Adrián Lakerman, Charo López y ‘un acto de fe’ para bucear en el humor
El guionista Adrián Lakerman y la actriz Charo López estrenarán este jueves a las 22.30 en el Teatro Metropolitan «Es un barco llamado Loperman», un espectáculo disruptivo en la cartelera de la Avenida Corrientes al que definieron como «un gran acto de fe» que se propone bucear en los engranajes detrás del humor, explorar los orígenes de la comedia y desarticular algunos chistes de la cultura argentina.
«Es un show de comedia mutante», intentó aclarar Lakerman sobre la propuesta que comenzará con tres funciones el 9, 16 y 23 de septiembre como anticipo de la temporada prevista para el verano.
«No sabíamos muy bien cómo explicar de qué se trata -se sinceró López-, nos cuesta decir qué es, así que empiezo por la negativa: no es una charla ni un show de humor«.
Es que, al igual que el título que lleva el espectáculo, «Es un barco llamado Loperman» es una síntesis de ambos mundos. Charo López es actriz y humorista con una larga trayectoria en la escena de la improvisación y la actuación; Lakerman es guionista, creador del podcast de entrevistas «Comedia», en el que desmenuza el proceso creativo de quienes trabajan de hacer reír y, actualmente, junto a Pedro Saborido, analiza el humor de Charly, Maradona, Borges y Cristina en el Cultural Morán.
El resultado es, como define la gacetilla del show «hecha por un Chat GPT», «una oda al humor en todas sus formas, una exploración de los orígenes de la comedia y un destello de los chistes más actuales de la cultura argentina«.
Para eso, la obra se lanza a una búsqueda de las raíces de la comedia hasta llegar a una mirada actual, incorporando elementos como videos, memes y virales de internet.
«Nos dimos cuenta de que somos dos frikis del humor, de consumir todo tipo de cosas y el proceso de trabajo tuvo mucho de compartir nuestros favoritos, investigarlos y abrir esa rara investigación para descubrir de por qué nos reímos, que tiene que pasar para que exista la comedia», dijo López, que recientemente actuó en las series «División Palermo» y «Gamer, una vida más» y había compartido con su actual partenaire el podcast «Un mundo maravilloso».
En un alto de un ensayo en la casa de Charo López, ambos artistas conversaron con Télam:
-¿Cómo fue el armado de este espectáculo en la mixtura de sus dos universos?
– Charo López: Empezamos a armar una estructura con lo que cada uno traía de lo que más le gustaba hacer. Cuando lo empezamos a pasar, ahí empezó a aparecer el juego, tiene mucho de teoría y práctica todo el tiempo.
– Adrián Lakerman: Yo confío en su experiencia escénica y performática. Y me entrego a probar cosas y hacer porque tengo confianza plena en ella.
– CL: Es un gran acto de fe de los dos. Ayer escuché que alguien decía que en las escuelas de actuación enseñan muy poco a escuchar, que es muy importante a la hora de actuar, y Adri tiene muy buena escucha y eso hace que nada se entorpezca, nada salga mal.
-¿Qué tipo de referencias del humor analizan?
– CL: Jorge Corona, especiales del podcast «Comedia», cosas que ahora tienen nombre y antes no; los roles de género también lo vemos bastante, una tragedia griega, la unión de la comedia, la sanación de las mujeres con sus cuerpos de la mano de la comedia. Cosas que parecen nuevas y que descubrimos que son muy antiguas.
-Tres funciones en pleno noviembre, en medio de la segunda vuelta electoral con todo lo que eso implica en el humor social, ¿creen que va a influir en la respuesta del público?
– CL: El día antes de la primera vuelta tuve un show con Noelia en el Piccadilly, muy tarde, al límite de lo legal, y fue muy fuerte. La gente estaba con la energía muy alta, risa medio enferma que se notaba que estaban con muchas ganas de reírse, de abstraerse y fue un buen espacio encuentro.
– AL: A veces escucho que ver algo cómico es «como salir y olvidarse»; y para mí es al revés: la idea de estar juntos, compartir ideas, no es «me voy a desenchufar». Ver un espectáculo cómico suele estar ligado también al pensamiento. Se mezcla un poco, me estoy juntando a pensar sobre el humor y estar juntos y sea cual sea los resultados está bueno el plan.
– CL: Para quienes hacemos comedia estas épocas son más fructíferas porque hay mucho de qué hablar y el escenario político que hay, prácticamente, nos está regalando el material. Nuestro humor no es abstracto, tiene mucho de realidad y es un espacio de mucho encuentro, estas riéndote de lo que te preocupa entre un montón.
-En este ejercicio de revisionismo que van a hacer sobre el escenario, ¿cómo creen que se va a recordar el humor de esta época?
– CL: Para mí, el sello de esta época y es algo con lo que estoy enojadísima, es la falta de fantasía. La racionalización. Hay un volumen de contenido de streaming de personas en buzo manchado de mayonesa insoportable. No aguanto más eso. No van a comprar ni una boa al Once, es gente sentada y la mutación de eso más espantosa son las video reacciones. Hay una vagancia emocional tan grande que tenemos que consumir a gente viendo otras personas y haciendo caruchas. En unos años vamos a decir «no puedo creerlo».
– AL: Adhiero. Pero, además, la falta de fantasía es la ausencia de lenguaje. En lo que cuesta prender una cámara, un vestuario, una escenografía. Que no haya ningún tipo de vuelta de pensamiento.
– CL: Como si no hubiera tiempo para otra cosa, hay un montón de gente que sigue resistiendo y lo hace. Es un sello de una era, creo que esta es la era del jogging con mayonesa. Pero también tiene que ver con que hay un cansancio grande y la gente quiere algo más digerible. Ahora que estamos mirando mucho retro, en «El palacio de la risa» (ATC, 1992), Antonio Gasalla tenía un despliegue increíble y un compromiso físico que ya no hay. Él no sólo invitaba a gente famosa, también sumó artistas del Parakultural. Por eso nosotros buscamos también relacionarnos con personas que no solo sean actores, nos divierte ir mucho para ese lado de las artes combinadas, un lugar de resistencia.
– Ambos tienen un público muy cautivo que los sigue, ¿creen que este show en el Metropolitan va a servir para abrir el juego a gente que no era tan de su audiencia?
– AL: Sí, las salas de la calle Corrientes ahora están recibiendo propuestas que antes no estaban, como «Imprenteros», «Petróleo», «Tortonese» y está bueno que eso pase.
– CL: Sí. Yo no me atrevería a hacer stand up en esta sala, por el espacio, tipo de convocatoria, pero este show si, cualquier persona que está en Buenos Aires puede verlo y le va a gustar porque no tiene que ver tanto con nosotros y nuestras personalidades sino con una mirada sobre la comedia que es más universal. Eso me interesa que suceda: que vengan personas que no sepan quienes somos.