Young, designado como auditor de la plataforma, reveló que Cotten había transferido fondos de los clientes a sus cuentas personales y había utilizado activos para financiar un estilo de vida lujoso. Sin embargo, la mayor incógnita seguía siendo el destino de las criptomonedas.
Mientras tanto, surgieron teorías sobre una posible fuga orquestada por Cotten. La ausencia de pruebas concluyentes sobre su muerte y la imposibilidad de recuperar los fondos alimentaron especulaciones acerca de que el empresario podría haber simulado su deceso para apropiarse de los activos digitales.
El caso de Gerald Cotten y QuadrigaCX sigue siendo objeto de debate en el sector financiero y digital. A pesar de las investigaciones, los fondos perdidos no han sido recuperados y las dudas sobre el paradero del empresario persisten, manteniendo vivo uno de los mayores misterios del mundo de las criptomonedas.