Amenazados por las ideas de Milei, la micromilitancia se vuelca al espacio público
La amenaza de «exterminar» el rol del Estado en el cuidado de la población y en el desarrollo estratégico del país esgrimida por el ultraderechista Javier Milei puso en alerta a buena parte de la ciudadanía que, con acciones individuales de distinto tipo, se lanzó al espacio público para concientizar sobre el impacto que las ideas del candidato de La Libertad Avanza tendría en la vida cotidiana de los argentinos.
En el tramo final hacia el balotaje de próximo domingo cientos de ciudadanos decidieron ponerse la campaña al hombro y en una serie de acciones espontáneas desplegadas principalmente en el transporte público buscan interpelar a la población en relación a propuestas que asumen «peligrosas» para la garantía de derechos sociales conquistados y protegidos por la Constitución Nacional.
Profesionales de la salud, científicos, maestros, profesores universitarios, víctimas de la última dictadura cívico-militar o enfermos en tratamiento de alta complejidad se vuelcan por estos días a las calles, en un fenómeno de micromilitancia -que sin bien se esbozó en la campaña electoral del 2015- viene tomando una inusitada envergadura en este turno electoral ante la propuestas «anti-estado» del postulante libertario que «hizo de la locura su sello distintivo».
El médico y docente Ricardo Gené, de 79 años, contó su historia de vida en el subte y llamó a votar por la salud y la educación pública pic.twitter.com/2O3wYb7wjE
— Agencia Télam (@AgenciaTelam) November 14, 2023
Trepados a trenes, subtes o colectivos y apelando al relato de experiencias personales esos ciudadanos comparten con los ocasionales pasajeros cómo influyó o gravita, a veces en forma decisiva, la intervención estatal en sus vidas.
La micromilitancia que evidencia las calles por estos días es para el politólogo de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Pablo Vázquez, un «nuevo fenómeno» de reacción social susceptible de análisis para -desde distintas disciplinas- determinar sus características, límites y alcances.
Vázquez, además secretario del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, fue consultado por Télam sobre las motivaciones que empujan a estas personas a salir de su lugar de confort para volcarse a una tarea de compromiso democrático que asumen aún a riesgo del clima de crispación social presente en esta campaña electoral.
Vázquez interpretó que «ante la amenaza de un eventual gobierno de Milei, quien hizo de la locura su sello distintivo, mucha personas comenzaron a realizar acciones individuales para mostrar las contrariedades que traería su eventual accionar como jefe de Estado y como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas», en caso de llegar a la Casa Rosada.
Para el especialista, las propuestas que el ultraderechista lanzó en la campaña «despertó a mucha gente a la que le ha agarrado temor» por los «perjuicios» que eventuales acciones de un gobierno en manos de Milei «tendría en sus vidas cotidianas».
Una de los ejemplos de micromilitancia más presentes en los últimos días en redes sociales es el Ana Fernández, hija de victimas de la última dictadura, quien narró su trágica historia personal a pasajeros de la Línea A de subterráneos.
Nieta de Esther Ballestrino de Careaga, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, Fernández contó que nació en Suecia en 1977 a causa de un exilio forzoso.
Ser neutral no puede ser una opción. Humanamente es imposible permanecer expectante de lo que se está jugando en Argentina.
Ana Fernández es hija de Ana María Careaga (sobreviviente del centro clandestino club Atlético durante la última dictadura) y nieta de Esther Ballestrino… pic.twitter.com/yIWipWO47P
— Julia Strada (@Juli_Strada) November 10, 2023
Emocionada frente a los pasajeros también dio detalles sobre el secuestro de su madre, el 13 de junio de 1977, cuando cursaba tres meses de embarazo, a pesar de lo cual fue torturada y cómo arrojaron a su abuela al mar, en el marco de los llamados «vuelos de la muerte».
En diálogo con Télam, Fernández dijo que a partir de esa experiencia que se multiplicó en redes sociales «no» volvió a subirse a un vagón a contar su historia porque al bajarse se «largó a llorar» por la terrible emoción contenida, aunque no descartó «volver a hacerlo» antes del domingo próximo.
Añadió que en aquella incursión en la Línea A fue acompañada por una amiga que «sufrió violencia de género» algo que dijo «remarcó la importancia de decirle no a la portación de armas» propuesta por Milei, así como por otra mujer que tiene un hijo con «discapacidad y recibe prestaciones del Estado que no puede perder».
La reacción de la gente fue «muy buena, incluso me aplaudieron», recordó sobre su experiencia micromilitante.
Otro caso es el de Ricardo Gené, médico neumólogo y docente de la UBA, quien a sus 79 años se subió a un vagón de la Línea E para hacer un encendida defensa de la educación y la salud pública.
Frente a la creciente atención de los pasajeros, Gené relató cómo la gratuidad en la universidad pública permitió que pueda seguir sus estudios a pesar de la falta de sustento económico que le impuso la muerte de su padre, a una semana de iniciar su primer año de medicina.
«Pude seguir estudiando porque iba a la UBA, pública y gratuita» y «con las dificultades imaginables me recibí, fui profesor de la UBA y secretario de educación de posgrado y jefe de neumología del hospital de Clínicas durante muchos años», dijo en declaraciones a Radio Diez, al reproducir su relato frente a los pasajeros de quienes -contó- recibió hasta «abrazos y agradecimientos».
El neurólogo hiló las posibilidades de realización personal que tuvo al acceder a una educación pública con la apertura de universidades estatales en distintos puntos del país, especialmente en zonas del conurbano, y puso como ejemplo a la Universidad de La Matanza.
«En el 2011 me jubilé y después de tanta UBA fui a trabajar a La Matanza porque se abría la primera carrera de medicina pública y gratuita en el conurbano, el lugar más pobre donde vive mucha gente a la que le cuesta mucho acceder a la universidad», remarcó.
Gracias a la presencia estatal «los pobres de La Matanza se recibieron de médicos, trabajaron en la pandemia, siguen trabajando en los hospitales de la zona y le devolvieron de esta manera al país lo que les dio el país», dijo en el vagón cargado de gente, en horario pico, donde -según se ve en las imágenes- fue escuchado con gran respeto.
«Quería aportar un granito de arena para la democracia», dijo Gené a Radio Nacional, y agregó que haber expuesto su historia de esa forma fue un hecho que vivió «con una intensidad increíble».
Además contó, como dato curioso, que su abuelo, al que no conoció, «en 1930, como subsecretario de Educación de la Nación, reglamentó el uso del guardapolvo blanco como señal de igualdad en las escuelas».
Pero también hubo lugar en el transporte público para uno de los testimonios más desgarradores que después de 40 años de democracia pasajeros ocasionales no esperaban oír.
Fue el de una maestra jubilada de la escuela pública y sobreviviente del centro clandestino de detención El Olimpo, Elsa Lombardo, quien también llevó la campaña «No a Milei» a la línea E.
Lombardo dejó su testimonio en TikTok -la red social más seguida por los jóvenes- donde su video se suma al relato de personas que están en tratamiento oncológico, HIV o insulino dependientes, que vienen alertando sobre la virtual privatización del sistema público de salud, propuesta por Milei.
Elsa Lombardo es sobreviviente de los CCDTyE el Banco y el Olimpo.
Pide votar para que nunca más vuelva la noche. pic.twitter.com/bQLWyWn0pK
— Luciana Bertoia (@LucianaBertoia) November 13, 2023
En el vagón, la maestra relató su secuestro, en 1978, por un grupo de policías con un militar a cargo y su posterior paso por distintos campos de concentración, detalló que estuvo 27 días secuestrada y que luego, ya bajo el gobierno de Raúl Alfonsín, dio sus testimonio ante la justicia.
«Lo cuento porque el domingo hay elecciones y yo quiero que nunca más pase esto en nuestro país», dijo durante el recorrido y agregó: «nosotros no vamos a votar por la vida o la muerte como lo hicieron ellos conmigo, porque no somos asesinos. Vamos a votar por más educación por más y mejor salud, por mejores viviendas y mejoras para la sociedad», tras lo cual dos mujeres, de distintas edades, se acercaron a abrazarla.