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Por qué el mercado duda del Plan Dinamita de Milei para el BCRA

Las ideas fuerza utilizadas por el liberal Javier Milei en la campaña fueron las que más prendieron en un electorado que parece empezar a convencerse de que no se podrán obtener resultados distintos con los partidos que tradicionalmente gobernaron la Argentina durante este siglo.

Propuestas extremas como la «dolarización», «dinamitar el Banco Central» o el «plan motosierra» para reducir el Estado y los cargos políticos, fueron adoptados rápidamente por el discurso militante de los anarcocapitalistas, multiplicados a toda velocidad desde las redes sociales.

La rápida adopción de esos lemas de campaña fue absorbida en forma rápida por su legión cada vez más grande de seguidores, como ocurrió con el «salariazo» y la «revolución productiva» prometidos por Carlos Menem en los ’90.

«Para un electorado que casi siempre vota más con el corazón que con la cabeza, el lazo afectivo con las propuestas de Milei parece haber tenido mucho mayor impacto que las ofertas  de Bullrich y Massa», sostiene Jaime Durán Barba, el estratega de campaña que ayudó a llevar a Mauricio Macri a la presidencia en 2015.

Las propuestas de Mieli, bajo la lupa del establishment

Tras las PASO, el establishment comenzó a ver en Milei a un posible presidente, y por eso los fundamentos de sus propuestas pasaron a ser analizadas con mucho mayor detenimiento. Un tema que viene siendo mirado en detalle por los analistas y que le quita el sueño a banqueros y grandes compañías es qué haría Milei con la estratosférica deuda que tiene el Banco Central, que ya ronda los $20 billones, sobre todo compuesta por Letras de Liquidez (Leliqs) y Pases, y ya obliga a emitir más de $1,8 billones mensuales.

Sobre el tema, Carlos Rodríguez, ex viceministro de Economía de Domingo Cavallo en los ’90 y uno de los técnicos que asesora al candidato libertario, señala: «Milei dice que lo primero que hay que hacer es resolver la bola de Leliq, ya que la emisión para la renovación es la causante de gran parte de la inflación». Y sostiene que «eso se debe cortar. Cuando se estabilice, entonces sí se podrá avanzar con la dolarización, que no es ni más ni menos que cambiar los pesos por dólares». 

Dudas sobre el «Plan Dinamita» de Milei para el BCRA: qué haría con la bola de Leliqs y Pases que ronda los $20 billones

Para dolarizar, según Rodríguez, es necesario conseguir u$s 40.000 millones. «Con todo estabilizado, y con una confianza en alza, hay que salir a buscar el dinero. Eso es lo que se necesita para cambiar los pesos y pagar la deuda comercial que hay. Habrá dinero y oro en el Banco Central, además de que algo se podrá aportar por la venta de algún activo, como alguna empresa. Y así se llega», calculó.

Pero los técnicos que asesoran a los bancos desconfían de que la solución sea tan fácil, y temen por el impacto que el plan Milei podría tener sobre los patrimonios de las entidades financieras.

Dolarización: la cautela de Milei

Ahora que está más cerca de llegar al poder, Milei aparece más cauteloso sobre su plan para dolarizar la economía. Admitió que puede demandar entre 9 y 24 meses de instrumentación. La razón: primero hay que solucionar «el problema de las Leliq», las letras que el Banco Central coloca a los bancos comerciales para evitar un exceso de circulación de dinero, ofreciendo a cambio una remuneración del 118% anual, y generando una bola de intereses que multiplica las deudas.

«El peso no vale ni excremento, porque no sirve ni para abono», repite el candidato libertario. Pero admite que la dolarización no se puede hacer en un solo paso y de inmediato. «Puede tardar 24 meses, antes hay que arreglar el problema de las Leliq, si no, puede haber hiperinflación», reconoce.

El candidato libertario niega que la solución al «problema de las Leliq» requiera la instrumentación de una especie de «Plan Bonex», como en 1990 -uno de los ataques que le lanzó Sergio Massa-, cuando el Estado canjeó por bonos los depósitos bancarios y produjo una pérdida patrimonial a millones de ahorristas. 

Según la propuesta de Emilio Ocampo, el principal asesor de Milei en materia de dolarización, la deuda del Banco Central, integrada en buena medida por las Leliqs, se pagaría a través de la instrumentación de un fideicomiso colocado en el exterior que administraría los activos del Estado argentino e iría cancelando deudas. 

La bola de «Leliq»

Las «Leliq» son el principal «pasivo remunerado» o deuda del Banco Central con los bancos, sobre el cual se asienta parte de la solvencia del sistema financiero. 

El 10 de diciembre de 2019, cuando asumió el actual gobierno, los «pasivos remunerados» ascendían a 1,1 billones de pesos y devengaban una tasas de interés del 63% anual. Ahora, rondan los 19,3 billones (unos u$s 55.000 millones al tipo de cambio oficial) a una tasa del 118% anual. 

rondan los 19,3 billones (unos u$s 55.000 millones al tipo de cambio oficial) a una tasa del 118% anual

Los pasivos remunerados rondan los 19,3 billones (unos u$s 55.000 millones al tipo de cambio oficial) a una tasa del 118% anual

Los especialistas explican que se trata de deuda «cuasi-fiscal», cuyo stock aumentó en términos nominales más de 1.660% y cuyo flujo mensual de intereses creció más de 2.200 por ciento. Esta deuda debe sumarse a la fiscal, del Tesoro, que supera los u$s 405.000 millones y subió u$s 94.000 millones en el actual gobierno.

Se trata del nudo gordiano que en caso de llegar al poder Milei deberá atender rápido para generar confianza en el mercado y el sistema financiero. De acuerdo con el último staff report del FMI, la deuda por Leliq ya representa el 15% del Producto Bruto. 

Emisión desmedida de pesos

La devaluación del 22% aplicada tras las PASO, llevó el dólar oficial a $350, y obligó al Banco Central a subir la tasa de interés de referencia al 118% anual (209,4% de tasa efectiva anual) con la que remunera sus Letras de Liquidez (Leliq) a 28 días. A partir de esa decisión, se ve forzado a emitir más pesos para pagar los rendimientos de esos instrumentos.

La autoridad monetaria utiliza estos instrumentos para «retirar» pesos de circulación y evitar que ese dinero presione aún más sobre los precios, pero en esa estrategia alimenta una montaña de pasivos que generan cada vez más intereses y lo obligan a emitir nuevos pesos, que a su vez impulsan mayores expectativas de inflación.

Para los especialistas que siguen ese derrotero, allí radica una de las claves a solucionar por cualquier nuevo gobierno. «El BCRA tiene un balance tan deteriorado. De cada cuatro pesos que imprimió el BCRA, tres están en los pasivos remunerados, y sólo uno es demandado como base monetaria», alerta un reporte de Anker Latinoamérica, la consultora fundada por el expresidente del BCRA Luis Caputo.

Según los últimos números del Central, sumados el stock de Leliq ($13,7 billones) y pases ($5,3 billones) representan un stock de $19 billones. Pero tras la suba de 21 puntos porcentuales en la tasa de interés que dispuso el organismo (pasó del 97% al 118% anual) ya genera mensualmente unos $1,8 billones de intereses. 

«Esto refleja la fuerte emisión de pesos de los últimos años, vinculada a financiar el déficit fiscal. Y del otro lado, una demanda de dinero que es muy baja y que hace que la mayor parte de los pesos emitidos tengan que estar en los pasivos remunerados porque no son demandados por las familias y las empresas», explican desde Anker.

De cada cuatro pesos que imprimió el BCRA, tres están en los pasivos remunerados

De cada cuatro pesos que imprimió el BCRA, tres están en los pasivos remunerados

 De la solución del problema dependerá el futuro de los ahorristas

Como las entidades financieras destinan la mayor parte de los depósitos en moneda local de sus clientes a los pasivos remunerados del BCRA, de la solución del problema dependerá el futuro de los ahorristas. La suma del dinero circulante en manos del público y de la liquidez que los bancos comerciales tienen resguardada en las cuentas que deben mantener abiertas en el BCRA ronda los $6,5 billones. Para la óptica de Milei, eso explica buena parte de los altos índices de inflación, que se ubicaría en dos dígitos en agosto.

Además, como la economía argentina suele funcionar en algunos casos a contramano de la teoría económica, si bien se supone que el Banco Central sube la tasa de interés para controlar la inflación, en la medida en que lo hace a base de emitir, no resuelve el problema.

«Las Leliqs y los pases existen para sacar dinero que se ha creado porque se estima que, si lo dejas circulando, presiona sobre la inflación. Pero el BCRA está dispuesto a pagar tasa de interés para retirar ese dinero y eso se paga emitiendo más pesos. Entonces, se logra que el dinero hoy no circule, pero si eso se va a monetizar genera expectativa de inflación reprimida a futuro», indica un informe de C&T Asesores Económicos, 

Para los analistas, la depreciación del peso -obligada o no por el FMI- se aplicó sin un plan de largo aliento detrás y, lo que es peor, no soluciona a mediano plazo el problema de retraso cambiario que tiene la Argentina, que en un par de meses volvería. Además, no frenó la decisión de las empresas de dolarizarse, como lo revela la disparada en la cotización del contado con liquidación.

Uno de los especialistas en finanzas que sigue al centavo la situación de los bancos, mencionó su principal preocupación: «Como los pesos están financiados por depósitos, que son propiedad de familias o de empresas, el riesgo es que se abra el cepo cambiario y todos quieran irse al dólar, y el tipo de cambio salte a niveles exorbitantes. Sería una catástrofe».

Fuente: iprofesional.com

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