Joaquín Furriel y Maite Lanata entran por última vez a ‘El jardín de bronce’
Joaquín Furriel y Maite Lanata se embarcan por última ocasión en la compleja y conflictiva relación protagónica de padre e hija en la exitosa serie «El jardín de bronce», que con el estreno del primer episodio de su tercera entrega este domingo en la plataforma HBO Max, comenzará a dar cierre a una historia de suspenso y misterio con una exploración de los temores íntimos «desde afuera y en un contexto audiovisual que, como entretenimiento, les quita el tabú».
Así lo aseguró Furriel en una charla con Télam y junto a su compañera de elenco, quien a su vez destacó «la identidad que le da la serie a lo argentino, y principalmente a lo porteño», porque «también invita a otras producciones tanto locales como latinoamericanas y del exterior a representar relatos con una trama vinculada a la cultura, que no sean productos globalizados y comodín para atraer más público».
Son dos componentes que convirtieron a este título, que desembarcó en 2017 y tuvo su primera continuación en 2019, en uno de los mejor recibidos de esta nueva era para la pantalla chica nacional impulsada por el ritmo del streaming: el thriller de la búsqueda de niñas y niños perdidos o secuestrados, en paralelo al drama interpersonal de sus personajes, lograron una combinación que supo atraer tanto al público local como regional a lo largo de sus seis años de recorrido.
«Y hay un tema también con el elenco», apuntó Furriel sobre la lista de figuras que transitaron las distintas temporadas de la serie, como Norma Aleandro, Rita Cortese, Daniel Fanego, Gerardo Romano, Paola Barrientos o Luis Luque; y a la que en esta despedida se suman emblemas como Norman Briski y Pepe Soriano en apariciones especiales. «Creo que pocas veces hay una serie con un reparto tan sólido y tan poderoso, porque hay actores y actrices que son muy reconocidos en el cine independiente y otros en el ámbito más comercial, y todos convivimos en ‘El jardín de bronce'», agregó el actor.
En su debut, la ficción introdujo a Fabián Danubio (Furriel), un arquitecto que se embarcaba en la desesperada y opaca búsqueda de su pequeña hija, Moira (Lanata), quien había desaparecido sin dejar rastro. Ahora, años después de encontrarla, de intentar reconstruir su vínculo herido y de haberse involucrado en la investigación de otro chico desaparecido, el protagonista, ya alejado de su profesión y asumiendo totalmente su rol de rastreador, se ocupa de un nuevo caso.
El robo de una niña de 8 años perteneciente a una de las familias más influyentes de Argentina será el nuevo desafío de Danubio, que mientras tanto deberá reencontrarse con su pasado cuando un presunto medio hermano de Moira llega a sus vidas y trastorna su reciente comodidad.
«Saber las respuestas es algo que lo obsesiona. Él no tolera el interrogante abierto, lo exaspera. Cuando ve en este caso que hay una madre sufriendo porque su hija desapareció y ve que no hay respuestas, se involucra porque quiere saber dónde está y por qué. Y ahí empieza a conocer cuestiones de la familia de ella que son muy interesantes», resumió Furriel sobre el trayecto de su personaje en esta despedida.
Juan Leyrado, Jazmín Stuart, Alejandro Awada, Luis Ziembrowski, Belén Chavanne, Rafael Federman y Sofía Palomino completan el elenco de esta temporada de la serie basada en la novela homónima de Gustavo Malajovich, que tiene a Hernán Golfrid y Benjamín Naishtat en el puesto de dirección.
– Ya no es tan común en el formato chico pasar tantos años junto a un mismo personaje. ¿Cómo influyó esa convivencia larga a la hora de interpretarlos, además de su propio vínculo detrás de escena?
– Joaquín Furriel: Son siete años, sí, hemos crecido los dos, con lo que le corresponde a cada uno.
– Maite Lanata: Yo desde la secundaria…
-JF: Sí, me acuerdo, ¡eras chiquita! Y sí, no hay muchas experiencias que te den la posibilidad de reencontrarte cada dos años con un vínculo de padre-hija tan especial como es el que tuvimos que construir con Maite, es un trabajo interesante porque es muy atípica la forma en que se llevan ellos en la ficción. Y para mí también tuvo el beneficio de ver crecer a una actriz que desde adolescente decidió definitivamente dedicarse a este oficio.
– Y con papeles muy desafiantes, también.
-ML: El de Moira creo que fue uno de los más desafiantes. Recuerdo el proceso de casting de la primera temporada y cómo era la escena que habían elegido, una de las más centrales de este personaje, y ya era atrapante de por sí, sin conocer nada de la trama. Y en cuanto al vínculo de estos personajes, me parece que es súper particular y muy original, hay veces en las que me gusta pensar en personajes para agarrar un poco de la actitud de tal, o remitirme a cómo camina tal, pero la relación de Fabián y Moira no la podía anclar mucho en nada. Fue creciendo a medida que avanzaba a serie, y aunque no están tan desvinculados afectivamente parece serlo, porque intentan pero no pueden, y eso es lo interesante.
– ¿Por qué creen que la serie generó el impacto que tuvo a nivel local y regional, entre el género detectivesco y la temática que la atraviesa?
-JF: En Latinoamérica hay dos mercados muy poderosos de verdad, que son México y Brasil, y que a la serie le haya ido tan bien en esos países con su primera temporada le dio vida a todo esto. Es una temática latinoamericana, hay una problemática a partir del tráfico de menores, es un tema muy complejo. Sin embargo, lo que plantea la novela original es un ejercicio en el que cuenta un miedo; él como padre tiene miedo de que desapareciera su hija, y eso me parece interesante, poder ver esos miedos que uno tiene, esos pensamientos que no querés compartir con nadie porque los reconocés como tales, desde afuera y en un contexto audiovisual que, de alguna manera y como entretenimiento, les quita el tabú.
-ML: Acá justamente uno se garra de un género que sí es muy universal como el policial, y sin embargo está completamente atravesado no sólo en la trama, sino en los personajes, por cosas muy porteñas y «argentinescas», que le dan muchísima más identidad, y que para mí es muchísimo más enriquecedor.
– ¿Qué les deja este final de la historia?
JF: Yo creo que a partir de este momento quedan tres temporadas muy buenas de un policial que es muy auténtico y nuestro. Creo que algo interesante es que la tercera temporada se puede ver sin las dos anteriores, se puede seguir el caso y puede fascinarte, y si te interesó y te gustó, podrías ver lo anterior como si fuera una precuela.
-ML: Hasta que creo que si yo no la hubiese visto, a mí también me interesaría ver de esa manera a personajes que tienen toda una historia detrás, que encima ya está filmada, y sin embargo poder introducirte en esta temporada te da muchísimo más misterio, por saber qué los llevó hasta ahí.