Javier Milei se cuelga las medallas de la ultraderecha europea
Desde Berlín
Desde Berlín
Después de su comentado paso por España, Javier Milei llegó a Alemania para recibir otro premio de un think thank liberal conservador y reunirse, esta vez sí, con una autoridad federal, el Canciller Olaf Scholz. En un principio estaba programado que el socialdemócrata reciba al mandatario argentino con honores militares y que luego de su encuentro ambos brinden una conferencia de prensa. Al final, sólo habrá una «breve visita de trabajo» entre las respectivas delegaciones, en el medio de las tensiones diplomáticas entre Argentina y España que trajeron coletazos en los socios en la Unión Europea. Como en el país ibérico, al libertario lo recibieron con protestas en Hamburgo y en Berlín. Este domingo se espera otro escrache mientras se suceda la reunión.
El viaje de Milei a Alemania estaba programado desde principios de año, cuando la Sociedad Friedrich August von Hayek anunció que el presidente sería el homenajeado con la medalla anual que entrega la fundación. Lo que tardó más fue la confirmación de si el viaje incluiría o no un encuentro oficial con el líder del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), uno de los tres que integran el gobierno alemán de coalición. En enero, Milei y Scholz ya habían mantenido un encuentro virtual en el que analizaron asuntos bilaterales y multilaterales, además de intercambiar opiniones sobre el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur. Pero luego de eso no hubo más reuniones. En la reciente cumbre del G7, de hecho, se vieron pero no hicieron foto conjunta, como sí hizo el economista con otros líderes europeos.
En la última semana se había puesto en duda que el encuentro fuera a producirse. Es que la suspensión de la conferencia de prensa conjunta causó cierta confusión. En una rueda de preguntas, a la vicevocera de la Cancillería Federal de Alemania, Christiane Hoffmann, le preguntaron por qué se había suspendido esa instancia. Sin entrar en detalles, dejó entrever que el gobierno germano es siempre partidario de hacer conferencias después de encuentros con mandatarios, pero que la cancelación había escapado de sus posibilidades. En otras palabras, que el pedido había venido del propio gobierno argentino.
Recientemente, periodistas también consultaron a la administración de Scholz por los insultos y actitudes de Milei para con Pedro Sánchez. El Canciller no hizo declaraciones, pero sus voceros hablaron de “falta de gusto” en relación a la actitud del libertario. Para bajar el tono, de todos modos, en los últimos días también afirmaron que Argentina y Alemania son «países que poseen una clara convergencia de política exterior y una clara complementariedad económica». Y es que el interés de Alemania por los recursos naturales argentinos -centralmente el litio y el hidrógeno verde, fundamentales para la (su) transición energética- y su concepción de que Argentina presenta el potencial para insertarse en esa cadena de valor como pocos otros países, hacen muy difícil pensar en una crisis de relaciones diplomáticas como sucedió con España.
Por su parte, Milei se ha mantenido errático en relación a su vínculo con la gran potencia europea. Cuando todavía era candidato había dicho que si le daban 20 años en el poder Argentina podía ser como Alemania, pero unos meses más tarde, frente a 150 empresarios de renombre durante el Foro Llao Llao, cambió de opinión y sostuvo: «No me voy a conformar con ser como Alemania, quiero ser como Irlanda. Quiero una profunda revolución liberal, no creo en una economía dirigista».
El tono de la reunión del domingo es, por lo tanto, una incógnita. Se sabe que durará cerca de una hora y que el acuerdo Unión Europea-Mercosur volverá a ser un tema central de discusión entre los mandatarios. Habrá que ver si también conversan sobre lo que tanto y a todas luces los aleja: la concepción que una y otra administración tienen acerca del rol del Estado, la política fiscal, la crisis climática, las políticas de memoria y la igualdad de género, entre tantos otros temas.
Premio al extremismo
Como había hecho el viernes al recibir el galardón en Madrid, durante la gala que celebró la Sociedad Hayek en Hamburgo el economista volvió a reivindicar su política económica de estos seis meses, a vanagloriarse de haber hecho «el ajuste fiscal más grande de la historia» y a esbozar la teoría del enemigo interno y externo. «Estamos aspirando a hacer el país más libre del planeta”, sostuvo frente al grupo de conservadores, y agregó: «No solo hemos dado la batalla cultural sino que ahora la estamos llevando a cabo en los hechos. Por eso los socialistas están tan violentos».
En la misma línea de la asociación madrileña, la Sociedad Hayek se define como una usina de pensamiento para expandir en Alemania y el mundo las ideas de corte liberal. Con el objetivo de mantener viva la memoria del célebre economista homónimo, se autodefine como una organización centrada en el supuesto «de una constitución de libertad como fundamento sociofilosófico del orden básico de democracia libre». Según declara, opera de forma no partidista y no recibe dinero de ninguna entidad gubernamental.
El think thank es tildado de ultraderechista, entre otras cosas, por los vínculos más o menos declarados que mantiene con miembros del partido Alternativa para Alemania. AfD -por sus siglas en alemán- es la formación que salió segunda en los recientes comicios europeos y que tiene varias acusaciones de filonazi. El grupo más conservador de la Eurocámara, de hecho, lo expulsó por considerarlo demasiado extremista. Referentes parlamentarios como Beatrix von Storch, Peter Boehringer y Alice Weidel, una de las líderes del partido a nivel nacional, integraron las filas de la asociación.
Por estas semanas, partidos democráticos de distintos colores estudian la posibilidad de prohibir al partido, que pica en punta en las encuestas para las elecciones que hay en septiembre en tres estados federales del este del país. Para eso deben probar que AfD busca menoscabar o eliminar el orden básico democrático. Las declaraciones y conductas de varios de sus miembros -algunos de ellos ya incluso condenados- permiten pensar en esta posibilidad. Se trata de referentes tan extremos, que el diputado Fernando Iglesias -que en su caracter de presidente de la comisión de Relaciones Exteriores y Culto recibió en Hamburgo a Javier y Karina Milei- parece él mismo un socialdemócrata al lado de ellos.
Según el presidente de la Hayek, el economista Stefan Kooths, Milei es merecedor de la medalla de este año por ser «reformador ambicioso en el espíritu de Hayek y la escuela austriaca de economía». Según el instituto, «con su programa económico y sociopolítico liberal aborda los problemas centrales de su otrora próspero país, que ha estado plagado de décadas de corrupción, economía estatal, deuda excesiva y perturbaciones». En los fundamentos del premio, comparan al libertario con otros «grandes reformadores liberales del mundo», tales como Ronald Reagan y Margaret Thatcher.
“A pesar de todas las trabas, todos los intentos de desestabilización, todos los ataques que hemos recibido, estamos saliendo adelante, estamos siendo exitosos en controlar la inflación, está la actividad recuperándose”, dijo el presidente durante la ceremonia que contó con la participación de empresarios y funcionarios locales. “Las ideas son tan fuertes que aún frente a toda la casta política, la parte más decadente de la política argentina, les estamos ganando gracias a las ideas de la libertad”.
Sobre los acontecimientos recientes, el presidente le contó a los alemanes que “ya está por salir lo que se llama la Ley de Bases», que según explicó «es cinco veces más grande que la reforma de Menem», que hasta ahora había sido «la más grande que se hizo en Argentina». En confianza con los conservadores, se sinceró: “Pero no solo nosotros tenemos estas 800 reformas estructurales ya en la mesa, sino que además tenemos 3200 más por hacer”.
De lo que no dijo nada Milei fue de los detenidos en el Congreso por manifestarse en contra de esa ley. Aunque el tema está presente en su viaje a Alemania: y es que además de las manifestaciones que se organizaron en su contra (Ver aparte), en los últimos días hubo cientos de personas que hicieron llegar a distintas oficinas del Estado alemán una carta denunciando la situación de represión y las detenciones ilegales. Se trata de un procedimiento común en la política alemana, cuando un grupo de ciudadanos quiere llamar la atención del gobierno federal en algún asunto puntual. En este caso, el objetivo fue que Scholz hiciera alguna mención al tema e instara a Milei respetar los derechos humanos de los ciudadanos. Fuentes confirmaron a este diario que las cartas fueron recibidas por algunas oficinas de importancia, aunque no se sabe si tendrá el efecto buscado por quienes hicieron el envío masivo de mails.
Por lo pronto, el presidente compartió en sus redes sociales fotos de diarios alemanes que lo tienen en tapa. La mayoría data del 11 de diciembre, día después de su asunción presidencial. No hizo referencia, sin embargo, a la publicación de Süddeutsche Zeitung, uno de los diarios más importantes del país germano que en los últimos días, en referencia a su gira europea, tituló «La política de los premios» y denunció que al Estado argentino las millas del presidente le cuestan medio millón de dólares.