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Expulsada de Brasil, X se va pero no se resigna

Desde Brasilia

Elon Musk no pasa de un «playboy malcriado», con veleidades de líder político ligado a personajes como Jair Bolsonaro y Donald Trump. Es así como la presidenta del Partido de los Trabajadores , Gleisi Hoffmann, definió en posteos y declaraciones recientes, al propietario de la plataforma digital X, a la cual era imposible acceder este sábado en prácticamente todos los estados brasileños debido al bloqueo determinado por el juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal.

La Agencia Nacional de Telecomunicaciones informó que este domingo todo el país habrá dejado acceder al otrora Twitter.

La orden de suspender la plataforma con 22 millones de usuarios brasileños, un cinco por ciento del total mundial , se conoció a las 16 horas 45 minutos del viernes pasado. Dos minutos más tarde, es decir a las 16 horas 47 minutos, el tema ya era «breaking news» de la señal local de CNN, al mismo tiempo que el canal Globo News alteraba su programación para abocarse de lleno a esta bomba informativa.

El hecho colocó a Musk, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y el juez Moraes en las portadas de algunos de los diarios más importantes del mundo de este sábado.

Ocurre que la suspensión de X tal vez sea la noticia brasileña de mayor impacto global desde el intento de golpe de Estado de enero del año pasado, probablemente ideado por el expresidente Jair Bolsonaro.

Veinte horas

Transcurrieron poco más de 20 horas desde el jueves a la noche, cuando Moraes emplazó a Musk para que designe un representante legal en Brasil, hasta el viernes por la tarde cuando determinó que la Agencia de Telecomunicaciones transmita a las empresas de telefonía la orden de suspender las conexiones de X.

A lo largo de esas horas el millonario disparó varios mensajes agresivos, sarcásticos, algunos medio infantiles, siempre haciendo una defensa a ultranza de la «libertad de expresión».

En ellos anunció su decisión de no acatar a la justicia brasileña y parodió al juez con villanos de las franquicias Star Wars y Harry Porter .

Desde su condición de elector del republicano Donald Trump dijo que Estados Unidos corre el riesgo de volverse un país como Brasil, dominado por la «censura», si la demócrata Kamala Harris vence las elecciones de noviembre.

Para no dejar dudas de que sus ataques responden a motivaciones políticas como la de ganar proyección entre el espectro de la opinión púbica derechista, antes que a una estrategia de defensa ante la justicia, Musk agravió a Lula, comparándolo con un «perro faldero» del «tirano» Moraes.

Lula se muda a Bluesky

Horas antes de que se iniciara el bloqueo de X, donde tiene más de 9 millones de seguidores, Lula, siempre pragmático, divulgó su perfil en la plataforma Bluesky. Se trata de la misma red social hacia donde emigraron – en la medida en que Musk y X demostraban su alineamiento bolsonarista- miles de brasileños, entre ellos ministros y secretarios del gobierno junto con simpatizantes del Partido de los Trabajadores.

En medio de este vaciamiento parcial de X el presidente dijo que por más millonario que sea «ese ciudadano» (refiriéndose al empresario sudafricano) no se deben tolerar sus insultos a las autoridades brasileñas ni el destrato a la Corte.

Entrevistado en el estudio de una radio de Paraiba, estado de la región nordeste, el petista se comprometió a defender la «soberanía» y no dejarse intimidar por los «gritos» de ese «tipo», con el cual ha está polemizando desde hace varios meses.

Ley y territorio

Al citar su preocupación sobre la soberanía durante la entrevista a la radio nordestina el presidente coincidió, usando un lenguaje sencillo, con una de las tesis planteadas por el juez Moraes en su alegato de 50 páginas para justificar la suspensión de las actividades de la plataforma de Musk .

Según Moraes si se permite que una compañía del porte de X cierre sus oficinas para eludir eventuales condenas se admite su impunidad y viola el principio de la igualdad ante la ley. Esa tolerancia , razona el juez, es poco menos que una renuncia al ejercicio concreto de la «soberanía».

Es un planteo donde se ve la frontera entre el poder digital, globalizado, desplegado por las grandes empresas de tecnología (las «big techs») y las atribuciones de las autoridades nacionales sobre su territorio.

Ante la virtual fuga de los representantes de X, con el cierre de sus oficinas en San Pablo y la desvinculación de los abogados que la representaban , Moraes se quedó sin jurisdicción para punir a la firma.

Frente esa limitación territorial decidió interrumpir por tiempo indeterminado las actividades de X y le fijó una multa diaria hasta que reabra las oficinas. A la par ordenó el embargo de las cuentas de Starlink, otra empresa del conglomerado Musk.

Esta firma, proveedora de servicios de Internet via satélite, ha expandido su presencia en el país, donde tiene unos 225 mil clientes, gracias a los conchavos entre Musk y Bolsonaro. El acuerdo fue sellado con bastante pompa en un resort del municipio paulista de Porto Feliz, en 2022, poco antes de finalizar el gobierno del capitán.

Cuentas de Starlink

El bloqueo de las cuentas de Starlink, anunciado el jueves pasado, fue mal recibida por grandes estudios de abogacía (con influencia sobre el Poder Judicial), medios de comunicación conservadores como Estado de San Pablo, y las Fuerzas Armadas, que transmitieron su preocupación a través de un informe del Ministerio de Defensa.

El gobierno nacional, en cambio, no dio señales de disgusto por el embargo de Starlink para cubrir las multas de X. En el Palacio del Planalto se observa con recelo el espacio ocupado por esa compañía en la Amazonia, donde sus satélites abastecen de datos a grandes productores agropecuarios próximos al bolsonarismo, sospechados de depredar la selva, así como a traficantes de oro y diamantes que hostilizan a las comunidades indígenas.

Embajada de EE.UU.

La posición de Moraes frente a X y Starlink tendría el respaldo, por lo pronto, de la mayoría de los once jueces del Supremo Tribunal Federal para quienes la disputa con Elon Musk seria un caso testigo en el que se pone a prueba la institucionalidad del país.

Claro que el actual consenso dentro la máxima Corte podría agrietarse en la medida en que sigan aumentando las presiones internas y externas en defensa de los intereses del multimillonario con veleidades políticas proclive a ejercer «interferencia» en los asuntos internos brasileños, según dijera a presidenta petista Gleisi Hoffmann.

En ese sentido tuvo bastante repercusión un comunicado divulgado el viernes por la Embajada de Estados Unidos. La nota, escueta, informa se está «monitoreando» la crisis con Musk y se señala que la «libertad de expresión» es un pilar fundamental para la democracia. Poco después el dueño de X, Starlink, Space X y Tesla agradeció el comunicado. Es posible que la nota no haya sido del agrado de Morales.

Bolsonarismo

Moraes es conocido por su carácter mercurial, que más de una vez lo habría llevado a tomar medidas precipitadas. Pero esa crítica no se aplica a la forma como gestionó el caso Musk, iniciado a comienzos de este año cuando el magnate se rehusó a retirar varios perfiles de políticos extremistas con mensajes abiertamente desestabilizadores.

El juez optó por incluirlo en una investigación ligada a una causa conocida como de las «milicias digitales». Pero evitó, en aquel momento, adoptar alguna medida más drástica, como hubiera sido suspender las actividades de X.

Mientras las diligencias proseguían, la derecha optó por radicalizar la confrontación con una serie de ataques y la amenaza de un juicio político contra el magistrado. Acciones que dejaban ver una posible articulación con Musk.

Para echar más leña al juego, el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del ex mandatario, encabezó una una comitiva de congresistas brasileños que viajó a Estados Unidos donde, ante una comisión parlamentaria, acusó al juez de ser una amenaza a la democracia y a libertad de expresión.

El respaldo del clan Bolsonaro a la causa del empresario volverá a verse el próximo sábado 7 de setiembre, durante la movilización convocada junto a pastores evangélicos para conmemorar el Día de la Independencia en el centro de San Pablo. Se da por seguro que la defensa de la libertad de expresión, el repudio a la persecución contra Musk y la exigencia del impeachment de Moraes estarán entre las principales consignas del evento.

Fuente: Pagina12

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