Todo muy lejos de la hermandad
La Selección Francesa de rugby, con una gran historia en esta disciplina, viajó a la Argentina para disputar dos test match con el equipo local, correspondientes a las giras anuales que realizan los seleccionados. En el medio de ambos juegos también enfrentó a Uruguay en Montevideo.
El plantel europeo arribó al país con muchos jugadores que no son los más representativos, para darle lugar a jóvenes con proyección que luego se terminarán consolidando en el equipo superior.
Francia ganó 28-13 el primer partido en Mendoza, en el duelo que marcó el debut de Felipe Contepomi como conductor nacional, en reemplazo del australiano Michael Cheika. Lo que sucedió horas más tarde en esa provincia terminó opacando el análisis, en relación al rendimiento de Los Pumas con su nuevo entrenador.
Oscar Jégou, de 20 años, y Hugo Araudou, de 21, dos de los talentos que presentó el conjunto francés, fueron denunciados por violación y luego imputados por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos personal. Es decir, una profanación grupal.
La conmoción por el hecho fue semejante, que el presidente de la Federación Francesa, Florian Grill, viajó de inmediato a Buenos Aires para seguir de cerca el episodio. El rugby se caracterizó siempre por la honorabilidad deportiva, y por el respeto hacia los que imparten justicia dentro del campo de juego. En ese aspecto, es la envidia de otros deportes como por ejemplo el fútbol, donde la falta de respeto hacia los árbitros, de parte de los propios protagonistas, es un hecho normal en cada encuentro. Inclusive, algunos hasta con reacciones patoteras.
La vinculación del rugby con hechos de violencia, que posteriormente desembocaron en causas judiciales, contiene varios acontecimientos en Argentina. Los chicos franceses volvieron a provocar un sismo interno en ese aspecto, mientras las federaciones nacionales realizan programas educativos desde las bases, con el fin de concientizar sobre los comportamientos en todos los ámbitos más allá del deportivo.
La vida de estos jóvenes, que por el momento no pueden abandonar el país, quedó sacudida para siempre. Y el rugby, lamentablemente, envuelto en cuestiones muy lejanas con la cultura de la hermandad y la fraternidad. Una vez más.
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