Espectáculos

Llega una nueva edición del Festival Ruido, con la música experimental como protagonista

Sindicato del Drone

La tercera edición del Festival Ruido, cuyo fin es ofrecer un panorama de las diferentes vertientes de la música experimental, se realizará este viernes, sábado y domingo con entrada gratuita en el Centro Cultural Kirchner (Sarmiento , donde se presentarán 15 exponentes de Argentina, Brasil, Colombia y Francia, además del dictado de talleres y una feria.

“Es muy emocionante ver año a año cómo el festival se expande y llega a públicos cada vez más amplios y diversos; pasa algo muy lindo con este tipo de iniciativas y el paso del tiempo, que es cuando el público empieza a tomar el evento como propio”, indicó a Télam Javier Areal Vélez, director del encuentro.

Las propuestas de Ruido podrán escucharse desde Argentina, Latinoamérica y el resto del mundo mediante la cobertura en vivo de Radio CASo.

Además de la habitual grilla de conciertos, Ruido ofrecerá por primera vez un programa de 10 talleres de formación en música experimental que se dará en el Centro de Arte Sonoro, el CCK y de manera online durante el corriente mes.

Consultado acerca del espíritu de este ciclo y del criterio de selección de la programación de este año, Areal Vélez dijo: “Dedicamos mucha investigación en seleccionar propuestas que provengan de distintas escenas y distintas generaciones, buscando a la vez que haya una complementación de formatos y timbres”.

Para dar algunos ejemplos de esa búsqueda, el director destacó que este año se podrá escuchar música acústica -como el encargo a Ángeles Rojas para órgano y septeto, la nueva obra del Sindicato del Drone o el concierto de Fugas Argentinas para piano.

Nicols Varchausky
Nicolás Varchausky


“También habrá lugar para la electrónica experimental hiperrítmica de Aguja, una propuesta lumínico sonora de Vertts, un concierto noise para guitarra preparada en manos de la artista brasileña Teratosphonia y hasta una meditación sonora guiada por el compositor italiano/francés Alessandro Bosetti”, agregó.

Además, este año el encuentro suma el nuevo “Foco voces”, dedicado artistas que abordan la materialidad de la voz en sus creaciones, y como en su edición previa, alojará una feria de discos y publicaciones independientes.

A días del comienzo de una nueva edición del Festival Ruido, esta agencia conversó con Areal Vélez y con algunos de los artistas que serán de la partida, como Ángeles Rojas, Aguja y el compositor, artista sonoro y docente Nicolás Varchausky.

-¿Qué diferencias encuentran con la edición anterior?

Javier Areal Vélez: La gran novedad de este año es el programa de formación, que consiste en diez talleres gratuitos que abarcan distintos aspectos relacionados a la creación, reflexión y producción de música experimental y de arte sonoro. Los talleres fueron agrupados alrededor de los ejes de voz, ritmo, altura, escucha, memoria, composición, improvisación, luthería, radio y gestión.

Por otro lado, como en la edición pasada se programaron los focos Tsonami (dedicado a la presentación de tres artistas chilenxs) y Eliane Radigue (que incluyó el estreno americano de “Occam XXV” para órgano y la publicación de la revista Occam Ocean).

Este año Ruido presenta el “Foco Voces”, que incluye la presencia de Agustín Genoud, con su solo de voz extendida procesada electrónicamente; Alessandro Bosetti con su obra Plane/Talea interpretada con miles de samples de voces distribuidos en ocho parlantes; y Ana María Romano G. con su obra “De que las hay las hay” para electrónica y voces grabadas de brujas. Además habrá un encargo realizado a Bárbara Togander, una de las músicas experimentales locales de más trayectoria, quien realizará una pieza improvisada para 30 voces, interpretada junto a participantes del taller de usos experimentales de la voz que dictará en los días previos al festival.

¿Cómo fue evolucionando este encuentro a través de los años?

JAV: Creamos (junto a Jorge Espinal) Ruido en 2017 bajo el formato de ciclo de conciertos. Es interesante que ese mismo año, de manera sincrónica pero completamente independiente, Florencia Curci fundaba el Centro de Arte Sonoro (CASo), alojado en la Casa Nacional del Bicentenario del Ministerio de Cultura de la Nación.

Adriana de los Santos
Adriana de los Santos


Ambas iniciativas crecieron como hermanas en muchos sentidos y, luego de seguir sus evoluciones a lo largo de los años, resultó casi natural que se dé una sinergia en 2021, cuando armamos el primer Festival Ruido, coproducido entre el Kirchner y el CASo. Este formato concentra en tres días numerosos conciertos en todas las salas del CCK, utilizando también espacios no convencionales.

-¿Qué representa presentarse en el marco de este festival?

Nicolás Varchausky: Tocar en Ruido para mí es la posibilidad de mostrar mi trabajo para un público curioso y diverso en un espacio de lujo como es el Centro Cultural Kirchner. En un contexto cultural pasteurizado por el temor a lo incorrecto en donde todo tiende a lo unánime o responde a un modelo espectacular de juicio y humillación pública, Ruido ofrece la rara oportunidad de diversidad e impertinencia estética en un ámbito nacional que ni lxs espectadores ni lxs artistas que participamos deberíamos desperdiciar. Mientras la violencia toma los discursos y los actos aplanando la imaginación de lo diferente, urge ocupar estos espacios con la toda potencia de la poética artística en su estadio más experimental.

Ángeles Rojas: El festival es para mí uno de los más importantes que se realizan en el país. Creo que es una de las primeras veces que en Argentina se le da a la música experimental la importancia que requiere a través de encargos, conciertos y talleres en un espacio tan especial como el CCK.

Presentarme en Ruido representa para mí la oportunidad de compartir el trabajo que estoy realizando en Berlín, poder trabajar con músicos que admiro, poder contribuir a generar nueva música para órgano y seguir profundizando en mi práctica personal.

Aguja: Estamos muy contentxs de participar en Ruido, es súper especial como lugar público de entrada libre, donde se mezclan diferentes propuestas musicales. Es lindo tocar para un público diverso y en un espacio tan particular como el Centro Cultural Kirchner, que con su arquitectura de alguna manera interviene en todo lo que pasa.

Fuente: Telam

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