$LIBRA: más de 74.000 traders habrían perdido más de u$s300 millones
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Nuevos datos revelan el alcance del impacto de $LIBRA, un token acuñado en la red Solana que ganó notoriedad tras ser promovido en redes sociales el viernes por el presidente Javier Milei. La polémica se centra en la cantidad de inversores afectados y las pérdidas económicas generadas.
Contrario a las declaraciones de Milei el lunes, quien minimizó el número de afectados a unos 5.000, informes de The Solana Post y análisis de la plataforma Dune revelan un panorama más sombrío.
Se estima que más de 74.000 traders sufrieron pérdidas, superando los 280 millones de dólares, con análisis que elevan la cifra por encima de los 300 millones. La distribución de las pérdidas es variada:
- 71.369 traders: Pérdidas de hasta 10.000 dólares.
- 2.409 traders: Pérdidas entre 10.000 y 50.000 dólares.
- 438 traders: Pérdidas entre 50.000 y 100.000 dólares.
- 318 traders: Pérdidas entre 100.000 y 250.000 dólares.
- 87 traders: Pérdidas superiores a 250.000 dólares.
- 52 traders: Pérdidas superiores a 500.000 dólares
- 25 traders: Pérdidas superiores a 1 millón de dólares.
Implicaciones y controversia en torno a $LIBRA
El propio Milei admitió en una entrevista el lunes haber intentado actuar de buena fe con $LIBRA, reconociendo que la situación resultó adversa. Tras la promoción del token por parte de Milei en X e Instagram, su valor experimentó un breve aumento del 80%, para luego volver a caer. Actualmente, su valor ronda los 0,32 dólares, según CoinGecko.
Además, fuentes de The Big Whale señalaron que Kelsier Ventures, la empresa detrás de $LIBRA, estaría colaborando con autoridades nigerianas en un proyecto similar, aunque su continuidad es incierta tras la controversia.
Contradicciones de Javier Milei
La defensa de Javier Milei en la entrevista con Jonatan Viale dejó expuestas las heridas que el escándalo Libra dejó en el gobierno y en la figura del propio presidente. Evidentemente preocupado por la eventual responsabilidad legal que le pueda caber, se negó a calificar como «estafa» lo ocurrido, hizo hincapié en diferenciar el concepto de «promover» con el de «difundir» y, sobre todo, incurrió en contradicciones que generaron ruido en el mercado.
La mayor crítica que hicieron los inversores y analistas luego de la entrevista fue el hecho de que Milei, al mismo tiempo que justificó el proyecto que le acerco Hayden Davis porque iba a ser una forma de ayudar a las pymes argentinas, dijo que el esquema de fondeo de ese mismo proyecto era «como ir al casino».
Se negó a admitir que había cometido un error «ex ante», y trató de minimizar el impacto del tema con el argumento de que apenas había afectado a unas 5.000 personas -casi ninguno de ellos argentinos- que «sabían en lo que se metían».
Para peor, se filtró luego de la entrevista un tramo que fue cortado, en el que Milei argumentaba en su defensa que su cuenta de la red X no era oficial sino personal. Mientras desarrollaba ese argumento, Santiago Caputo interrumpió la entrevista y le dijo algo en secreto al presidente. «Me doy cuenta, le puede traer quilombo judicial», dijo, con tono comprensivo, el entrevistador.
Bueno para las Pymes, pero de alto riesgo
Al presidente le resultó difícil al presidente encontrar el tono justo para no quedar como cómplice de un negocio opaco pero, al mismo tiempo, no afectar su propia imagen de economista experto. Ante esa disyuntiva, se vio obligado a optar por quedar como una persona sin conocimientos profundos sobre el mundo cripto.
Es algo que contradice sus antecedentes -antes de ser presidente promovió la compra de una criptomoneda y dio cursos en un instituto que formó un fondo de trading digital- y que, de alguna manera, también contradice su propio discurso.
Hasta ahora, Milei se había mostrado como un entusiasta del universo tecno, y muy particularmente de los avances de las finanzas digitales. Desde su punto de vista «anarco capitalista», la proliferación de monedas cripto, token y métodos digitales de inversión eran una forma de esquivar las regulaciones burocráticas.
Y, según su «evaluación ex ante», proyectos como el de Libra son positivos, porque permiten que emprendedores que habitualmente no califican para obtener un crédito bancario puedan acceder al fondeo y de esa manera impulsar sus negocios innovadores. Es decir, para Milei la tecnología aplicada a las finanzas permitiría saltearse las limitaciones del sistema financiero tradicional.
De hecho, no se privó de ponderar a la empresa Kip Protocol, de Julian Peh -a quien conoció en el evento Tech Forum- como una de las líderes en inteligencia artificial. Esta empresa es la que daría el soporte técnico para que pudiera funcionar el fondo Viva la Libertad Project, fondeada a través de una moneda token cuyo respaldo sería la imagen del propio presidente.
Pero resulta una defensa extraña el hecho de decir que Libra era una inversión de alto riesgo y volatilidad, que estaba por fuera de todo control regulatorio, al mismo tiempo que era lo que iba a sostener un fondo de inversión en pymes elogiado por la Presidencia. Las inversiones ultra volátiles, por definición, no pueden constituir el activo de un fondo cuyo destino sea dar crédito a la economía real.
Uno de los flancos más débiles de Milei fue su analogía entre lo ocurrido con Libra y lo que ocurre cuando el presidente visita una empresa y luego alguien compra acciones de ese negocio. Como sabe cualquier estudiante de primer año de finanzas, para emitir una acción bursátil o una obligación negociable hay que estar inscripto en la Comisión Nacional de Valores, explicar qué uso se le dará al dinero obtenido del mercado, presentar balances auditados por una firma independiente y ser calificado por una agencia de riesgo que maneje estándares internacionales.
En otras palabras, se puede ganar o perder en el mercado de capitales, pero resulta raro que el presidente, economista de profesión, compare la fluctuación de cotizaciones bursátiles con la opacidad del mercado cripto.
Davis contradice a Milei
Según los expertos en el mundo cripto, el engaño consistió en mostrar como un token lo que en realidad era un memecoin. La diferencia es fundamental: un token tiene como respaldo un activo real, y de hecho ha habido emisiones atadas a petróleo y otros recursos naturales. El memecoin, en cambio, no tiene un respaldo real, y lo único que lo sostiene es el hecho de que sus inversores pertenecen a una comunidad, por ejemplo los fanáticos de Donald Trump.
Milei nunca admitió que él fuera una parte necesaria para que el proyecto funcionara. Pero los organizadores afirman lo contrario. Hayden Davis, el controvertido administrador del fondo que ahora tiene en su poder más de u$s20 millones en concepto de comisiones que no sabe a quién tiene que devolver, dio más detalles sobre cómo se organizó la operación.
Dijo que, después de conocer a Milei, él se había mostrado entusiasmado por el proyecto, aunque obviamente no estaba bien asesorado por su equipo en Argentina. Dio por sobreentendido que el gobierno argentino tenía un compromiso con los organizadores del fondo, consistente en tres fases: primero el tuit de Milei que se publicó, más tarde un segundo tuit que incluiría un video, y luego una serie de recomendaciones por parte de gente «extremadamente influyente».
Es decir, que la «difusión» del proyecto por parte de Milei no se limitaría a la expresión de alegría por inversiones que siguen llegando al país, sino que formaba parte de la propia estrategia de lanzamiento, y sin cuya existencia no se podría lograr el fondeo.
Davis, quien dice que se siente estafado por «el equipo de asesores de Milei» -sin especificar nombres- dice que el equipo argentino entró en pánico cuando vio lo que estaba ocurriendo con la cotización de Libra y que Milei sintió «presión política para retirar su tuit».
¿A quién se le depositan las comisiones?
No es que la palabra de Davis tenga mucha credibilidad, tampoco, porque la realidad es que Libra ya había empezado a desplomarse antes de que Milei borrara su tuit. Pero su relato de cómo se había estructurado el negocio resulta muy sugestivo, y se contradice con la versión oficial.
Lo insólito de la situación ahora es que Davis está en posesión de un dinero por concepto de comisiones, y no sabe qué hacer con él. Pidió instrucciones públicamente al gobierno argentino.
Pero hasta la noche del lunes él decía que no sabía exactamente a quién debería transferir esos dólares «que son de los argentinos». No dijo «de los inversores estadounidenses y chinos», dijo: «No sé de quién es, es de Argentina; el equipo de Milei… o lo que yo creía que era su equipo… había un periodista que documentó esto porque me imaginé que algo de esto podía ocurrir, me dijeron que no inyectara más dinero hasta que Milei publicara el segundo tuit con el video, que nunca salió».
El único punto en el que Davis coincide con Milei es en que el presidente no estaba comprendiendo cabalmente lo que estaba ocurriendo.
En todo caso, la autodefensa del presidente parece lejos de dar por terminada la polémica. Su comparación del mercado cripto con un casino no solamente repitió palabras parecidas a las que había usado Cristina Kirchner para criticarlo, sino que hasta fue más lejos, porque utilizó la imagen de la «ruleta rusa», en la que el jugador arriesga a pegarse el balazo.
Al contraataque
Milei, proyectando el mismo defecto que suele endilgarle a sus adversarios, cayó varias veces en la «falacia ad hominem». Es decir, contestar una crítica no con argumentos sino cuestionando la persona que la emite. Así, recordó las causas por corrupción contra Cristina Kirchner, calificó de «imbécil» a Axel Kicillof por su comportamiento como ministro de economía y en particular por la reestatización de YPF y, en definitiva, mostró la crisis política que está atravesando como la revancha de «la casta» cuyos negocios habían sido afectados.
Para compensar el escándalo Libra, se mostró optimista sobre la marcha de la economía, pero dio por sentados ciertos hechos de cuya ocurrencia el mercado sigue dudando: por ejemplo, que los productores sojeros se sientan incentivados para liquidar u$s5.000 millones en el corto plazo o que el Fondo Monetario Internacional aporte dólares frescos que permitan levantar el cepo cambiario.
Mientras tanto, en todos los espacio afines al oficialismo, ya se escuchaban las críticas y comentarios desilusionados de los propios votantes de Milei por los «errores no forzados».