El magistral Toni Servillo compone a un cómico famoso
Vuelve a lucirse el gran Toni Servillo, ahora encarnando a un famoso cómico de otros tiempos, Eduardo Scarpetta. La película se llama, en casi todo el mundo, “El rey de la comedia”. Pero el título original es mejor, y es único: “Qui rido io”, aquí río yo, desafiante frase que Scarpetta mandó poner en la entrada de su villa de descanso con vista al mar. Él hacía reír en el teatro, siempre a sala llena. Hizo reír a la audiencia en Tribunales, defendiéndose de una acusación de supuesto plagio (no era plagio, sino parodia, quedó claro). Reía entre los suyos. Pero a cierta altura, en esa misma casa, empezó a perder la sonrisa. Le inquietaba ese juicio en Tribunales, y más aún el cambiante juicio de quienes él esperaba que lo amaran sin reproches y para siempre. El público, los colegas, sus mujeres, sus hijos… “¿Usted, que se ríe de todo, no sabe reírse del tiempo que pasa?”, le observa en esta historia un hombre sabio que habrá de ayudarlo, el hoy olvidado filósofo, historiador y crítico Benedetto Croce.
Aquí corresponde explicar algo que la película da por sentado. Scarpetta se casó con una mujer embarazada de otro, y reconoció ese hijo para salvarla a ella, y al otro, que no podía darse a conocer. Luego tuvo una hija extramatrimonial, que la esposa reconoció como propia. Pero encima tuvo tres hijos con la sobrina de su esposa, y nunca los reconoció, aunque siempre los mantuvo. Todos se dedicaron exitosamente al teatro, en especial esos tres, llamados Eduardo, Titina y Peppino Di Filippo. ¿Le suena esto al lector? ¿Le suena tal vez la comedia “Filomena Marturano”, que acá hizo y llevó al cine Tita Merello? Esa de la mujer mantenida con tres hijos no reconocidos, y un padre, supuesto tío, que les ofrece un amor incompleto. La escribió Eduardo. Aquí vemos la infancia de los chicos De Filippo, la difícil armonía entre toda esa gente, la grandeza y la pequeñez de un hombre talentoso, y de paso también vemos un ejemplo del “intocable arte superior” burlado por el arte popular, que es lo que se plantea en el antedicho juicio.
Todo esto ocurre en Napoles, todos los personajes (salvo el envanecido D’Annunzio) son napolitanos, lo mismo que la hermosa veintena de viejas canciones que se escuchan de fondo en la película, realizada, qué duda cabe, por otro napolitano, Mario Martone, el autor de “Leopardi, el joven fabuloso”, “Noi credevamo”, nosotros creíamos, y otras obras notables, en todas las cuales, como en ésta, supo revivir minuciosa y despaciosamente los modos y pensares de viejos tiempos. Lo acompañan verdaderos artistas a un lado y otro de la cámara, en especial, en el rol de hijo mayor, otro Eduardo Scarpetta, bisnieto de aquel cómico. Otra curiosidad: las fotos de los hermanos De Filippo que aparecen en los créditos finales fueron tomadas por Gina Lollobrigida.
“El rey de la comedia” (“Qui rido io”, Italia-España, 2021). Dir.: M. Martone. Int.: T. Servillo, E. Scarpetta, A. Manna, G. Imparatto.
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