Conocida como «el pueblo del millón de árboles», la localidad rural de Cazón, perteneciente al partido de Saladillo, alberga el vivero más grande de la provincia de Buenos Aires, un rincón energético donde entre las varas de los árboles se configura una propuesta ideal para quienes buscan desconectarse de la rutina.
Se trata del vivero municipal Eduardo Holmberg, de 210 hectáreas de frondosa naturaleza, que se enclava a menos de media hora de Saladillo y que, de acuerdo con prestadores especializados en yoga dedicados a promover la conexión sensoperceptiva de los visitantes en contacto con la naturaleza, «tiene algo especial».
«En ese lugar el aire es mucho más limpio, no hay contaminación sonora, lo que hace que la experiencia para la salud sea aún más beneficiosa», explica la profesora de yoga de la zona, Alejandra Golero.
«La propuesta está destinada para cualquier persona que desee conectar con el verde y la tranquilidad, y hay tarifas diferenciales para visitantes locales»Leticia Colás
Dentro del vivero se pueden realizar caminatas, practicar meditación y ser parte de baños sonoros con cuarzo.
Frente al vivero se encuentra el campamento base, donde se localiza una casona antigua con espacio para 60 personas, con habitaciones, cocina y sanitarios con agua caliente. También tiene un sector de acampe, rodeado de una gran arboleda con quinchos y fogones, cancha de fútbol y pileta.
«La propuesta está destinada para cualquier persona que desee conectar con el verde y la tranquilidad, y hay tarifas diferenciales para visitantes locales», declaró, por su parte, la directora de Turismo, Leticia Colás, en un comunicado de prensa.
En el campamento también se emplaza un parque solar, con un generador de energía no contaminante y renovable.
Este pueblo sostenible está en pleno crecimiento pero aún tiene más viveros que casas, y ofrece numerosas propuestas gastronómicas con sabores locales y un curioso alojamiento en forma de domo.