Sigue la pelea por las suspensiones a los diputados y se delinean dos UCRs
Nada está tranquilo en la UCR. El gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, siguió liderando la ofensiva contra la conducción del partido luego de la suspensión de los diputados que votaron contra los jubilados y que, en un segundo capítulo, lo festejaron con un asado en la Quinta de Olivos. Sin reparar en lo impopular de las imágenes y las decisiones, el diputado Mariano Campero defendió al grupo y llamó al presidente de la UCR, Martín Lousteau, «el ministro de la 125». En ese grupo, más de uno está pensando en irse a La Libertad Avanza. La pregunta es cuándo ocurrirá. Por otro lado, el sector de Facundo Manes siguió cuestionando la jefatura de Rodrigo de Loredo en Diputados pero, hasta ahora, no reunieron masa crítica para correrlo del cargo. Así las cosas, la interna llegó para quedarse en la UCR.
Nada está tranquilo en la UCR. El gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, siguió liderando la ofensiva contra la conducción del partido luego de la suspensión de los diputados que votaron contra los jubilados y que, en un segundo capítulo, lo festejaron con un asado en la Quinta de Olivos. Sin reparar en lo impopular de las imágenes y las decisiones, el diputado Mariano Campero defendió al grupo y llamó al presidente de la UCR, Martín Lousteau, «el ministro de la 125». En ese grupo, más de uno está pensando en irse a La Libertad Avanza. La pregunta es cuándo ocurrirá. Por otro lado, el sector de Facundo Manes siguió cuestionando la jefatura de Rodrigo de Loredo en Diputados pero, hasta ahora, no reunieron masa crítica para correrlo del cargo. Así las cosas, la interna llegó para quedarse en la UCR.
La cuenta es sencilla: según el vocero Manuel Adorni, el asado para los radicales que votaron en contra de su propio proyecto saldrá 20 mil por cabeza, unos cuantos miles más que lo que le negaron al jubilado que cobra la mínima. Eso sí, el vocero aclaró que cada uno tendrá que pagarla con su tarjeta de débito. «No aceptaremos efectivo», dijo, cual maitre de un restorán. Nadie pareció reparar en lo ofensiva para la población que puede ser el asadito y menos que ninguno Mariano Campero, quien dijo que a los jubilados les votó en contra «con convicción».
Campero encabezó al grupo que la semana pasada se sacó la selfie con Milei, todos sonrientes mientras anunciaban que se daban vuelta. También se mostró indignado por la suspensión de su afiliación a la UCR: «No son dueños del partido», dijo, en línea con la frase que viene usando el ministro de Defensa, Luis Petri. «No tienen derecho a expulsar a diputados votados por los ciudadanos en la boleta Bullrich-Petri. Los que hoy piden expulsiones quieren volver al país que dejó el kirchnerismo. El ministro de «la 125» quiere una Argentina kirchnerista. No retrocedamos 20 años», lanzó contra Lousteau.
Campero tiene banca, y no solo del Gobierno. El gobernador de Mendoza hizo un raid por medios para defenderlo a él y a los demás diputados suspendidos. “Expulsarlos y suspenderlos es tan ridículo que va a dejar al radicalismo en una posición de ínfima minoría, con correlatos electorales pésimos. Es una decisión tonta, arbitraria, injusta, y de doble vara”, acumuló adjetivos el gobernador luego de que la Convención nacional suspendiera a cuatro diputados y mandara el expediente de seis al Tribunal de Ética para un veredicto final.
“Es una conducción que no representa a la mayoría de los simpatizantes.
Cómo lee el país al dirigente del radicalismo, como lo dice la
conducción formal o la mayoría de los gobernadores, los diputados y
legisladores que no son oficialistas, no participan del gobierno, pero
acompañan la linea gruesa de los cambios que se están proponiendo”, remarcó el gobernador.
Las dos UCR
Cornejo blanqueó que existen hoy dos UCRs: “Hay dos posiciones nítidas: un conjunto de dirigentes que creemos que hay que apoyar al Gobierno en el saneamiento de la economía, que no se puede esperar cuatro años y que hay que aceptar la voluntad popular de cambio, y hay un sector que en realidad tiene la conducción partidaria formal, Lousteau, Manes, que conducen los órganos formales y que tienen una posición pública totalmente distinta. Creen que esto está mal hecho, que está colapsando la economía y votan separados de los bloques y muchas de las veces votan con el kirchnerismo”, afirmó. “Son dos posiciones en confrontación, que le hacen daño a la imagen del partido, pero son explicitas de cómo pararse a este nueva posición”, remarcó.
El gobernador no lo dijo, pero estas posiciones también tiene un correlato demográfico: Cornejo es de Mendoza y De Loredo -otro que se opuso a las suspensiones- de Córdoba, dos provincias donde Milei contó con una abrumadora mayoría. En cambio, los dirigentes que lideran la decisión de sancionar la conducta de los diputados son mayormente de la UCR bonaerense, distrito donde hoy la imagen de Milei cae en picada.
Lo otro que no dijo Cornejo es cuando esas dos UCR se terminarán de romper en dos espacios separados hacia 2025.
Contra De Loredo
Cornejo siguió arremetiendo: «Si es por votar distinto al bloque, la historia de estos últimos meses, los diputados que responden a Manes y a Lousteau han votado en contra de lo que la mayoría del bloque votó en la Ley Bases, el paquete fiscal y no fueron suspendidos ni expulsados. Habría que echarlo con el agravante de que es el presidente formal del radicalismo», afirmó.
Lousteau no le piensa contestar. «Que se dedique a gobernar Mendoza, que bastantes problemas tiene», dicen desde su sector. Otros lo mandan a hacer cosas peores. Quienes sí le vienen contestando de una forma bastante insistente son los dos radicales que conducen la Convención nacional. Gastón Manes le retrucó: «El problema no es votar en contra del bloque, sino negociar de espaldas
a la sociedad y del partido un cambio intempestivo del voto en contra
de un proyecto de ley de la UCR que ellos mismos defendieron y votaron
unos días antes. Los diputados sancionados entregaron a los jubilados
vaya uno a saber por qué beneficio personal«.
«Cornejo está con la posición de que hay que estar cerca del Gobierno, pero no lo apoya la mayoría del Comité nacional. Esta es la realidad», dicen entre los integrantes de la mesa de la convención.
Pero los cañones de sus dirigentes no estuvieron tan dirigidos a Cornejo, sino a De Loredo, a quien varios en el bloque buscan correr de la jefatura. «No se trata de diferentes miradas: el bloque vota dividido desde el
principio del gobierno de Milei. El tema es el cambio (de voto) de un
proyecto que había presentado el radicalismo. Sospecho que De Loredo estaba al tanto de la situación y casi de acuerdo, sino no se comprende«, remarcó Gastón Manes.
Y cuestionó la concurrencia al asado que les ofreció Milei para festejar la derrota de los jubilados: «Hay que repensar si esta gente no piensa que los partidos políticos no deben existir, porque no son una patente de corso para que cada uno haga lo que quiera. Un partido es una comunidad de ideas», les marcó a los «tránsfugas», como los llamó.
Por su parte, Hernán Rossi -el otro dirigente que coordinó la suspensión- le contestó a De Loredo «Selectivo parece que sos vos que te indignas porque aplicamos la Carta Orgánica pero nada dijiste cuando los diputados del bloque del que sos presidente se sacaron la foto sonrientes en Casa Rosada tras revertir en términos ridículos su posición sobre la ley de movilidad jubilatoria. Y si antes votamos divididos, es tiempo de dejar de hacerlo, recuperar nuestra identidad y volver a ser un partido».