Cuando se abordan tendencias sobre consumos se corre el riesgo de fascinarse por el último éxito, un fenómeno reciente que puede ser casual, efímero, coyuntural. Por eso, la tentación de sentenciar el boom de “Barbie” como un cambio definitivo, la consolidación de un nuevo paradigma, un parteaguas en el negocio audiovisual, puede ser refutada con unos cuantos contraejemplos. Casi nada -y mucho menos en el terreno del gusto popular- se modifica de un día para otro, pero si se abre el encuadre y se incluyen varios otros elementos ese análisis en principio demasiado parcial y concentrado puede tener un alcance bastante mayor.
Los números de “Barbie” son impactantes: más de tres millones de espectadores solo en los cines de Argentina y una recaudación global de casi 1.100 millones de dólares en solo tres semanas en cartel. Y, como se estrenó el mismo día que “Oppenheimer”, la biopic sobre el creador de la bomba atómica (de allí el fenómeno de marketing viral apodado “Barbenheimer”), las excelentes cifras conseguidas por la película del director inglés Christopher Nolan (800.000 tickets a nivel local y casi 600 millones de dólares de ingresos en las salas de todo el mundo) también aportan para una nueva tesis.
Si bien Barbie es un personaje (muñeca) de enorme popularidad para varias generaciones y ha tenido decenas de producciones animadas destinadas al consumo hogareño por parte de un público esencialmente infantil, la elección de una coguionista y directora como Greta Gerwig, reconocida actriz y realizadora que proviene del cine independiente, para una película con protagonistas de carne y hueso (Margot Robbie y Ryan Gosling) que propone una relectura en clave feminista hizo que el film trascendiera cualquier tipo de nicho para convertirse en una sensación a escala global al punto que pronto superará a “Súper Mario Bros.” como la película más vista del año.
Es cierto que “Guardianes de la Galaxia – Volúmen 3” y “Rápidos y Furiosos X”, dos típicos exponentes del universo de franquicias, se ubican tercero y cuarto, respectivamente, en el ranking anual de todo el mundo con ingresos por 845 y 705 millones de dólares, pero también lo es que la mayoría de las películas de Marvel, de DC y de viejas sagas están funcionando muy por debajo de las expectativas de sus productores y de los analistas.
Si nos concentramos en la Argentina podemos apreciar que, por ejemplo, “Mision: Imposible – Sentencia mortal – Parte 1” convocó a solo 430.000 personas y figura en el puesto 19º en lo que va del año, mientras que en todo el mundo ya está octava. Ya había pasado algo similiar el año pasado con otra película protagonizada por Tom Cruise, “Top Gun: Maverick”, que fue la más exitosa de 2022 a nivel global, pero en nuestro país ni siquiera quedó en el Top 10 anual (finalizó en el 11º lugar).
Lo mismo puede advertirse en el caso de otro regreso de una saga con héroe maduro (Harrison Ford) como “Indiana Jones y el dial del destino”, que en Argentina no llegó a 450.000 localidades (aparece en el puesto 18º), mientras que en la taquilla global se ubica 13º con 370 millones de dólares de recaudación.
Por el contrario, en el ámbito local funcionan mucho mejor en proporción que en el exterior las películas animadas. Más allá del mencionado furor por la “Barbie” live action (3.100.000 tickets y sumando), luego se ubican tres films de animación como “Súper Mario Bros.” (3.000.000), “Elementos” (2.550.000) y “El Gato con Botas: el último deseo” (2.500.000). Recién en el quinto puesto del Top 5 argentino aparece otra historia con actores de carne y hueso como “Rápidos y furiosos X” con 2.325.000 espectadores, según los datos de la Subgerencia de Fiscalización del INCAA.
El notable éxito de “Elementos” merece un párrafo aparte. Mientras en la Argentina ya figura en el citado tercer lugar de las preferencias de 2023, en la taquilla global recién está por superar a “John Wick 4” para alcanzar el undécimo puesto. De todas formas, esta historia original de Pixar lanzada por Disney arrancó de manera muy timorata en todas partes (fue considerada en un un principio como un fracaso comercial), pero luego el “boca en boca” la convirtió en un inesperado éxito. Según los especialistas, en una primera instancia le jugó en contra no ser parte de una saga (Pixar tiene varias como “Toy Story”, “Cars” o “Los Increíbles”), pero mientras otras películas caen de forma violenta de una semana para otra, esta se mantuvo o incluso fue creciendo en su convocatoria.
También puede considerarse una sorpresa el fenómeno de “Súper Mario Bros.” producción animada que retoma al personaje Mario de Nintendo que ya había tenido un animé japonés en 1986 y un film con actores en 1993. Es decir, está asociada con un videojuego clásico, pero hacía 30 años que no pisaba los cines.
Ya saliendo del Top 10 es para destacar el fenómeno dentro de un género muy popular como el del terror de “La noche del demonio: la puerta roja” (“Insidious: The Red Door”), que en Argentina aparece en el puesto 13º con 735.000 espectadores (ya es por lejos la más vista de la saga), mientras que en la taquilla mundial aparece en el lugar 17º. Aquí, como ocurre con la animación, el terror suele funcionar incluso mejor que en el exterior (algo similar pasó con “Evil Dead: El despertar”).
Entre los fracasos más rotundos del año aparece un film dirigido por… un argentino. Dicen los analistas que ninguna película de Warner/DC perdió tanto como “Flash”, de Andy Muschietti. En Argentina esá en el lugar 14º con 575.000 tickets, mientras que en la taquilla mundial se ubica un puesto más abajo con casi 270 millones de dólares de ingresos. El problema es el altísimo costo de producción (220 millones) y de marketing (otros 150 millones), cuando al estudio le llega menos de la mitad de la recaudación total (debe compartirla con los dueños de los cines). A veces una película de terror con un presupuesto bajo termina resultando mucho más rentable que un tanque de superhéroes..
Lo cierto es que tanto en la factoría Marvel (donde se fue no en los mejores términos la ejecutiva argentina Victoria Alonso) como en las oficinas de DC en Warner están repensando estrategias, priorizando otras películas por sobre las originalmente previstas.
Los resultados artísticos y sobre todo comerciales no son en muchos caso los esperados. El cansancio, la fatiga, la crisis del universo superheorico es un hecho incontrastable (basta ver las cifras extraordinarias que tuvieron las películas de “Avengers” comparada con la recepción que están consiguiendo hoy las películas de Marvel en el cine y las series de ese mismo origen en la plataforma Disney+). Nada es definitivo ni absoluto, pero el éxito de “Barbie”, “Oppenheimer”y “Elementos” permiten augurar que en el futuro vendrán más historias originales antes que decenas de nuevas entregas de franquicias que ya han transitado un camino demasiado extenso.