Ratificaron el procesamiento de un exgerente de Mercedes Benz por crímenes de lesa humanidad
La Cámara Federal de Casación Penal ratificó el procesamiento de un exgerente de la firma Mercedes Benz por su presunta responsabilidad en la desaparición de dos trabajadores de la planta automotriz durante la última dictadura cívico-militar, informaron fuentes judiciales.
El máximo tribunal penal del país rechazó el recurso de la defensa del exgerente de producción de esa compañía, Juan Tasselkraut, y confirmó la posible responsabilidad de los directivos en la desaparición operarios de la empresa automotriz.
Lo resolvió la sala segunda del máximo tribunal penal de este país, integrada por los jueces Alejandro Slokar, Angela Ledesma y Guillermo Yacobucci, que votó en disidencia, según surge del fallo de 54 páginas al que accedió Télam.
El juez Slokar, que lideró el acuerdo, destacó que la persecución gremial y la eliminación de los derechos laborales procuró «dinamitar» el proceso de industrialización nacional con «consecuencias persistentes que se proyectan hasta la actualidad».
El caso Mercedes Benz fue relevado en la CONADEP y ampliamente tratado durante el «Juicio a las Juntas» desarrollado en 1985.
En aquellas audiencias se sucedieron los testimonios de Héctor Aníbal Ratto y Juan José Ratto, entre tantos otros, quienes señalaron que directivos de la firma aportaron datos y facilitaron las detenciones ilegales, muchas ocurridas dentro de la fábrica, en presencia de algunos de ellos.
Luego surgió de los expedientes de inteligencia policial cómo los directivos de la empresa proveyeron información clave sobre los trabajadores a las fuerzas represivas, y que las víctimas no fueron elegidas al azar: todas tenían militancia gremial, recordaron fuentes del caso.
En su voto, el juez Slokar rescató el valor de los testimonios durante el Juicio a las Juntas desarrollado durante 1985 y las declaraciones de víctimas ante el Consulado de la República Federal de Alemania.
También destacó el documental «Milagros no hay. Los desaparecidos de Mercedes-Benz», cuyo título surge de la propia expresión de Tasselkraut durante su declaración en los denominados «Juicios por la Verdad» cuando refirió que la comisión interna atentaba contra la productividad de la empresa.
Milagros no hay. Los desaparecidos de Mercedes-Benz
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«Milagros no hay», respondió Tasselkraut en un juicio por la verdad desarrollado en 2001, cuando le preguntaron si existía alguna relación entre el aumento de la productividad de la empresa y el secuestro de un grupo de trabajadores.
Respecto del plan criminal, Slokar se remitió al precedente «Ford» y sostuvo que «los militares que quebraron el orden democrático y usurparon el gobierno el 24 de marzo de 1976, en alianza con los sectores más concentrados del poder económico y sus núcleos intelectuales, implementaron dictatorialmente desde una hegemonía neoliberal la reestructuración económico-social más significativa y dramática de la historia reciente, cuyas consecuencias – en continuidades y reversiones- se conservan hasta la actualidad».
Slokar también recordó que «entre los propósitos básicos del golpe de estado se procuró dinamitar el proceso de industrialización nacional, para lo que se trató de reprimir y hasta aniquilar a dirigentes para el indispensable disciplinamiento del movimiento obrero, de modo de reestructurar las bases económicas, políticas y sociales de un relativo estado de bienestar en el país, con consecuencias persistentes que se proyectaron en posteriores crisis reeditadas».
«Este diseño político represivo junto con la anulación de cualquier movimiento social de oposición, aparece como un presupuesto para la implementación del nuevo modelo económico – que, se insiste, dejó atrás la etapa de industrialización sustitutiva por el de la valorización financiera como eje ordenador de las relaciones económicas- a cuyo amparo se beneficiaron empresas monopolísticas y sectores de una burguesía emergente», sostuvo.
El juez recordó además que «los acontecimientos juzgados, caracterizados como crímenes de lesa humanidad, se inscriben dentro de un contexto ineludible, que parte del enorme porcentual de trabajadores y representantes gremiales dentro de los millares de detenidos-desaparecidos, desde donde se reveló el nexo entre la represión ilegal del genocidio dictatorial y la eliminación de los derechos laborales».
De los dieciocho trabajadores de Mercedes Benz secuestrados durante la última dictadura, sólo tres de ellos reaparecieron y sus testimonios fueron decisivos para reconstruir esta causa.
La participación de la empresa en la represión se encuentra acreditada en innumerables testimonios e informes.
El secuesto de Héctor Ratto
El 12 de agosto de 1977, el obrero Héctor Ratto fue convocado a la oficina del gerente de Producción, Juan Tasselkraut, donde fue retenido y más tarde ese mismo día fue secuestrado. En esa ocasión, Ratto escuchó a Tasselkraut revelar la dirección del delegado Diego Núñez a la policía. Al día siguiente, Núñez fue secuestrado por las fuerzas de seguridad.
Ratto fue torturado con descargas eléctricas, que le provocaron lesiones permanentes. Con Núñez, fueron trasladados al centro de detención de Campo de Mayo, junto a otros compañeros de la fábrica, donde todos fueron torturados. Ratto finalmente fue liberado, pero Núñez y los otros delegados continúan desaparecidos.
Varios de estos trabajadores fueron apresados en su lugar de trabajo sin ningún tipo de protesta por parte del personal gerencial de la fábrica, que, por el contrario, colaboró con los grupos represivos, señalaron fuentes de la investigación.