Espectáculos

Emiliano Serra: «Queríamos que se entendiera lo que pasó y sigue pasando»

El director propone un thriller político ambientado en la Argentina de 1978, que expone la complicidad entre la dictadura cívico-militar y los medios de comunicación, con la participación esencial de los servicios de inteligencia. 

El nuevo largometraje de Emiliano Serra, Corresponsal, es un intenso thriller político ambientado en la Argentina de 1978, donde se expone claramente la complicidad que existió entre la dictadura cívico-militar y los medios de comunicación. El personaje principal es Eduardo Ulrich (Gabriel Rosas), un corresponsal en medios afines a las dictaduras latinoamericanas. Durante su estadía en Argentina en 1978, es tentado por el gobierno de facto para espiar a un médico brasileño exiliado. Pero los informes que elabora son imprecisos. Esto provoca que los servicios secuestren a quienes Ulrich debía espiar y luego, le encarguen una crónica que encubra las desapariciones. Sin otra salida, Ulrich comienza a escribir. Pero los fantasmas que rondan su cabeza se lo impiden. Entonces, se muda a las catacumbas donde operan los servicios. Desde ahí, elabora los textos que luego serán parte de lo que se conoció como «Archivos del terror», hallados en Paraguay hace unos años. 

En su paso por la Competencia Argentina del último Bafici, el film tuvo muy buena repercusión y se alzó con varias premios no oficiales. Ahora, llegó el momento del estreno comercial a partir de este jueves. Serra cursó Diseño de Imagen y Sonido en la UBA. Tiene una amplia trayectoria como montajista y posproductor de cine y televisión, tanto en documentales como en ficción. Dirigió la ficción Cartero y varios documentales, entre ellos, La Raulito, golpes bajos ( 2009) y Cannabis medicinal (2023). También fue co-realizador del documental Operación Cóndor. Desde el punto de vista de los detenidos y los familiares de los desaparecidos, el film mostraba las dolorosas historias detrás del plan de eliminación de dirigentes y militantes políticos sudamericanos, ideado y ejecutado por las dictaduras del Cono Sur con el apoyo y la inspiración de la CIA durante los años ’70.

La idea de Corresponsal nació luego de haber hecho Operación Cóndor junto a Andrea Bello y Stella Calloni, ambas referentes de los derechos humanos. «Descubrí todo el mundo de espías, de casos, y de escuchas. Empecé a investigar a partir de esa película. Cuando la terminé empezamos a hablar con Santiago Hadida (guionista de Cartero y que también es coguionista de Corresponsal) sobre el espía. Me había quedado dando vueltas una de las historias de la Operación Cóndor sobre un periodista que investigaba gente. Y escribía unos informes. En realidad, esos informes terminaron siendo parte de los Archivos del Terror, encontrados en Paraguay, años después. Y, a partir de ese disparador empezamos a hilvanar distintas historias entre reales y no de la Operación Cóndor. Y empezamos a construir este personaje contado en primera persona», cuenta Serra en diálogo con Página/12.

-¿Cómo fue el trabajo con Gabriel Rosas, que encarna a un periodista que debe convertirse en un perseguidor no solamente físico sino también ideológico?

-Sabíamos que contar esa historia desde este lado era muy complicado; es decir, que el protagonista fuera un ser tan malo. Entonces, lo fuimos construyendo muy de a poco, con pequeños gestos, con leves movimientos, viendo detalles de actores, estudiando eso. Y aparte, es un personaje difícil porque no tiene un conflicto claro como para pelearlo. Entonces, era una construcción interna grande y ahí está el laburo de Gabriel Rosas en esto porque las películas no se filman correlativamente. Y hay un laburo de la escena 1 a la 100 de crecimiento y de locura constante. Fue una cosa muy fina. Estuvimos trabajándolo un montón y está ejecutado de forma excelente.

-¿Cómo fue la creación de ese mundo paranoico en el que está inmerso el corresponsal?

-Siempre pensamos la lucha paranoica que tenía y desde el inicio están los pájaros, las palomas que lo molestan. Y ahí es como que las envenena. Y con las palomas quisimos reflejar un poco la idea de los medios tirándoles veneno a todos. Hicimos metáforas por ese lado, que la paranoia lo llevara a eso. En Bafici ganamos el premio de la Asociación de Cronistas y nos resulta muy importante ya que la película cuenta un momento de un periodista que al trabajar para medios hegemónicos hace destrozos. Y hay ciertos textos, ciertas partes de la película que los sacamos de la realidad. Y hoy en muchos discursos vemos cosas parecidas y nos asombra un montón. Lo sabíamos, pero ahora lo estamos viviendo muy palpablemente y quedamos medio flasheados con las proyecciones. Está buenísimo, pero nos deja prendido un botón de alarma muy grande.

-Viendo la película, a veces, vale preguntarse si ese personaje siniestro es un servicio o un «pichi» metido en el lodo. ¿Vos cómo lo ves?

-Es un poco de todo porque de a ratos es como un pusilánime. Y ante los hombres tiene una postura bondadosa y ante las mujeres un maltrato y una cosa de poder. Y se da cuenta de lo que está haciendo y tiene un momento como para redimirse, pero no, sigue yendo por el mal camino, por decirlo de alguna manera. Así que sí, termina siendo parte de los servicios y de todo eso.

-Claro, porque la película deja claro que no se vuelve de la falta de moral de alguien que escribe crónicas que encubren las desapariciones.

-Sin duda: no hay vuelta atrás. El se transforma en un monstruo más dentro de las catacumbas, dentro de lo que sería un Automotores Orletti (un centro clandestino de detención). Se suponen lugares sin definirlos puntualmente. Y siempre lo pensamos como un Automotores Orletti. Y él queda totalmente convertido sin poder salir de todos los fantasmas. Nunca más.

-A una escala mayor, la película busca reflejar la connivencia de los militares de la dictadura y los medios de comunicación.

-Sí, a mí lo que me flasheó fue la connivencia con los militares de las distintas dictaduras de Latinoamérica. Y ver que eran los mismos periodistas que terminaban haciendo las mismas notas mentirosas y salían en tres, cuatro medios de toda Latinoamérica. Viendo lo que pasa hoy, citando a Stella Calloni, ella me dice que mientras los medios hegemónicos manejen el 98 por ciento de la información, es muy difícil poder hablar de muchas cosas y poder plantear ciertos temas. Sin duda queríamos que se entendiera lo que pasó y un poco también lo que está pasando, lo que son los medios con las políticas y los países en Latinoamérica.    

Fuente: Pagina12

Comentarios de Facebook

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba