¿Puede la inteligencia artificial resolver los problemas de siniestralidad?
La inteligencia artificial ya se utiliza para mejorar la seguridad de la conducción, con aplicaciones de móvil que vigilan el comportamiento al volante
La pregunta que abre esta columna es un interrogante que hoy está en boca de toda la industria automotriz y de todas las organizaciones que trabajamos, cada uno desde su lugar, para mejorar la calidad de vida de las personas. ¿Se trata de una moda o de una potencialidad accesible para el mundo que la inteligencia artificial (IA) sea la depositaria de semejante objetivo?
Esta pregunta cobra relevancia después de que el avance de los vehículos autónomos no haya logrado, después de varios años, alcanzar los niveles de confianza necesarios para que se masifique su adopción y se puedan ver en la práctica si la siniestralidad cero es con ellos una realidad o una ilusión.
Mientras los vehículos autónomos siguen trabajando en hallar su punto de maduración que les permite tener éxito en el mercado, la realidad es que cada año, cerca de 1,35 millones de personas mueren en accidentes de tráfico en los caminos de todo el mundo, y hasta 50 millones resultan gravemente heridas, según la Organización Mundial de la Salud.
Pero también es cierto que los países que dieron los primeros pasos en la introducción de sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS) experimentaron mejoras en materia de seguridad vial. A través del uso de sensores y algoritmos está demostrado que se pueden prevenir siniestros, esto es porque los sistemas en cuestión tienen la capacidad de monitorear el entorno del vehículo en tiempo real, detectar posibles peligros y ofrecer advertencias oportunas o incluso intervenir proactivamente, por ejemplo con el frenado automático de emergencia.
Estos buenos resultados alimentan una posible sobrestimación sobre los beneficios de la inteligencia artificial y su impacto sobre las estadísticas de siniestralidad. Hay una idea mágica de fondo que no es del todo real.
Inteligencia artificial en los vehículos
La inteligencia artificial ya se utiliza para mejorar la seguridad de la conducción: aplicaciones de móvil que vigilan el comportamiento al volante y recompensan a los conductores seguros con beneficios o descuentos sobre el costo de la póliza y vehículos conectados que se comunican entre sí y con la infraestructura vial. La inteligencia artificial ya está presente en nuestros vehículos de una forma o de otra.
Pero la realidad es que la inteligencia artificial no puede ni podrá reemplazar al ser humano, al menos no en un punto central: las personas deben ser formadas y capacitadas para entender y ejercer la movilidad con responsabilidad y seguridad. El tamaño del mercado mundial de la seguridad vial fue de 3.354,56 millones de dólares en 2022 y se estima que llegue a los 7.031,11 millones de esa moneda para 2031.
Porque si bien los avances son prometedores, el comportamiento humano sigue siendo el factor crítico. Incluso con sistemas de IA avanzados, la concienciación y la prevención son fundamentales.
La educación continua en prácticas seguras de conducción, el respeto por las normas de tránsito y la responsabilidad individual son esenciales para crear un entorno vial más seguro. De nada sirve la inteligencia artificial si las personas siguen cruzando las calles por la mitad de la cuadra o si los conductores miran el teléfono mientras cruzan en rojo.
Los programas de «siniestralidad cero» son un ejemplo de cómo la autorregulación y la búsqueda de mejores prácticas pueden conducir a resultados impresionantes. Empresas de distintos rubros y segmentos ya trabajan en este tipo de programas en la Argentina, basados en las experiencias de organizaciones que ya comienzan a tener resultados positivos en la materia.
La contribución de las tecnologías de la Internet de las cosas y las herramientas analíticas de ciencia de datos es insustituible en la actualidad. Y en última instancia, la inteligencia artificial (IA) posee un potencial revolucionario para la seguridad vial como ninguna otra herramienta. Sin embargo, el verdadero éxito de esta tecnología dependerá de su integración con estrategias educativas y de concienciación. La sinergia entre la tecnología y el elemento humano es fundamental para forjar un futuro en el que los caminos sean seguros para todos.
(*) Gerente de alianzas estratégicas de Strix para la región sur.