cinco mujeres para contar la historia del siglo 20 desde sí mismas
Cecilia Milone, Romina Richi, Andrea Politti, Julia Calvo y Micaela Riera son un lúcido, querido y a veces aguerrido grupo de cinco mujeres que, sin envejecer, van narrando distintos sucesos de la Argentina del siglo 20 desde su propia perspectiva, vicisitudes, dolores y hallazgos, en la obra teatral «Porteñas», que a 20 años de su estreno vuelve a la calle Corrientes para debutar el próximo viernes 5 en el teatro Astral bajo dirección de Manuel González Gil, también autor de la pieza.
Obra coral que amplifica las sociedades y complicidades entre las actrices y que de a momentos es trágica y en otros divertida, «Porteñas» fue suceso en 2003 con estreno en el Paseo La Plaza y surgió a partir de un comentario de la «Tana» Susana Rinaldi, que luego de ver «Porteños», con la misma estructura y protagonizada por hombres, le dijo a González Gil: «El siglo 20 es de las mujeres, tenés que hacer esto mismo pero con actrices y personajes femeninos».
«Lo que me interesó de la obra y me emocionó mucho es que tiene que ver con nuestra historia y se trata de un grupo de mujeres que son muy diferentes entre sí y que atraviesan, como la vida misma, momentos hermosos, emocionantes, trágicos, graciosos», cuenta Andrea Politti en charla con Télam en una primera aproximación a la pieza que desde este viernes se podrá ver de jueves a domingos en la sala de avenida Corrientes 1.639.
«Ellas -agrega- pasan por todos los estados y por las diferentes décadas de nuestra historia con hechos que han marcado de alguna forma la vida de los argentinos, y es muy interesante poder hablar de todo esto en equipo, siendo cinco actrices que desarrollamos entre nosotras una química increíble para poder transmitirle a la gente cosas que nos pasaron a todos pero desde la mirada o las sensaciones de las mujeres y sin caer en el cliché ni en la frivolización».
En el escenario del Astral, donde ya palpitan el estreno, en uno de los sillones del que será el living de la casa de la anfitriona (Julia Calvo), esta agencia dialogó con las cinco actrices protagónicas juntas para que cuenten sus sensaciones de un trabajo que, dicen, «de a momentos es comedia comedia y de a momentos drama draaaaama» y que «va a impactar a hombres y mujeres porque se trata de la historia nuestra».
«Estas cinco mujeres -cuenta Cecilia Milone- se encuentran en Buenos Aires y no son más que la representación de cinco almas en distintas circunstancias de la historia, son porteñas porque la acción sucede en Buenos Aires, pero lo central no es esta ubicación geográfica sino que en cada década que van atravesando las va uniendo un hecho que tiene que ver con la historia, aun cuando no se trata de una obra documental sino que que lo que sucede es a veces una excusa para explorar lo que le va pasando con eso a cada personaje».
«A cada personaje -aclara Romina Richi- en su propio social histórico, porque cada una tiene como un ‘social histórico’ diferente y lo que se va viendo es cómo un mismo hecho histórico, reconocido por todos, afecta y repercute en cada una de manera diferente; la posición que cada una tiene ante un acontecimiento, las grietas que se abren, los rechazos, aunque también las simpatías y los encuentros».
La acción transcurre desde comienzos del 1900 y se desarrolla hasta 1983, año en que pone fin a la última dictadura cívico militar y da pie a la apertura democrática, y propone la pintura del país bajo distintas miradas femeninas, algo así como un cuadro interactivo con terminales hipersensibles donde estas mujeres se encuentran y se distancian para hablar de ellas mismas y del país.
«Las grietas están todas, pero es muy interesante también ver que no es lo mismo cómo estaba parada la mujer en 1900 a cómo estaba parada en 1980 porque se ve un recorrido, porque pasaron un montón de cosas y las mujeres se fueron transformando, es como que hacés una lectura de todo el recorrido y decís: ‘Todavía falta mucho pero viene bien, vamos por buen camino’«, asegura Julia Calvo.
«Hay una cosa interesante de destacar y es que se trata de personajes que no son extraordinarios -remarca Micaela Riera-. Como nos dijo el director y autor esta es una obra hablada por personajes inmortales porque los mortales son aquellos que mueren y no tienen otro que ocupe su lugar, un Maradona, un Borges, una Evita, una Victoria Ocampo, mientras que estos personajes es como que nunca mueren porque son como nosotros, personas comunes, que el día que fallezcan va a haber otra u otro para ocupar un lugar similar en la historia; bueno, estos personajes atraviesan distintas décadas y no envejecen porque de algún modo están representando una clase social, una postura ideológica, unas aspiraciones, un modo de entender la vida».
«Es cierto que los personajes no envejecen -interviene Calvo- pero se van modificando a medida que va pasando la historia y los distintos acontecimientos que cada década trae consigo y se van modificando por lo que sucede afuera pero también por lo que sucede adentro, por las reacciones y relaciones que se suscitan entre los personajes».
Dispuestas a analizar el género o tipo de obra que propone «Porteñas», Milone dice que se niega a catalogarla como «comedia dramática» y remarca eso de que «hay comedia y hay drama, pero como entidades distintas, partes de comedia comedia y otras de drama draaaaama».
«Y partes de tragedia también», aclara Richi.
«Si lo analizamos argumentalmente -retoma Milone- es un drama, lo que pasa es que tiene la potencia de encontrarle la risa al dolor, como sucede en la vida misma. En ese sentido está muy bien pintada esta obra, porque la vida es muy incómoda y dolorosa pero es una la que le va encontrando la gracia, la alegría y la excusa para compartir y reírse».
«Por eso -acota Riera- se puede pensar en cinco almas más que en cinco mujeres, porque se trata de personajes que van tratando de comprender por qué alguien es tan estricto consigo misma, tan autoexigente, por qué alguien es tan luchadora, tan buena compañera, vas comprendiendo lo que les va pasando a cada una de ellas y aunque a lo mejor te identificás con una de las cinco vas comprendiendo a las otras y eso le da mucha potencia a la obra».
«Quiero remarcar esto del drama y la comedia -vuelve Politti sobre un tópico anterior- porque hay momentos en que se van a matar de risa, eso lo firmo».
«Y yo no sé cómo vamos a aguantar nosotras, cómo vamos a hacer para no matarnos de risa arriba del escenario, porque los ensayos son divertidísimos y terminamos tentadas», intercala Richi.
Respecto del lugar donde sucede la acción, el living de la casa de una anfitriona muy particular, Julia Calvo dice que «ella abre su casa y la convierte en un espacio neutral, un espacio donde todas, dentro de las diferencias, dicen lo que piensan, lo que les pasa, traen sus problemas, ese lugar neutral es también un espacio de reflexión, contención y crecimiento».
«Aunque todos sabemos que son personajes de ficción, la sensación que te queda es que estos personajes existieron, esa es otra de las cosas buenas de la obra«, remarca Politti.
«Lo interesante -suma Richi- es ver cómo se entrelazan, cómo se entreveran, cómo comienzan a comprender las diferencias y en esas diferencias, en un punto, te das cuenta que también hay similitudes y se sorprenden por eso».
En relación a volver a una obra que ya se hizo hace 20 años, Richi agradece al director que les permitió a cada una de ellas «que cada una encuentre su propio rol, su propia manera de interpretar y encarnar el texto, diferente a como sucedió en la puesta anterior»: «Él es muy enfático en eso de alentarnos a que encontremos nuestro propio personaje y que no nos atemos a lo que ya existió».
«Sí -dice Calvo- con el pasaje de 20 años por ahí el mismo texto nos atraviesa pero de otra manera, los acontecimientos pasados se resignifican de otra manera y encuentran nuevos sentidos».