La Angelita abre sus puertas: turismo rural, cultura y feria para disfrutar en comunidad

Este sábado 5 de abril, la localidad de La Angelita será el escenario de una nueva edición de la feria local en la plaza principal, una propuesta pensada para vecinos, visitantes y amantes del turismo rural que quieran conocer de cerca una joya escondida del distrito de General Arenales.
Impulsada por la Dirección de Producción y Desarrollo Sustentable, a cargo de Leonel Rae, y con el acompañamiento del área de Turismo que coordina Daniela Fayolle, la feria se inscribe dentro del plan de fortalecimiento de los principales puntos turísticos del distrito. Una estrategia que, paso a paso, va dando lugar a una identidad regional cada vez más presente en el mapa de quienes buscan experiencias auténticas y memorables.
La Angelita no es cualquier pueblo. Este rincón de raíces profundas guarda en su gente, sus calles y sus sabores una fuerte impronta de la cultura sirio-libanesa, que ha sabido preservar y celebrar generación tras generación. No es casual que en los últimos años haya recibido contingentes de turistas provenientes de distintas ciudades del país, atraídos por esa mezcla de hospitalidad, tradición y paisajes rurales que enamoran al que llega por primera vez… y también al que vuelve.
En esta edición, además de los tradicionales puestos de artesanos, gastronomía local y actividades culturales, se sumará desde las 14:30 hs. la apertura del Cicloturismo, una propuesta para venir en bici, solo o en familia, a recorrer los caminos que rodean el pueblo, respirar aire puro y terminar la jornada en la plaza, compartiendo una tarde a pura historia, música y comida casera.
La actividad cuenta también con el apoyo de la Dirección de Deportes, bajo la coordinación del profesor Nelson Bello, fortaleciendo el trabajo conjunto entre áreas del municipio para seguir generando movimiento, visibilidad y comunidad.
“Vení a disfrutar La Angelita” no es solo un eslogan, es una invitación real: a recorrer, a charlar, a probar, a descubrir. A dejarse sorprender por la calidez de una comunidad que, además de historia, guarda en sus manos las mejores recetas de su gente.