A cuarenta años de ‘Soles’, Marilina siempre está
“’Soles’ fue mi vuelta al país desde el exilio. Yo seguía prohibida pero sólo con afiches llenamos nueve fines de semana en el teatro Odeón donde estaba previsto hacer un finde!», cuenta Marilina para Télam, ante la consulta sobre qué significó para ella este álbum en aquel momento de su lanzamiento.
“Me daba mucho placer instalar en las almas de mis compatriotas, con tantas cicatrices, las sabias palabras que alguien me transmitió cuando estaba muy triste: ‘Aunque no lo veamos el Sol siempre está…’ Era como un mantra que curaba heridas y sentí que nos aliviaba a todos”, siguió explicando.
El álbum «Soles», si bien editado en 1982, fue el que pobló de canciones todo el año siguiente, el del retorno de la democracia, con tanto éxito que resultó Disco de Oro, de Platino y Doble Platino.
En su tapa, un cielo estrellado, una especie de Vía Láctea, atravesada por un hilo, que como señala Gustavo Blázquez en su artículo académico “Con los hombres nunca pude”: las mujeres como artistas durante las primeras décadas del rock nacional”, daba cuenta de la nueva propuesta política y poética de Ross quien, antes que reflexionar en términos de clase, planteaba a su público la necesidad de pensarse como humanidad interconectada.
El disco incluía ocho canciones compuestas por ella, más dos del compositor italiano Ivano Fossati, que repasaban, reconstruían la propia historia de Marilina: sus padres, la niña que fue, sus romances, el amor libre, el exilio, el regreso, la esperanza. Al repasar su historia, repasaba también la historia argentina reciente. Fue presentado en el teatro Odeón, con una puesta teatral que contaba con diferentes escenografías, dirigida por Susana Torres Molina.
Los diez temas de «Soles»
1. “Pasaje de ida”
2. “Escaleras mecnicas”
3. “Casi sin querer”
4. «Aquí y ahora”
5. “Vos, yo, uno más uno”
6. “Puerto Pollensa”
7.“Como mis padres”
8, “Soles”
9. “Esta noche yo, aquí”
10. “Danza”
(Todos de Marilina excepto los dos últimos que son del compositor italiano Ivano Fossati)
En los próximos días, Marilina celebrará en el teatro Ópera los cuarenta años de este disco emblemático, que contiene ese “mantra” que cura heridas, alivia y vuelve a ser muy significativo para los tiempos que corren: aunque no lo veamos, el sol siempre está.
“Espero que el 10 de noviembre en el Ópera podamos revivir aquella experiencia. ¡Y ayudarnos entre todos!, concluye Marilina hoy con sus sabias ocho décadas, la mujer que siempre supo interpelar las emociones del prójimo, cantar aquello que se necesitaba, y se sigue necesitando, escuchar.
«Soles» en el Teatro Odeón (1982)
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Sola no estás
El álbum «Soles abre» con “Esta noche yo aquí”, uno de los dos temas de Ivano Fossati que fueron adaptados al castellano por Marilina Ross en este disco; el otro es “Danza”. Ambos cobraban un especial sentido en boca de esta artista que aún estaba prohibida, en el contexto político en el que estaban siendo cantados.
En “Esta noche yo aquí” se la escuchaba entonar “Sí, esta noche de nuevo yo aquí./ Hace tiempo que no nos veíamos,/ es que anduve perdida, / después me empujaron…/ ¡No!, el motor no pudieron pararlo /y les juro que lo han intentado, pero no conseguido,/ sí estoy esta noche aquí”.
Mientras, en “Danza”, conmovía hasta el infinito con los versos «Danza sobre restos de cristales, / de este tiempo no tan bello,/ porque sola no estás. / Danza sobre antiguas cenizas, / sobre todas tus heridas. / Sola no estás…»
Crecer es ir
«Saber que crecer es ir», canta Marilina en el tema “Pasaje de ida”. Cuando la presentó en el teatro Odeon, unos cuarenta años atrás, le dio un peso político con una ironía abrumadora: como bien describe Gustavo Blázquez en su artículo ya citado, antes de cantarla, la artista hacía referencia a «una canción que estuvo de moda hace unos diez años». Entonces, buscaba un bombo y amenazaba con cantar la “Marcha peronista”, prohibida en la época. Los músicos abandonaban la escena, la luz y el sonido disminuían, y ella se quedaba sola mientras desde los parlantes sonaba Ramón «Palito» Ortega cantando «Yo tengo fe».
Una breve caída del telón daba paso a una Ross amordazada con la tira negra de la censura. La valentía de Marilina, una y mil veces. Nuestra heroína, en este y todos los líos.
El miedo se escapó por la ventana
La forma en que Marilina Ross le cantó al amor en este disco tiene también una enorme relevancia política, entendida ésta como lo venía de plantear el feminismo de la segunda ola: lo personal es político.
En un mismo álbum, ella graba “Puerto Pollensa”, en el que visibiliza de forma pionera en nuestro país, los vínculos sexo-afectivos entre mujeres; “Casi sin querer”, inspirada en un hombre al que amó; “Aquí y ahora”, donde ponía en discusión la monogamia y los celos para proponer que el amor antes que nada es dar; y “Vos, yo, uno más uno”, en el que ponía en tela de juicio el mito de la media naranja.
“Esa idea de que uno es una media naranja y esas mitades a mí no me terminaban de cerrar nunca y yo decía ‘Quiero ser una entera, quiero ser una persona entera, que se encuentre con otra persona entera; que no sean mitades. Y la suma que somos mucho más que dos”.
Marilina estaba adelantada a muchas de las cuestiones que luego el feminismo lograría instalar en nuestro país para ser reflexionadas.
Terminar yo su poesía
“Todas mis canciones hablan de verdad. No hay ficción. La ficción estuvo con la actriz, pero con mis canciones es todo cierto. Yo siempre digo que, si alguien me quiere conocer profundamente, que escuche mis canciones. Allí me van a encontrar”, dice Marilina, entrevistada para la serie “Los discos que nos cambiaron”, de Canal Encuentro (2022).
“Como mis padres” es una de esas canciones. Marilina se la dedicó a todos los españoles en agradecimiento por los cuatro años en los que fue recibida durante su exilio político. En ella habla de su propia historia y la de su familia.
“Me fui a España donde me recibieron con los brazos abiertos. Pero, claro, yo estaba mal y durante el primer año, que fue el más duro, recibí una carta de mi padre en la que por primera vez me contaba lo que él había sufrido también cuando dejó su tierra. Mis padres son españoles. Y le contesté esa carta con esta canción que cuenta la historia de ellos y también la mía”.
¿A dónde va la humanidad?
En línea con la propuesta política y poética de Marilina en su disco “Soles”, en cuanto a pensarnos como integrantes de una humanidad constituida como un gran entramado más que en términos de clase, la artista se pregunta “¿A dónde va la humanidad?” en la canción “Escaleras mecánicas”. Y se responde… va sin meditar, que no va a ninguna parte, a codazos y empujones, con la bomba de neutrones, para defender la paz. ¿Qué paz?
«Escaleras mecánicas» (Marilina y Piero)
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Todos tus soles, Marilina
“Todo final contiene un principio. Y todo principio arrastra un final. Y ese es el tiempo que hoy nos toca vivir. Estamos dejando atrás una larga noche. Dejamos la larga noche atrás y nos preparamos para recibir al gran amanecer que llega implacable porque ya sabemos que el sol brilla con más fuerza después de la tormenta. Por eso cantamos “aunque no lo veamos, el sol siempre está”, decía Marilina Ross frente a su público antes de entonar la canción «Soles» la noche del 9 de diciembre de 1983, a horas de la asunción de Raúl Alfonsín como presidente constitucional de la República Argentina.
Marilina se presentaba frente a su público sin más prohibiciones. Su público cantaba junto a ella, esta vez, como un pueblo libre y soberano. El 10 de diciembre llegaba como ese amanecer inexorable del que nos hablaba en su canción. La fecha había sido elegida por el flamante primer mandatario por su fuerte mensaje simbólico; es que desde el año 1954, ese día había sido declarado por Naciones Unidas como el Día Universal por los Derechos Humanos.
Los soles de Marilina siguieron brillando desde entonces, hasta hoy, y para siempre.