Corea del Sur: cayó el presidente
El Parlamento de Corea del Sur destituyó este sábado al presidente Yoon Suk Yeol, por su fallido intento de instaurar la ley marcial el 3 de diciembre, que abrió una inédita crisis política en el país y provocó multitudinarias manifestaciones.
En un discurso televisado el presidente destituido llamó a poner fin a la política de los excesos y la confrontación. «Me siento profundamente frustrado (…) pero ahora debo dar un paso al costado por un tiempo», dijo Yoon.
Viaje
«Aunque estoy haciendo una pausa en este momento, el viaje que he emprendido en pos del futuro del pueblo durante los dos últimos dos años y medio no debería detenerse», dijo el mandatario. «Cargaré con todas las críticas, los ánimos y el apoyo que he recibido, y haré lo mejor para el país hasta el final», añadió.
A Yoon, al que se ha prohibido salir del país, así como a otros miembros de su Gabinete -como el exministro de Defensa, Kim Yong-hyun, que permanece en prisión preventiva- y altos cargos militares y policiales se les investiga por presuntos delitos de amotinamiento, abuso de poder o insurreción.
La moción
Del total de 300 diputados de la cámara, 204 votaron a favor de destituir al presidente y 85 lo hicieron en contra, según los resultados anunciados por la presidencia de la cámara.
Para aprobar la moción eran necesarios al menos 200 votos a favor para lograr una mayoría de dos tercios en la cámara y, aunque el voto es secreto, se sabe que como mínimo 12 diputados del conservador y gobernante Partido del Poder Popular (PPP) han debido apoyar la destitución, puesto que los partidos de la oposición suman en total 192 escaños.
La incertidumbre en torno al resultado se mantuvo hasta el final, con el PPP celebrando durante horas una reunión a puerta cerrada para fijar una postura oficial y el encuentro concluyendo minutos antes del inicio de la votación con el anuncio de que la formación oficialmente no apoyaría la moción.
Igualmente hubo tres abstenciones y ocho votos nulos en esta nueva moción de censura, exitosa tras una primera presentada por la oposición el 7 de diciembre, que no prosperó. Yoon queda ahora suspendido, a la espera de que la Corte Constitucional valide o no su destitución. Para hacerlo dispone de 180 días.
Manifestaciones
Al menos 200.000 manifestantes, según la policía, se congregaron ante el Parlamento a la espera del resultado, y estallaron de júbilo al conocerlo, según constataron periodistas de AFP en el lugar. En otro punto de la capital, Seúl, unas 30.000 personas se concentraron en apoyo al mandatario.
Los manifestantes agitaron en el aire varitas luminosas como las que se suelen ver en los conciertos de K-pop y corearon famosas canciones que se han convertido en auténticos himnos de las protestas estos días como «Into the new world» («Hacia un mundo nuevo»), tema publicado en 2007 por el grupo femenino surcoreano Girls generation.
«Estoy contento (por la destitución) porque mucha gente se ha congregado hoy aquí con la esperanza de que esto sucediera, porque hace una semana no logramos que lo inhabilitaran. Pero hoy hemos ganado», cuenta a EFE Kim Gon-tae, licenciado en Derecho de 48 años en busca de empleo que ha acudido hoy al exterior de la Asamblea Nacional.
Estados Unidos
Park Chan-dae, líder de la principal formación opositora, el Partido Demócrata, afirmó que la destitución de hoy es una gran victoria para el pueblo y la democracia. «¿No es sorprendente que nosotros, el pueblo, hayamos logrado esto juntos?», se preguntó una manifestante, Choi Jung-ha, de 52 años, que pese al frío gélido se lanzó a bailar en la calle al conocer el resultado. «Estoy segura al 100% de que la Corte Constitucional apoyará la destitución», añadió.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, dijo que la destitución mostraba la «resiliencia democrática» de Corea del Sur. «Apoyamos firmemente al pueblo coreano. Apoyamos firmemente la férrea alianza» entre Estados Unidos y Corea del Sur, declaró durante un viaje a Jordania.
El Departamento de Estado de EE.UU., a cargo de Blinken, reiteró este sábado su «apoyo a la República de Corea, a sus ciudadanos, a los procesos democráticos y al Estado de Derecho», después de que el Parlamento surcoreano aprobara la destitución del presidente Yoon Suk-yeol por haber declarado la ley marcial el pasado 3 de diciembre.
«En los últimos años, la alianza (entre EE.UU. y Corea del Sur) ha dado pasos de gigante, y Estados Unidos está deseando colaborar con la República de Corea en la consecución de nuevos avances», esgrimió el Departamento de Estado en un comunicado. Para, a continuación, añadir que están dispuestos a «seguir trabajando» con el presidente en funciones Han Duck-soo para «promover nuestros intereses mutuos y nuestros valores compartidos».
«Gobernanza estable»
El primer ministro Han Duck-soo asumirá como presidente interino del país y prometió ejercer una «gobernanza estable». Si la Corte confirma su destitución, Yoon Suk Yeol será el segundo presidente de la historia de Corea del Sur en terminar así, tras el caso de la dirigente Park Geun-hye en 2017.
Sin embargo, también existe un precedente en el que la destitución aprobada por el Parlamento fue invalidada dos meses más tarde por la Corte Constitucional, la del presidente Roh Moo-hyun en 2004.
El presidente Yoon, de 63 años y con bajas cotas de popularidad, sorprendió al país al anunciar la imposición de la ley marcial la noche del 3 de diciembre y al enviar al ejército al Parlamento para impedir que los diputados pudieran reunirse.
El mandatario, enfrascado en una pugna con la oposición en torno a los presupuestos, acusó a sus rivales políticos de comportarse como «fuerzas antiestatales», y dijo que buscó con esta medida extrema proteger al país de las «amenazas» del régimen comunista de Corea del Norte.
La decisión suscitó un movimiento de indignación, con miles de manifestantes movilizándose de inmediato y enfrentándose a los militares a las puertas del Parlamento. Los diputados lograron reunirse y en cuestión de horas tumbaron con su voto la ley marcial.