Diego Martínez se defendió de las críticas: «Nos pusimos a disposición de Estudiantes»
El entrenador de Boca, Diego Martínez, se defendió de las críticas luego de que se viralizaran sus imágenes dando indicaciones a sus jugadores en medio de la incertidumbre por las convulsiones que sufrió Javier Altamirano, futbolista de Estudiantes, y aseguró que se puso «a disposición» de su rival.
«Lo único que queremos aclarar es que acá lo único y más importante es que Javier se encuentra bien, fuera de peligro, que por suerte queda en observación«, comenzó Martínez en la rueda de prensa que brindó en el estadio, cuando la suspensión del encuentro ya había sido consumada.
En esa línea, aclaró la postura que tomó Boca, que dejó la decisión de la continuidad o no del encuentro en manos de los futbolistas de Estudiantes. «Desde que nosotros entendimos la situación y la gravedad de lo que pasaba, nos pusimos a disposición de Estudiantes, del cuerpo técnico y del cuerpo arbitral. Con José Sosa, los árbitros, (Edinson) Cavani y yo decidimos que lo mejor era suspender el partido. Eso lo quiero aclarar por cualquier malentendido», expresó el entrenador xeineize.
Los cuestionamientos surgieron porque en las imágenes televisivas se advirtió que el técnico hablaba con los jugadores de Boca y aparentemente les marcaba indicaciones tácticas, mientras atendían en el terreno de juego a Altamirano, quien se descompensó a los 27 minutos del partido. Tras sufrir convulsiones, el futbolista chileno fue asistido en el campo y, casi de inmediato, trasladado en la ambulancia a la clínica más cercana.
Del otro lado, Eduardo Domínguez, entrenador de Estudiantes, valoró el comportamiento de los jugadores boquenses, que se mostraron predispuestos a llevar adelante lo que definieran los futbolistas locales. «A los chicos de Boca les agradecemos porque apoyaron y nos dijeron que definiéramos según lo que necesitábamos», manifestó Domínguez, que también rescató la tarea de los médicos de Boca, que corrieron de inmediato a asistir a Altamirano cuando cayó al suelo.