Los Grobo invierte millones para crecer en este novedoso negocio
La compañía Los Grobo inauguró una planta de tratamiento de semillas en la localidad bonaerense de San Miguel del Monte, con una inversión de u$s2 millones, en asociación con la especialista en tratamientos biológicos Barenbrug Argentina. Allí prevé llegar a producir 100.000 bolsas anuales de semillas de soja y trigo con genética de punta y «listas para usar», ya que salen revestidas con sustancias y microorganismos que las ayudan a germinar y desarrollar cultivos con mayor sanidad, estabilidad y rendimiento.
«Con estos productos estamos a la vanguardia del sector, en una planta modelo, con tecnología de punta, que aporta sustentabilidad y competitividad a la producción», dijo Enrique Flaiban, CEO de Los Grobo.
Las semillas listas para usar tienen incorporados los llamados «consorcios microbianos», combinaciones de diferentes tipos de microorganismos beneficiosos para las futuras plantas. Al estar aplicados en una planta profesional, también permiten resultados más homogéneos y estables, ya que la precisión de la aplicación de las dosis permite esperar que de cada semilla surja una planta. Esto además les permite ahorrar tiempo a los productores, ya que sustituye los tratamientos más caseros que suelen hacer a campo, con lo que mejora el trabajo de siembra y ahorra complejidades y riesgos de tipo técnico, logístico y hasta ambiental.
La barrera para la adopción de las semillas listas para usar es su mayor precio. Pero en Los Grobo confían, por un lado, en la tendencia a adoptar nuevas tecnologías por parte de los productores argentinos, y por otro, en que cuando se compara el resultado de uno y otro método poniendo todos los factores en la cuenta, el resultado es positivo. Por algo, sostienen, ninguno de los productores que probó la semilla lista para usar vuelve a la vieja usanza.
Martín Sackman, gerente de Innovación y Desarrollo de la compañía
«Queremos crecer en semillas, porque es un negocio de valor agregado, más rentable, y porque nos da un alto nivel de contacto con el productor, con acompañamiento durante toda la campaña, lo que también nos permite ganar confianza y luego aportarle otros servicios y productos«, indicó Flaiban. «A pesar de estar en uno de los años más difíciles de las últimas cuatro décadas, con una sequía fenomenal, seguimos para adelante, con el gen de la innovación de Gustavo», dijo Flaiban en alusión a Gustavo Grobocopatel.
De agropecuaria a empresa de servicios para el agro
Los Grobo fue fundada por la familia Grobocopatel en Carlos Casares, como una empresa agropecuaria muy innovadora, una de las primeras en lanzarse al sistema de producción en campos arrendados (lo que en los ‘90 se empezó a conocer como «pooles de siembra»). Ya en la primera década de este siglo fue no solo creciendo rápidamente y expandiéndose incluso a otros países, sino también convirtiéndose en una empresa de servicios para el sector agropecuario, como provisión de agroinsumos, asesoramiento en producción agrícola, comercialización de granos, acopio y logística.
En esa línea, se convirtió en una de las mayores productoras y comercializadoras de semillas del país, mayor que varias multinacionales, con unas 500.000 bolsas de semillas anuales. Pero, como los supermercados con las marcas propias, y viendo todos los cambios que se vienen para la agricultura, Los Grobo decidió armarse también un lugar propio en el negocio de semillas, que mueve unos u$s 2.000 millones anuales. Por un lado, lanzó sus marcas propias de semillas de maíz, girasol, trigo y cebada, de la más alta performance, trabajando con genética de punta y especializándose en ciertos nichos. Y, por otro, incorporó el tratamiento de semillas, para generar productos de mayor valor agregado con biológicos, biostimulantes y micronutrientes, casi a pedido.
Se trata de un rubro que está creciendo de manera vertiginosa, en gran medida por cuestiones ambientales, ya que además de la cada vez mayores prestaciones que se les descubren a los productos biológicos, complementan y en algunos casos sustituyen los cada vez más cuestionados productos químicos.
Los Grobo inauguró una planta de tratamiento de semillas en asociación con Barenbrug Argentina
Un futuro prometedor sin incorporar hectáreas
En la empresa confían en que la Argentina tiene un enorme potencial para aumentar su producción agrícola sin necesidad de incorporar más hectáreas. Para Martín Sackman, gerente de Innovación y Desarrollo de la compañía, el país podría pasar de una producción actual cercana a los 120 milllones de toneladas de granos (sin contar la cosecha 2022/23, arrasada por la sequía) a una de 200 millones de toneladas, primero fertilizando adecuadamente (reincorporando al suelo los macro y micronutrientes que se extraen con los cultivos, hoy con un altísimo déficit) y luego trabajando con los productos biológicos.
«Queremos darle al productor un producto terminado, sustentable, con un plus de rendimiento», agregó el ejecutivo.
Los Grobo tiene hoy 35 sucursales y 16 plantas de acopio y procesamiento en 5 provincias, comercializa 2,5 millones de toneladas de granos anuales, y siembra más de 180.000 hectáreas de manera asociada. También desarrolla y vende agroquímicos a través de su empresa Agrofina, presente en una red de distribución de más de 400 puntos del país. Y genera información para más de 3.500 productores mediante su plataforma digital Mauá.
En la empresa trabajan más de 700 personas. En el balance que cerró a mitad del año pasado, sus ventas alcanzaron u$s 820 millones, con un Ebitda de u$s71,4 millones. El 86% de Los Grobo está hoy en manos del fondo de inversión Victoria Capital Partners (VCP), mientras que Gustavo y Matilde Grobocopatel conservan el resto de las acciones.