Esta tecnología es una aliada clave para la inteligencia artificial
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La inteligencia artificial (IA) pasó de ser un concepto futurista a una herramienta esencial en la vida cotidiana. Desde asistentes virtuales hasta sistemas de diagnóstico médico, la IA impacta a diversos sectores. Sin embargo, este avance acelerado no sería posible sin una infraestructura sólida que soporte la inmensa cantidad de datos y el poder de procesamiento que requiere.
Aquí es donde entra en juego la tecnología «cloud». Más que un simple almacenamiento remoto, la nube demostró ser un habilitador muy importante para el desarrollo, implementación y escalabilidad de soluciones de inteligencia artificial y, sobre todo, una aliada irremplazable.
La IA y la nube están conectadas profundamente porque ambas tecnologías dependen de información y capacidad computacional para alcanzar su máximo potencial. La inteligencia artificial requiere acceso a grandes cantidades de datos para entrenar modelos, realizar análisis en tiempo real y ejecutar tareas complejas. Mientras tanto, la tecnología cloud proporciona la infraestructura necesaria para manejar estas demandas.
Uno de los principales desafíos de la IA radica en la necesidad de obtener recursos computacionales que varían en función de la tarea. Por ejemplo, entrenar un modelo de aprendizaje profundo puede requerir semanas de procesamiento intensivo, mientras que una aplicación en producción necesita mantener un funcionamiento constante. Aquí, la tecnología cloud permite escalar los recursos dinámicamente, adaptándose a las necesidades del proyecto sin requerir grandes inversiones iniciales en hardware.
Un ejemplo claro es el uso de servicios como Amazon Web Services (AWS), Google Cloud o Microsoft Azure, que ofrecen máquinas virtuales, GPU especializadas y herramientas listas para IA. Esto permite a empresas de todos los tamaños acceder a una infraestructura de alto rendimiento que, de otra manera, estaría fuera de su alcance.
La IA prospera con datos. Los modelos de aprendizaje automático mejoran cuanta más información reciben. La nube actúa como un almacenamiento global donde los datos pueden ser guardados, compartidos y analizados sin barreras físicas. Esto es especialmente importante en un mundo cada vez más interconectado, donde las empresas operan en múltiples regiones y deben manejar datos generados en tiempo real.
Cambio de paradigma
Un caso práctico es el de las aplicaciones de transporte como Uber, que utilizan IA para optimizar rutas y tiempos de espera. Estas aplicaciones dependen de datos generados constantemente, y la tecnología cloud permite procesarlos al instante para ofrecer resultados precisos y rápidos para los usuarios.
Hace unos años, desarrollar este tipo de proyectos era exclusivo para grandes corporaciones con presupuestos millonarios. Hoy, la nube ha cambiado ese panorama al reducir los costos de entrada.
En lugar de invertir en servidores y centros de datos, las empresas pueden pagar únicamente por los recursos que utilizan, abriendo la puerta a startups, universidades y organizaciones más pequeñas para que innoven con IA.
Otro aspecto clave de la nube es que, no solo proporciona almacenamiento y procesamiento, sino también herramientas específicas para IA. Servicios como Google AI, Azure Machine Learning o AWS SageMaker ofrecen modelos pre entrenados, bibliotecas y entornos de desarrollo listos para usar. Esto reduce significativamente el tiempo necesario para pasar de la idea a la implementación, y permite a los desarrolladores enfocarse en la innovación, en lugar de construir desde cero.
Si bien los beneficios son muchos, esta relación también enfrenta retos y uno de ellos es la seguridad de los datos. Al depender de la nube, los proyectos de IA deben garantizar la protección de la información sensible, cumpliendo con normativas internacionales. El impacto ambiental de los centros de datos es una preocupación creciente, lo que impulsa a las empresas a buscar soluciones más ecológicas y sostenibles.
Si se mira al futuro, la combinación de IA y tecnología cloud promete revolucionar aún más industrias, desde la agricultura de precisión hasta la medicina personalizada. La llegada de nuevas tecnologías, como la computación cuántica en la nube, podría transformar la forma en que se entrenan y ejecutan los modelos de IA, resolviendo problemas que hoy parecen insuperables.
Patricio Gianni
La tecnología cloud no solo respalda a la inteligencia artificial, sino que también la impulsa hacia nuevas fronteras. Su capacidad para manejar grandes volúmenes de datos, ofrecer escalabilidad y democratizar el acceso a herramientas avanzadas hace que la nube sea una pieza inamovible en el ecosistema de la IA. En un mundo cada vez más digital, esta alianza no sólo continuará creciendo, sino que también definirá el futuro de la innovación.
(*) Ingeniero de plataformas en Ingenia.