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Es argentino, se mudó a Israel y creó una firma que tiene de clientes a Google, Meta, X y TiKTok

Iván Facianof era un adolescente que vivía tranquilo en el barrio de Nuñez hasta que estalló la crisis del 2001. Su padre, hasta esos días empleado de una empresa multinacional en el rubro del petróleo, fue despedido de su trabajo y tuvo que salir a manejar un taxi para mantener a su familia. Su madre, trabajaba hasta entonces en una AFJP. La solución, como la de muchos en esa época, fue emigrar.

«Mis padres habían evaluado Panamá, Miami e Israel. Panamá no les gustó; Miami se volvió imposible después del atentado de las torres; y en Israel, a pesar de estar lejos, teníamos familia lejana y nos proveía de una ayuda muy importante ya sea económica, como con el idioma y vivienda. Mi idea era venir un año y después irme a estudiar diseño del automóvil en Italia», recuerda en diálogo con iProfesional.

Vivir en Israel: entre misiles y oportunidades

Iván llegó con 17 años y un hebreo básico aprendido en el colegio Tarbut. «Al principio el shock fue enorme. Pasé de ir a la Bombonera y a ver a Los Piojos a estar en un país a miles de kilómetros, sin amigos y con un idioma y cultura muy diferente», recuerda. 

Durante seis meses estudiaron el idioma. «Yo tenía una base, mi hermana y mi mama también, y a mi papá hasta el día de hoy le cuesta. Después de eso me fui a trabajar a un lavadero de autos con mi viejo y con las propinas me pagué el primer viaje para volver a Argentina a visitar a mis amigos», cuenta.

Tuvo que estudiar en un «ulpan», espacios creados por el gobierno en el que los recién llegados aprenden y mejoran el idioma. Poco tiempo después, Ivan, como toda la población de Israel, debió cumplir con los 3 años en el ejército, y fue asignado a la base principal de la marina en Haifa, al norte del país, donde recibió formación de buceo, manejo de lanchas y primeros auxilios para alta mar.

Según describe, se encontró con «lo chocante y áspero que puede ser el israelí en el día a día. No hay paciencia para esperar en las colas, los tonos de voz son altos propios del Medio Oriente. Nosotros venimos con una mirada muy diferente a lo que es un ejército y acá entendes que la función del ejército es defenderte».

Iván llegó a Israel con 17 años y un hebreo básico aprendido en el colegio Tarbut

Otra barrera, sigue, «es tener acento o dificultad al principio para encontrar las palabras. Siempre me gustó expresarme bien y es muy frustrante sentir que no logras la profundidad que deseas a la hora de expresar conceptos. Y también el tema de la guerra, llegamos acá y nos dieron cajas con máscaras por la guerra que se había desatado entre Irak y Estados Unidos. Había amenazas de que cayeran misiles con químicos. Una experiencia muy rara».

Como contrapartida, los beneficios son muchos. «Es un país en el cual podes proyectar dada la estabilidad económica que existe. Es un lugar en el que, aunque parezca raro, mis hijas pueden ser libres en la calle. Correr, saltar sin correr peligro. Los autos te dejan pasar, no hay violencia en la calle, no hay asaltos. Muchas veces dejo la puerta de mi casa abierta. No tengo rejas. El teléfono lo dejo arriba de la mesa mientras comemos en un restaurante y nadie lo toca y a nivel cultural es una sociedad que se dice las cosas si algo molesta. No hay superficialidad», detalla.

Cuando terminó su experiencia militar se fue a África por dos meses a trabajar para una empresa que hacía mapas 3D de terrenos, para evaluar si valía la pena sacar petróleo o no. «Fue una experiencia dura, 60 días seguidos trabajando de sol a sol en Cabinda, al norte de Angola en la sábana y la selva», narra.

El viaje continuó por España, donde se fue a trabajar en los puestitos que venden productos del mar muerto y la aventura terminó con un viaje por Sudamérica durante cinco meses, y cuando sintió que era el momento de volver a casa.

Ver la oportunidad y saber aprovecharla

En 2008 se convirtió en el primer empleado de Marimedia y para 2012 se animó a replicar el modelo que funcionaba muy bien en computadoras, pero en celulares. «Como inversión, empecé con u$s500 o u$s750 , lo que me costó comprar una computadora», cuenta quien en aquel momento contribuyó al desarrollo de la unidad de negocios móviles de Marimedia, lo que llevó a la creación de Taptica, una compañía que salió a bolsa de Londres por un valor de u$s100 millones.

Luego de eso, co-fundó Velis Media Group, una empresa líder en el desarrollo de plataformas tecnológicas, las cuales brindan soluciones de marketing y publicidad en línea que, bajo su liderazgo, alcanzó ingresos de más de u$s350 millones en cinco años, sin necesidad de inversión externa.

ajo su liderazgo, alcanzó ingresos de más de u$s350 millones en cinco años

Bajo su liderazgo, Velis Media Group alcanzó ingresos de más de u$s350 millones en cinco años

Según explica, la plataforma permite hacer toda la gestión de la compra de medios a gran escala, automáticamente y concertando todas las plataformas como Facebook, Google, en un solo lugar.

«Interpretamos los algoritmos y creamos los nuestros para que agencias y afiliados que usan nuestra plataforma puedan manejar decenas de miles de campañas diarias con objetivos de rendimiento que en base a machine learning sabemos predecir. Básicamente ayudamos a empresas como Google a llegar a audiencias en todo el mundo», detalla.

Sus clientes y proveedores más grandes son los gigantes de la industria como Google, Meta, X, TiKTok «con los que tenemos una gran relación producto de los volúmenes tan altos que manejamos, la calidad y las relaciones de muchos años», describe.

La empresa ha sido rentable desde el inicio, en 2012, por lo que nunca se vieron forzados a levantar una ronda de inversión. «Todos los años superamos los u$s20 millones en ingresos y hay años que llegamos a 80 millones también. Hay que entender que es una industria muy cambiante y el hecho de tener tecnología de punta nos permite adherir actividades y/o operaciones de manera muy rápida para crecer o pivotar», aclara.

«El crecimiento es casi infinito», recalca. «Más y más anunciantes entran en Google producto del proceso de digitalización que muchas empresas llevan a cabo, nuevos sectores se crean y día tras día hay una conciencia más grande de que vivimos en un mundo donde el marketing es el 80% del éxito de una empresa», enfatiza.

Sumado a ello, sigue, «la tecnología se está comoditizando sobre todo ahora con el uso de AI, que podes desarrollar una plataforma sin ingenieros o va camino a eso. La capacidad de hacer un marketing sofisticado es determinante para que a una empresa le vaya bien y ahí apuntamos. Seguir desarrollando nuestra plataforma y expandir a nuevos sectores y países».

Además de emprendedor, Iván es un inversor ángel activo y asesor de varias empresas dentro del ecosistema de startups israelí, ayuda a empresas emergentes a nivel global a refinar sus procesos para fortalecer su estrategia y marca, proporcionar un valor más profundo y lograr crecimiento. Como miembro destacado de la Young Presidents’ Organization (YPO) y Company A, forma parte de una red global de líderes, y su mentoría ha sido clave para guiar a la próxima generación de emprendedores.

¿Qué implica emigrar?

«Yo siempre vi la emigración desde el dolor, la bronca y el ‘qué hubiera pasado si me quedaba’, dicen que hay una relación directamente proporcional entre lo que uno sufre antes de que pase algo grande. Creo que en mi caso esta clarísimo que así fue», expresa Facianof.

«Mi mamá se enfermó de cáncer y acá, a partir de los tratamientos que recibió, le regalaron tres años más de vida. Mi papá pudo fundar su empresa y estar orgulloso de ella. Mi hermana y yo pudimos formar nuestras familias con nuestras parejas que vinieron de Argentina también, pero que no creo que hubiéramos conocido allá», manifiesta.

Y concluye: «Todo aquel que deja su país por elección o por necesidad sabe que nunca más va a volver a ser igual. Te convertís en un ciudadano del mundo con el dolor que conlleva, pero la riqueza de conocimientos que uno adquiere. No pienso mucho para adelante. Vivo el hoy, intento disfrutar de mi familia, de lo que hago y ser la mejor versión de mí mismo».

Fuente: iprofesional.com

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