El secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, consideró que a 40 años de haber recuperado la democracia «no puede haber un retroceso» en materia de políticas de Memoria, Verdad y Justicia, al encabezar en el Espacio Memoria que funciona en las instalaciones donde estuvo emplazado durante la última dictadura el centro clandestino de detención del Pozo de Banfield, un homenaje a los sobrevivientes de «La Noche de los Lápices».
«En este mes tenemos que salir y hablar con esa sociedad. Lo peor que nos puede pasar en estos 40 años de democracia es tener un retroceso. Porque la sociedad puede estar enojada. Nos hacemos cargo de lo que no pudimos hacer y por lo que nos eligieron, pero si están enojados es porque quieren un futuro mejor”, señaló Pietragalla durante el homenaje.
Acompañaron a Pietragalla, su par de la provincia de Buenos Aires, Matías Moreno; la ministra de Ambiente de la provincia, Daniela Vilar; el presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Federico Otermín, y Miguel “Tano” Santucho, integrante de la Comisión Directiva de Abuelas de Plaza de Mayo, según indicaron fuentes oficiales.
Durante el acto se entregó un reconocimiento a los sobrevivientes Emilce Moler, Pablo Díaz y Gustavo Calotti –que fue recibido por tu hermana Gabriela-, por el compromiso inquebrantable con la lucha y la memoria de sus compañeros desaparecidos.
Además, descubrimos una placa en honor a las y los jóvenes y presentó una biblioteca para el Espacio que llevará el nombre de “Cristina Navajas”, madre del último nieto recuperado por las Abuelas de Plaza de Mayo. pic.twitter.com/XlOy8oCA90
— Horacio Pietragalla Corti ⭐️⭐️⭐️ (@pietragallahora) September 16, 2023
La ceremonia se realizó en el marco de las actividades de homenaje a las y los estudiantes detenidos-desaparecidos en el episodio conocido como “La Noche de los Lápices” al cumplirse 47 años de ese hecho de represión ilegal cometido durante la última dictadura cívico militar.
El funcionario agregó que desde la Secretaría buscan reconocer “a aquellas compañeras y compañeros que dedicaron su vida a que no sean olvidados, que sean recordados por lo que fueron no por lo que quisieron que sean».
«A esos compañeros que desde el lugar noble de los inicios de la militancia política que tanto necesitamos, y que gracias a nuestra vicepresidenta Cristina Fernández tenemos una ley nacional que obliga a las instituciones educativas otorgar el derecho a que las y los estudiantes secundarios puedan crear sus centros de estudiantes”, destacó Pietragalla Corti.
Moreno recordó que hace tres días “nuestro gobernador Axel Kicillof firmó el decreto por el cual se le otorga la gratuidad del boleto estudiantil a los estudiantes del nivel terciario y ese es el mejor homenaje que se le podemos hacer a los compañeros que siguen insoportablemente vivos».
«Sigamos por este camino: más Estado, más Memoria, Verdad y Justicia que seguramente cuando logremos construir una provincia y un país para todos, estos compañeros van a recibir el merecido homenaje por lo que todos bregamos y trabajamos», cerró Moreno.
Durante la jornada, además, se descubrió una placa en honor a las y los jóvenes detenidos desaparecidos y se realizó la presentación de una biblioteca en el Espacio Memoria que llevará el nombre de “Cristina Navajas”, madre del último nieto recuperado por las Abuelas de Plaza de Mayo.
Además, se entregó al Espacio de Memoria una obra realizada por jóvenes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) de la Ciudad de la Plata y una donación de Ministerio de Salud de la provincia, de dos sillas de ruedas para el espacio para quienes la requieran para recorrerlo.
Qué fue La Noche de los Lápices
La noche del 16 de septiembre de 1976 se inició un operativo conjunto de efectivos policiales y del Batallón 601 de Ejército para capturar a 9 jóvenes que tenían entre 16 y 18 años, y en su mayoría eran integrantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), y reclamaban por el boleto estudiantil secundario gratis.
Claudio De Acha, María Clara Ciocchini, María Claudia Falcone, Francisco López Muntaner, Daniel Racero y Horacio Ungaro fueron arrancados de sus domicilios esa noche; en tanto que el 17 los represores apresaron a Emilce Moler y Patricia Miranda.
Cuatro días después fue detenido Pablo Díaz.
Las jóvenes fueron conducidos al Centro Clandestino de Detención «Arana», donde se las torturó durante semanas, y luego se las trasladó al “Pozo de Banfield”, y sólo cuatro sobrevivieron, mientras que el resto permanecen desaparecidos.
