La insólita justificación de Lilia Lemoine sobre la visita de diputados de LLA a genocidas
Mientras el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, busca evitar la creación de una comisión investigadora de la visita de los diputados y diputadas de La Libertad Avanza a la cárcel de Ezeiza, la diputada, cosplayer y terraplanista, Lilia Lemoine continúa defendiendo el encuentro que es rechazado, incluso, por sus arrepentidas compañeras de bancada Lourdes Arrieta y Romina Bonacci, integrantes del grupo que visitó a los genocidas. «Fue una visita humanitaria a gente que está, en algunos casos, ilegalmente detenida», lanzó Lemoine.
Mientras el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, busca evitar la creación de una comisión investigadora de la visita de los diputados y diputadas de La Libertad Avanza a la cárcel de Ezeiza, la diputada, cosplayer y terraplanista, Lilia Lemoine continúa defendiendo el encuentro que es rechazado, incluso, por sus arrepentidas compañeras de bancada Lourdes Arrieta y Romina Bonacci, integrantes del grupo que visitó a los genocidas. «Fue una visita humanitaria a gente que está, en algunos casos, ilegalmente detenida», lanzó Lemoine.
La frase la dejó en TikTok en un video de descargo contra un informe de un canal de televisión en el que la nombraron como parte de un grupo de 13 diputados que visitaron el penal, hasta el momento solo se confirmaron seis. «Empezaron a inventar que yo fui, si yo hubiese decido ir no tendría en problema en decirlo, pero no fui», se descargó la diputada.
Pero además de desmentir su presencia –y alguna burlas sobre su apellido paterno–, Lemoine volvió a mostrar el desprecio de algunos intengrantes de La Libertad Avanza por la historia y la rigurosidad. «Cristina está preocupada, el kichnerismo está preocupado, por esa visita, que es una visita humanitaria a gente que está, en algunos casos, ilegalmente detenida por Néstor Kirchner en 2003, lo cual es innegable. Lo que pasa es que es políticamente incorrecto decirlo», lanzó.
La idea de «visita humanitaria» choca contra los dichos sus compañeras de bancada Arrieta y Bonacci, que tras el escándalo salieron a denunciar que fueron «engañadas» al encuentro. Arrieta llegó a decir que «no sabía» quién era Astiz, mientras que Bonacci apuntó contra el diputado Beltrán Benedit como armador de la reunión y a quien acusó de ocultar que la visita no era a presos comunes si no a condenados por delitos de lesa humanida. Razón por la cual decidió no salir en la foto sonriente que se conoció ayer.
En cuanto a la idea «innegable» de que los genocidas detenidos en Ezeiza están «ileglamente» en esa situación y que el responsable fue Néstor Kirchner en 2003; parece una manipulación de un hecho histórico ocurrido aquel año tras los años de lucha de los organismos de derechos humanos por el fin de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. El 21 de agosto de 2003, el Congreso de la Nación –que integra Lemoine– declaró la nulidad de esas leyes y reabrió el proceso de juzgamiento a los responsables de la dictadura cívico-militar.
El 2 de septiembre de aquel año, Kirchner promulgó lo aprobado por el Congreso. Tras esa decisión, las cámaras federales de San Martín y de Buenos Aires reabrieron las llamadas megacausas ESMA, Primer Cuerpo de Ejército y Campo de Mayo; por los cuales ya han existido condenas históricas y continúan siendo investigadas por el Poder Judicial.
Desde la reapertura de los procesos y la realización de los primeros juicios en 2006, según datos de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, se dictaron 326 sentencias, en las que las y los condenados por crímenes de lesa humanidad fueron 1.187 y solo 190 resultaron absueltos. De las 642 personas detenidas por causas de delitos de lesa humanidad en la actualidad, solo 78 cumplen condena en el serivicio penitenciario, 56 en la unidad penal de Campo de Mayo y 508 tienen arresto domiciliario. Si suman los que están siendo investigados, 1484 están en libertad.
Este no fue el primer descardo de Lemoine. Días atrás, entrevistada en LN+, la terraplanista minimizó la visita al decir que «se asustan porque un par de diputados los fueron a ver con el pleno uso de su derecho en funciones, incluso como civiles» y también los crímenes, probados y condenados por el Poder Judicial, de los represores detenidos: «No es una cuestion de derecha o izquierda es una cuestión de derechos humanos porque nosotros no estamos a favor de la tortura y supuestamete el kirchnerismo tampoco. Fueron a visitar a octogenarios en la cárcel que dicen que están siendo sentenciados a una pena de muerte a cuenta gota».