El seleccionado argentino llegó este lunes por la noche, alrededor de las 22, al hotel que constituirá por unas pocas horas su alojamiento en Río de Janeiro, y allí fue recibido por unos 200 simpatizantes ataviados con camisetas argentinas, algunos paraguas para protegerse de la lluvia intermitente que abarcó toda la jornada carioca, y ejecutando cánticos referidos a la obtención del pasado Mundial de Qatar.
En una jornada en la que los medios brasileños volvieron a tomársela con el entrenador de su seleccionado, Fernando Diniz, por llegar al entrenamiento en Teresópilos, a unos 60 kilómetros de Río de Janeiro, a bordo de un helicóptero propiedad del ahora lesionado Neymar, en vez de hacerlo en uno que puede disponer para él la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), la selección conducido por Lionel Scaloni arribó a esta ciudad.
Y a diferencia de la polvareda que levantó su colega brasileño, y no precisamente por el giro de las aspas del helicóptero, Scaloni y sus dirigidos llegaron con absolutamente calma, tal como es habitual, a este equipo desde que llegó el técnico de Pujato a su dirección técnica.
Los que remontaron vuelo en cambio frente al hotel Windsor, de la exclusiva zona de Barra de Tijuca, a unos 10 kilómetros del centro de Río de Janeiro, fueron esos aproximadamente 200 hinchas argentinos que también colgaron una bandera argentina con la imagen de Diego Maradona sobre el vallado de contención tras el cual ingresaron los futbolistas argentinos a su lugar de concentración.
Con la idea de permanecer el menor tiempo posible en Río de Janeiro, ya que luego del partido de este martes a las 21.30 en el estadio Maracaná los jugadores regresarán inmediatamente a sus lugares de origen, el plantel llegó al hotel directamente para cenar y luego pernoctar, ingresando con premura al mismo haciendo saludos con las manos a los asistentes.
Pero después que los capitaneados por Lionel Messi desaparecieron por la puerta de acceso al hotel, los aficionados siguieron allí, mostrando con orgullo esa larga bandera argentina con la cara de Diego mencionada, y una inscripción que lo dice todo, máxime en suelo brasileño; «Hincha argentino».