Faoileann Cunningham y Aoife Hinds, protagonistas de «Duna: la profecía»
Las actrices británicas interpretan a Hermana Jen y Hermana Emeline, dos devotas de una proto-cofradía Bene Gesserit.
“Los creadores de la serie se metieron en un infierno: estamos haciendo esta cosa muy conectada con esta otra y a la vez, en tiempos muy distintos”, reflexiona Faoileann Cunningham, una de las actrices que protagonizan Dune: la profecía. La serie –cuyos episodios se suben semanalmente a la plataforma Max– está basada en la novela Sisterhood of Dune, coescrita por Brian Herbert y Kevin Anderson, y ambientada en el universo creado por Frank Herbert, pero la acción transcurre 10.000 años antes de los acontecimientos que lectores y espectadores conocen de las distintas iteraciones de Duna. “Para quienes no leyeron Dune o no saben nada, es fácil de entender, porque aunque no es algo enteramente aparte, también es una serie en sí misma”, explica la actriz irlandesa.
“Y los fans de Duna tienen la historia de origen de la lucha mayor de la saga, con las peleas entre Atreides y Harkonnens”, agrega la inglesa Aoife Hinds, compañera de escenas de Cunningham.
Las actrices británicas interpretan a Hermana Jen y Hermana Emeline, dos devotas de una proto-cofradía Bene Gesserit, en un momento de ascenso y consolidación del poder de su Hermandad. Hinds y Cunnigham comparten elenco con Emily Watson, Olivia Williams y Mark Strong, entre otros. “Lo que pensaba sobre Emeline al componer el personaje es que tuvimos crianzas muy distintas –cuenta Hinds-. Yo no tuve educación religiosa ni nada por el estilo, y todo el propósito de ella pasa por la Hermandad. ¿Cómo me metía en su cabeza?” La respuesta, profundiza, llegó con Cunningham mientras recorrían un museo en Budapest. “Creo que era una exhibición de El Greco. Caminamos buscando alguna imagen religiosa y creo que empecé con eso, a partir de ahí fui construyéndola, y encontré que tenía en común con el personaje su mirada de la naturaleza, su fe en la humanidad, y su empatía”.
Aunque en el universo conocido de Duna las hermanas Bene Gesserit son una orden consolidada y sin fisuras, en esta serie son una entidad aún en formación. “No son un grupo homogéneo. Cada una tiene habilidades muy distintas que aportan cosas al grupo”, plantea Cunnigham. “Así como el arte imita la vida, creo que esa frase vale para esta serie también, donde todas aportamos algo a la serie”. La irlandesa compara la hermandad de La profecía con la que tendrá lugar miles de años en el futuro. “En esta serie las Bene Gesserit no han llegado a ese lugar realmente establecido que vemos en los películas, donde son como la versión Tesla de las Bene Gesserit. Aquí son más bien como los primeros coches eléctricos, llenos de problemas”.
Al mismo tiempo, cierta sensación de similitudes atraviesa a los personajes. Eso, en buena medida se logra a través de prácticas comunes, explican las actrices. Concretamente, señalan los entrenamientos físicos y la práctica de meditación que se extendieron por todo el set de filmación. “Hay que ver cómo se hacen las galletitas”, bromea la irlandesa. “Uno en general ve el resultado final, algo súper evidente en las películas de Dune. Pero, ¿viste que hay una parte extraña de Disney donde podés ver el detrás de escenas, quiénes hacen los trajes y todo eso? Bueno, acá igual”, compara.
“Tuvimos dos semanas de preparación antes de empezar a grabar, con entrenamientos de combate”, cuenta Hinds. “Ahora Faoileann puede patearme el culo (risas). Fue muy divertido, no lo había hecho antes y fue muy desafíante. También estaba la pranavindhu, una meditación que nos enseñó nuestro director de movimientos y coordinador de peleas, que resultó extremadamente útil. Fue algo de lo que agarrarse en la preparación de las escenas”.
Para Cunningham, ese proceso llevó a una suerte de “lenguaje físico compartido”, que las acercó también a sus dobles de riesgo y a otras colegas que interpretaban a otras compañeras de la hermandad, en particular Emily y Ölivia. “Ellas estaban en todas nuestras sesiones de pelea, grabábamos juntas, salíamos y volvían a participar de los ensayos o a entrenar”, refiere. “Y al mismo tiempo sus coreografías eran ligeramente distintas, lo que también te sostenía la jerarquía de la Hermandad, lo que ellas saben y nuestros personajes no. Pero justamente todo esto fue lo que le permitió a nuestros personajes integrarse al set”.
“Algo que me gusta de todo esto es que en la serie vamos a entender el costo personal y el costo colectivo de formar estos mecanismos de poder que en la novela o la película vemos ya armados y pulidos”, reflexiona la irlandesa. Por delante, sus personajes tienen la incertidumbre. Y una letanía para acompañarlas: “No conoceré el miedo. / El miedo mata la mente. / El miedo es el pequeño mal que conduce a la destrucción total. / Afrontaré mi miedo. / Permitiré que pase sobre mí y a través de mí. / Y cuando haya pasado, giraré mi ojo interior para escrutar su camino. / Allí por donde mi miedo haya pasado ya no quedará
nada, sólo estaré yo”.