Espectáculos

Silvia Iriondo: «Mi música es un andar en constante movimiento»

El sábado 14, en el Auditorio Nacional del CCK, la artista volverá sobre su octavo álbum junto a músicos que la acompañaron cuando lo grabó: Carlos Aguirre en piano,  Quique Sinesi en guitarra y Jorge Fandermole en la voz.

Hace unas tres décadas, Silvia Iriondo, Carlos Aguirre y Quique Sinesi conformaban una especie de triángulo sonoro y poético cuya impronta era la de ir al hueso de las músicas de raíz, por su camino más fino. Más profundo. El resultado que mejor lo evidencia se llama Coplas para la luna, disco a nombre de ella, inspirado por el ya fallecido director de cine Antonio Cervi y publicado en 1997, cuyas estelas estéticas se han consolidado más que esfumarse con el paso del tiempo. “Coplas para la luna es un universo tejido entre canciones que nutren mi infancia y adolescencia, pertenencia y contenido de lo propio, y dan cuenta también del país que somos”, sostiene la cantante, docente y compositora en verbo presente, días antes de una revisita que se las trae.

Es que este sábado 14 diciembre a las 20, la compositora volverá a juntarse con la guitarra de Quique Sinesi, el piano de Carlos Aguirre y también la voz de Jorge Fandermole (aportó “Sueñero” y “Coplas para la tejedora” al disco) para recrear tal vez el principal de sus ocho trabajos en el Auditorio Nacional del CCK (Sarmiento 151). “La vigencia de las antiguas letras y melodías que contiene el trabajo son fundamento y búsqueda en la construcción de un lenguaje que habla de nuestra cultura… Un camino que me inspira diariamente”, justifica Iriondo, quien estará también acompañada por las distinguidas voces de Mariana Grisiglione, Mora Martínez y Sebastián Tozzolla.

https://palaciolibertad.gob.ar/events/coplas-para-la-luna-por-silvia-iriondo-carlos-aguirre-quique-sinesi-y-jorge-fandermole/

-Falta Jaime Roos y cartón lleno… Fue él quien le puso voz a la versión de “Los hermanos”, de Yupanqui.

-Voz referente en nuestro universo sonoro, la de Jaime. Recuerdo sus palabras cuando lo convoqué en su momento: “Sería un honor y placer cantar contigo ésta milonga, única obra de Atahualpa que grabó Zitarrosa”. Lamentablemente, él no puede estar en esta oportunidad.

https://geo.dailymotion.com/player/xt5ee.html?video=x9aqi24

“Los hermanos”, de Yupanqui y por Roos, es una de las quince piezas que pueblan este disco bisagra en el devenir de Iriondo. Tanto como ella se destacan las versiones de “Beatriz Durante”, chacarera compuesta por el “Negro” Aguirre, Andre Mehmari y Juan Quintero; “Kichororo”, de Aníbal Sampayo, a quien Iriondo participó de un ciclo sobre el disco, en La Trastienda; “Coplas para la Tejedora”, tema de Fandermole cuya definición a cargo de Silvia coincide con la realidad. “Es un homenaje a las entrañables artesanas de la trama, cultura, memoria y tiempo”, señala la cantora, cuyas alabanzas van también hacia la zamba del Chivo Valladares que da nombre a la obra y a “Zamba de amor y luna”, porque en ella aparecen los gorgojeos de su hija Francesca, recién nacida. “De todas maneras, todas son canciones de nuestro paisaje folklórico que revelan con certeza su sabiduría, belleza y vigencia. Y paso a paso van tejiendo un mapa que da cuenta de nuestro país”, refuerza.

-¿Cómo se resignifica aquel trabajo que marcó una bisagra en tu trayecto? ¿Y cómo lo resignificás vos?

-Entiendo que la resignificación la van dando el tiempo y la continuidad. Un camino que llegó, sigue y siguió su curso, construyendo un mapa que da cuenta de quiénes somos y de qué estamos hechos. Uno se descubre mirando lo recorrido y encuentra algunas respuestas o explicaciones.

-“Somos lo que escuchamos”, afirmás. Qué problema volcar esta frase con esta Argentina extraña de hoy ¿no?¿Cómo estás atravesando estos días, en lo musical, en lo personal y en lo ideológico?

-Cursamos un país que duele la humanidad. La pobreza nos atraviesa en cuerpo y alma, el país está dolido, quebrado en sensibilidad y compromiso, la geografía territorial, social, personal herida de ausencia y desidia. La inclusión social y colectiva es urgente. El arte es un componente necesario, pero sólo no alcanza.

-¿Qué lugar ocupa Coplas de la luna en tu peregrinaje musical que identificás como “música fugitiva”?

-La música fugitiva es un andar en constante movimiento. Una infinita cadena de pasos que facilitan el encuentro con algo nuevo o la llegada a un puerto aún desconocido. No sé si se construye o todo es un constante descubrir… sí, que la llegada es indispensable. En este sentido, el folklore es movimiento permanente: el paisaje cambia y fluye con el devenir de la vida, la tierra, la comunidad. En este sentido, las antiguas canciones de Coplas para la luna muestran su vigencia en infinidad de lecturas posibles. Digo esto porque la tradición no es un altar inmóvil. Más bien, nuestras músicas viven entre acordes y sonoridades diversas que el tiempo ofrece. Son una voz que sigue hablando y despertando reflexiones y preguntas nuevas.

Fuente: Pagina12

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