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‘Este disco me permitió meterme en mi propia sombra y desafiar mis límites’

«Hoy en día poder estar ahí arriba con mi música es algo increíble» dice Acru acerca del Luna Park. ,/ Foto: Cris Sille

El rapero argentino Agustín Cruz, conocido en el mundo del hip-hop como Acru, presentó su tercer álbum titulado «El Don», una obra que le demandó cuatro años de trabajo hasta dar con su carácter «auténtico» y un «balance» que pusiera en «valor» la narrativa en «un momento donde por ahí se toman otro tipo de decisiones o improntas» en la música actual.

«Es un disco que me permitió meterme en mi sombra, dudar de mi inquietud, desafiar el límite e incomodarme. Siento que esa experiencia personal y artística es el por qué de todo lo que hago, el verdadero motivo que me llevó a ejecutarlo. Y esa decisión a veces trae camino más lentos pero también una conexión muy auténtica con el que se mete ahí con nosotros», señaló.

Acru Creo que las canciones te llegan o no te llegan una obra te toca o no te toca seas el artista que seas la marca o el nombre que tenga Foto Cris Sille
Acru: «Creo que las canciones te llegan o no te llegan; una obra te toca o no te toca, seas el artista que seas, la marca o el nombre que tenga». / Foto: Cris Sille


En diálogo con Télam, Acru reflexionó que su nueva obra resulta en una experiencia «vivencial» más allá de «quien la escuche» y de él mismo que «atravesó todo ese camino para hacerla posible: Se vuelve realmente una experiencia de vida única y atemporal. Creo que fue una decisión muy auténtica hacer este disco y que hable de lo que habla», añadió el rapero de 26 años sobre el sucesor de «El Origen» (2017) y «#Anonimato» (2018) que presentará el 28 de septiembre en el Luna Park y enarbolando una nueva gesta para la cultura del hip-hop.

Tras ese bautismo en el estadio porteño, Acru tiene previsto girar por Argentina con nueve presentaciones (entre el 6 de octubre y 3 de noviembre) en Mendoza, San Luis, Mar del Plata, Bahía Blanca, Tucumán, La Plata, Rosario y Neuquén, para después ofrecer cuatro recitales en las ciudades españolas de Málaga, Barcelona, Valencia y Madrid a fines de noviembre.

Para celebrar la llegada del álbum a las plataformas y el estreno en simultáneo de cada uno de sus videos, que encadenados van tejiendo una historia y elevan aún más la potencia del repertorio, el intérprete armó este martes una doble presentación en ArtLab de Chacarita: compartió una primera escucha junto a decenas de fanáticos y, luego de una tanda de entrevistas, incluido este reportaje, se puso el traje de anfitrión para recibir a sus invitados y celebrar este punto alto de su carrera junto a una porción más que representativa de la comunidad del hip-hop que avala su recorrido desde sus épocas doradas en el freestyle.

«Si hay algo que me ha enseñado este disco y este gran proceso de mi vida haciendo esta música y todo lo que me pasó en el último año es la importancia del amor propio y el auto-reconocimiento antes que cualquier amor que se reciba así que, gracias de corazón a ustedes, a mi equipo y a mí mismo», señaló desde el escenario al momento de compartir el tour por sus diez canciones.

El raperohiphopero argentino tiene 26 aos y esta en su momento de xito Foto Cris Sille
El rapero-hiphopero argentino tiene 26 años y esta en su momento de éxito. / Foto: Cris Sille


En «El Don», además de respetar las raíces de su música, también se anima a teñirse con otros colores de géneros como el R&B, el soul y el trap, a veces más protagonistas y otras diseminados dentro de un matiz de experimentación, casi imperceptibles, pero que abren caminos nuevos y auspiciosos para la constante evolución del rap en Argentina: con Veeyam a cargo de la producción general del disco, también aparecen otros colegas de peso como Evlay que aportó en «Burning», «¿Dónde está Dios?» y «Agradecido», y el de otros productores como MPDHela («Romario»), Martín Varela («Cien Shows») y Gese Da O en («Coronar»).

Télam: En el disco hay una canción como «Josear» que cuenta la historia de tus padres que decidieron dejar Tucumán para instalarse en Buenos Aires ¿Cómo resultó para vos abrir esta puerta para contar tu historia familiar? ¿Y cómo es que el mensaje de voz que incluiste de tu madre terminó siendo más que importante para todo el proceso del disco?

Acru: Realmente veníamos creando una paleta de colores, pero en un momento sentimos que nos estaba faltando ese color como más de tierra, una impronta más folclórica o del inca también. Y eso remontó un poco a mi infancia, al origen, al lugar de donde uno viene. Y esta historia de las familias del interior que sufren el desarraigo y que tienen que salir a buscarse lo suyo a las capitales, es algo que estuvo siempre en mi historia y en nuestra historia argentina. Quise hacerle un capítulo, una canción, porque siento que es parte de mí, pero que también es parte de una realidad argentina de todos. De un montón de jóvenes y adultos, padres y madres que sufren la necesidad y que tienen que ir a reinventarse en un nuevo lugar. Y en el medio de esa búsqueda artística mía, de querer reinventarme y encontrar el disco que todavía no estaba encontrando, me acuerdo de hablar con mi vieja y contarle que me sentía frustrado. Un día me llegó ese audio y fue sentir que ahí estaba. Que era así como tenía que arrancar, con ese color y esa guitarra; y pudimos armar la discursiva de «Josear» y que ocupe ese lugar dentro del disco.

-La primera canción del repertorio es «Trono», donde hablás sobre tu camino dentro de la escena y te desmarcás de algunas lógicas de la industria y de quienes eligieron hacer lo suyo de una forma más digerible ¿Cómo se inscribe «El Don» dentro de esa realidad pero a la vez dentro de la evolución de la cultura que cada vez tiene más adeptos que valoran todos sus elementos?

-Creo que hoy en día gracias a toda la virtualidad, la digitalización y la globalización, por suerte pueden aparecer muchísimos más músicos y hay una posibilidad más grande para la expansión y compartir música. Al mismo tiempo, nos empieza a atravesar un principio de la necesidad de la fama, la inseguridad de la reproducción, pensar qué tan masivo debe ser algo para que de repente esa masividad lo acredite como obra u hecho artístico, o qué tanta es la potencia de un artista si es más global que otro. Y creo que las canciones te llegan o no te llegan; una obra te toca o no te toca, seas el artista que seas, la marca o el nombre que tenga, porque es mucho más que eso. Yo con el tiempo fui decidiéndome por este camino primero por hurgar en ciertos decires y después por querer hacer un disco. Soy músico y claro que es algo que me encantaría que la gente escuche, pero también es algo que sale de mí, desde adentro, y yo quería regalarme un disco así. Un disco que me permitiera meterme en mi sombra, dudar de mi inquietud, desafiar el límite e incomodarme. Siento que esa experiencia personal y artística es el por qué de todo lo que hago, el verdadero motivo que me llevó a ejecutarlo. Y esa decisión a veces trae camino más lentos pero también una conexión muy auténtica con el que se mete ahí con nosotros.

-Tener un «don» de algún modo es como una marca de prestigio, en tu caso bien ganado desde tus tiempos como competidor de freestyle y por el reconocimiento que la escena siempre tuvo hacia con vos ¿Hoy que significado le das a esta palabra con la que llamás tu disco? ¿Es más una cuestión de trabajo que de talento?

-Creo que el don es el contacto más orgánico, auténtico y una sensación de luz de la expresión artística sin que esté tan atravesada por la mente, los miedos, los prejuicios, el qué dirán, el cómo lo verán y sentirán, cuando en realidad todo debería ser «sentate, tocá, disfrutá, hace y traccioná». En mi caso, fue todo un camino aprender a disfrutar, a conectarme sin desnudarme de otras cosas y volver a ese estadio pleno. Cuando la música está realmente tocada desde ese lado, se siente cuando pasa. Por eso es que hay artistas que saben transmitir más allá de si tienen una, dos o tres guitarras, o lo que sea. Tocan y las cosas pasan porque la vibración está ahí. Creo que esa vibración y esa conexión fue la que hizo que fuera posible «El Don» como título y como el por qué de todo esto.

-¿Qué podés adelantarnos sobre tu llegada al Luna Park? ¿Recordás algún show que hayas presenciado ahí que te haya marcado?

-El Luna es una sede mítica de nuestra música. Hace un par de años pude disfrutar ahí del show de Kase. O y fue muy loco porque estaba con un amigo y en ese mismo show Kase me nombró: dijo que había un artista argentino que le gustaba. Tuvo palabras muy increíbles hacia mí y yo estaba entre el público y me emocioné. Hoy en día poder estar ahí arriba con mi música es algo increíble, una sensación de gratitud y de lucha única. Por respeto a la sede, a nuestro propio camino y recorrido y por tratarse de una victoria del rap argentino, vamos a ofrecer un show más que contundente.

Fuente: Telam

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