Una orquesta para ver las estrellas
El tango y la matemática ha sido siempre una preocupación central en la psiquis y el espíritu de Denise Sciammarella, cantora, compositora, investigadora y fundadora de la Orquesta que lleva tamaño apellido. El tango, porque sigue los pasos de su antepasado Rodolfo, el extraordinario pianista y compositor de “Besos Brujos”, “Pura sangre” y “Che Bartolo”, que sufrió el exilio tras el golpe de 1955, por su filiación peronista. Y la matemática porque es ella, justamente, doctora en física y por ende, investigadora de sus derredores. “Escondida o manifiesta, la matemática está casi en todas partes. ¿Por qué no habría de estar entonces en las letras de los tangos?”, se pregunta la cantante, ante el desafío de unir sonidos y números. Y ensaya una respuesta a nombre del físico y matemático Blaise Pascal. “Decía él que puede haber una gran armonía allí donde menos esperamos que la haya, así como puede haber problemas de soldadura en lo aparentemente homogéneo”.
La sinergia entre universos tendrá una nueva concreción el viernes 29 a las 19 horas, cuando Denise y su quinteto femenino (ella, más Cindy Harcha, en bandoneón; Geraldina Carnicina, en contrabajo; Mariana Atamás, en violín; y la pianista Amalia Escobar) congenien instrumentos y talentos en un lugar que bien le cabe al propósito: la sala del Planetario Galileo Galilei. “Los teoremas ocultos en nuestra música ciudadana es lo que demostraremos en el planetario, porque el tango también está escrito en caracteres matemáticos”, asegura y se responde Sciammarella.
Con ronda de mate como nexo amistoso (el espectáculo se llama “Entre tango y mate”) el quinteto-orquesta contará con la intervención del doctor en matemática, docente de la UBA, músico e investigador del CONICET, Pablo Amster, cuya misión será revelar conexiones ocultas entre ambos universos. “Pablo, también músico y divulgador de la matemática, me aseguró una vez que en tangos como `Por una cabeza` o `Yira Yira` había alusiones directas a teoremas de la matemática, y que Gardel o Discépolo sin duda lo habían pensado así”, señala Denise, que por supuesto pondrá una vez más en marcha su maquinaria musical dada por particulares interpretaciones no solo de versiones de tangos en francés, sino de sesudos y trabajados rescates vinculados a compositores exiliados, partituras conservadas en museos, temas de películas perdidas del cine nacional y obras propias.
Todo en función de una alquimia que trasciende al tango. Y que a la vez, lo completa.