Crece el lobby para el puerto multipropósito en Tierra del Fuego
En sólo nueve meses, el Grupo Mirgor presentó dos veces el proyecto para construir un «puerto mutimodal» en Río Grande, 211 kilómetros al norte de Ushuaia, la capital de la provincia de Tierra del Fuego. Entre el lanzamiento de diciembre y el relanzamiento que se concretó hace una semana el gobierno nacional aportó un gesto clave: confirmó que no se desarrollará el proyecto de la empresa estatal china Shaanxi Chemical Industry Group Co. Ltd. que había desembolsado 35 millones de dólares en 2011 para implementarlo.
El jefe de Gabinete Agustín Rossi fue el encargado de asegurar la clausura de la inversión china. Lo hizo durante el primer informe sobre la gestión del Gobierno que ofreció ante la Cámara de Diputados. El mensaje legislativo tuvo dos efectos: por una parte terminó de aplacar las presiones de los Estados Unidos y de un sector del empresariado para impedir el desarrollo de ese proyecto. Pero al mismo tiempo allanó el camino para que la empresa que pertenece al magnate Nicolás Caputo continúe con la planificación del puerto de Río Grande, una iniciativa que forma parte de las ambiciones de Mirgor hace más de una década.
Implicará un desembolso de 380 millones de dólares y la firma sigue buscando socios. Quizás por eso hay un lanzamiento del proyecto cada seis meses aproximadamente, como una forma de mantener la iniciativa a flote, mantener las expectativas del gobierno fueguino y transitar los momentos más críticos de este año electoral. Mirgor fue fundada en 1983 por Caputo y su amigo personal Mauricio Macri, que luego vendió su parte accionaria mucho antes de comenzar su carrera política y ocupar la Presidencia entre 2019 y 2019. Ambos gozan de una relación privilegiada con EEUU y eso también pone a Caputo en otro lugar ante las presiones norteamericanas contra la presencia de China en Argentina.
La firma empezó ensamblando aires acondicionados para Sevel, que fabricaba automóviles FIAT y luego se reconvirtió armando celulares, electrónicos y electrodomésticos en Tierra del Fuego con piezas importadas. Una actividad y la otra le permitieron a Mirgor ser una de las beneficiarias del subrégimen de promoción industrial que establece la ley 19.640. La norma fue renovada este año y sus beneficios vencerán dentro de 15 años.
Los orígenes de un puerto estratégico y disputado
El disparador de los puertos que se han proyectado en las últimas décadas han buscado resolver la distancia austral y el problema logístico para el transporte de los productos fabricados en Tierra del Fuego. Son 2800 kilómetros por ruta hasta Buenos Aires. Sin embargo el origen del proyecto que buscaron desarrollar los chinos fue para una planta de urea que iba a desarrollar la firma Tierra del Fuego Energía y Química (TEQSA), pertenciente al Shaanxi Chemical Industry Group Co. Ltd., según exhumó en 2018 el portal especializado EconoJournal.
Este fertilizante está directamente atado a la producción de gas porque la urea se obtiene con un proceso químico que la transforma en amoníaco y después se deshidrata para llegar a este componente. El tema no es menor: representa las aspiraciones fueguinas de industrialización de gas en origen, una forma de explorar otros recursos por fuera del esquema industrial.
Mirgor, que proyecta el puerto, fue fundada en 1983 por Nicolás Caputo y Mauricio Macri, que luego se desprendió de las acciones
La operación se completaba con el puerto, que finalmente fue lo único que quedó en pie, pero sin la presencia de empresas de origen chino. Entre el plan original de 2011 y 2023 han pasado 12 años. Es el tiempo que demoró la Argentina para anular el proyecto chino, que sigue en una controversia judicial, pero en ese tiempo siguieron prosperando las iniciativas para llevar adelante un puerto logístico.
Así se sumó la idea de construir un proyecto logístico antártico en Ushuaia que iba a contar con participación de capitales chinos, pero tampoco prosperó ante las presiones directas de los Estados Unidos para frenarlo. Junto a Newsan, cuyo CEO es Rubén Cherñajovsky, Mirgor es una de las dos principales ensambladoras, empleadoras y beneficiarias del subrégimen de promoción industrial.
Hace cinco años Mirgor le puso fuerza al proyecto de Río Grande para avanzar en su diversificación ante la posibilidad de que el régimen de la ley 19.640 no fuera renovado. Este año fue extendido hasta 2038, pero la firma que fundaron Macri y Caputo no ha frenado sus planes con el puerto. Por el contrario, ahora busca reforzarlo y seguir buscando socios.
Cabildeos de alto vuelo en tiempos de campaña
El primer movimiento data del 19 de abril de 2022. Estuvo a cargo de José Luis Alonso, CEO de Mirgor, representante de Caputo y con una larga experiencia en el sector petrolero. «Esta obra permitirá abrir nuevas oportunidades de desarrollo para Tierra del Fuego y en particular en Río Grande y todas sus industrias asociadas. Por su ubicación, esta nueva infraestructura portuaria es un punto estratégico en todas las rutas marítimas australes, hacia el territorio antártico y en especial, para el restablecimiento del tránsito con las Islas Malvinas», aseguró Alonso en la casa que la provincia de Tierra del Fuego tiene en Buenos Aires.
Alonso repitió la misma frase en diciembre pasado, durante el lanzamiento más formal y el mensaje volvió a escucharse la semana pasada ante los invitados a Río Grande que asistieron a dar cuenta del avance del proyecto y la sobreventa de las expectativas de Mirgor en un momento particular. Más allá de los vaivenes y la fragilidad de la economía, la ensambladora busca demostrar que apunta a sostener el proyecto y su viabilidad por encima de la coyuntura política. Sin embargo otros creen que además de las posibiliadades logísticas para la industria fueguina, el futuro puerto de Río Grande podría permitir el amarre de los barcos pesqueros chinos que realizan actividades más allá de las 200 millas de jurisdicción argentina.
Tierra del Fuego es el territorio más austral del continente y su ubicación es clave para el acceso a la Antártida y a Malvinas.
«Sería una locura pensar que nosotros, justamente vamos a favorecer la logística de la usurpación», aclaró Andrés Dachary, secretario de Malvinas del gobernador fueguino Gustavo Melella, que respalda el proyecto de Mirgor. ¿Qué podría pasar con administraciones de otro signo político? No hay respuestas al respecto. Sólo interrogantes. En el caso de Juntos por el Cambio, la Coalición Cívica presentó un proyecto para derogar el régimen y el FMI presionó hace un año al ministro de Economía Sergio Massa para que exhibiera el impacto de los gastos fiscales en el presupuesto nacional. Para catalizar esas presiones presentó en septiembre de 2022 una addenda junto al Presupuesto 2023 donde los regímenes de promoción, los beneficios impositivos y la exención sobre ganancias de los jueces llegan al 5% del PBI. En esos números laten futuros debates, aunque el régimen fueguino ya fue renovado por los próximos tres lustros.
El puerto multipropósito comprometerá a 400 trabajadores y en los planes originales iba a comenzar a ser construido en julio de 2023, pero hasta ahora no tiene los permisos de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables, que depende del Ministerio de Transporte de la Nación, en manos de Diego Giuliano, un hombre que responde a Sergio Massa, titular del Palacio de Hacienda y candidato presidencial de Unión por la Patria. El puerto pertenecería a Mirgor pero podría concesionar una parte, aunque la infraestructura no sólo bajaría en cinco puntos el costo logístico de las fabricaciones fueguinas, sino que facilitaría el transporte de otras obras de infraestructura y también podría proveer soluciones para la navegación científica antártica y para el patrullaje de la Armada en esa zona limítrofe.